R.A.B

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De puta madre. Ahora, aún encima de hacer tareas, trabajos, estudiar y esquivar a Peeves, tengo que averiguar quién es ese al que todos ven y nadie conoce. Cada vez entiendo menos esta escuela.

-Preste atención -me riñe McGonagall.

-Sus clases son muy aburridas.

Ole, ya la lié. Pero me salió del alma y me quedé bien a gusto.

-¡Al despacho del profesor Dumbledore!

Salí seguida de la risa de mis compañeros. Se notaba que eran de burla. Tuve que ir al despacho porque siempre nos mandan ir acompañados de un fantasma para asegurarse de que llegamos a los sitios.

-¿Qué se le ofrece, señorita Prayed?

-La profesora McGonagall me echó... otra vez.

-Ya le dije que cambiase su forma de dar clase. Es aburridísima, y se supone que Transformaciones es la más divertida. Esa mujer es un caso perdido -ríe-. ¿Qué te preocupa?

-Nada. ¿Por qué?

-Otras veces te habías reído.

-Es que hay alguien...

-Oooh, el amor -fantaseó.

-¡NO ES ESO! -carraspeé-. Perdón... es un chico de mi casa. Nunca lo había visto. Él me conoce, pero yo...

-Te hace falta ir a más partidos de Quidditch.

-Sabe que el deporte no me gusta, profesor.

-A mi tampoco, pero cuando voy a los mundiales solo me fijo en los jugadores -guiña un ojo-. Te recomiendo ir al primer partido de Gryffindor vs Slytherin. Podrás sentarte a mi lado, hay mejores vistas.

-Prefiero estar con los de mi casa, pero gracias.

Entonces medité. Este hombre es el jefe de los jefes de este castillo, el único que conoce a todos y cada uno de los alumnos que pasaron por aquí... ¡y que están aquí!

>>Un momento, ¿por qué no me dice quién es?

-No me gusta interferir en el libertinaje adolescente.

-¡PROFESOR!

-Le quitaría emoción al asunto. Ahora -se levanta- será mejor que se marche y vaya a la siguiente clase. Es posible que aprenda algo más sobre él.

Me fui del despacho. Definitivamente, cada día que pasa tengo más claro que ese viejo necesita medicación.

En fin... vamos a Pociones. Hoy será horrible. Toca clase teórica. Me sentaré atrás del todo y tal vez pueda cerrar los ojos un ratito.

¡Dicho y hecho! Entro, me siento y apoyo la cabeza sobre el libro.

-¿No te han enseñado que en clase no se duerme?

Ahí estaba otra vez sentado a mi lado. Vi sus libros y libretas. Al contrario que todos, en los suyos solo estaban sus iniciales: R.A.B.

-¿Cómo te llamas?

-"Pequeño rey".

-Que nombre de mierda -susurré.

Otra vez pensando en alto.

-Es su significado, estúpida. Deberías estudiar más Astronomía.

-Ay, no... me marea ver tantos puntos brillantes e incomprensibles.

-Lo que te pasa es que todo lo haces corriendo -sonríe-. Deberías relajarte, disfrutar y centrarte en el día a día.

-Disculpad la tardanza -llega el profesor Slughorn-. Pomona me ha pillado hurgando en su huerto y tuve que correr por todo el castillo hasta esquivarla.

El profesor siguió hablando de sus problemas, pero yo solo me fijaba en la varonil mano que sujetaba la pluma con la que estaba escribiendo el chico todavía misterioso.

>>¿Señorita Prayed?

-¿Sí? -me puse alerta.

-Solo quería comprobar que había venido -dice el profesor-. El año pasado faltó más de un mes a mi clase.

-Si no fueran tan aburridas -susurro.

Volví a centrar mi vista en su mano. Entonces la apartó. Intenté leer lo que ponía.

Eres una cotilla. ♡

Como si fuera una niña pequeña, me crucé de brazos y puse morritos. Maldita de mi por esa absurda idea.

-No quiero que te enfades -susurra a mi oído.

-Déjame.

-Cuando te enfadas, estás muy mona -le miro incrédula-. No me gustaría que alguien más lo notara.

Guiñó un ojo y se puso a atender a la lección como si nada. Y mi cerebro y yo, pobrecitos nosotros, nos quedamos más aturdidos que una virgen en su primer polvo.

-Estoy perdida...

Regulus Black y tú [COMPLETA]Where stories live. Discover now