Autoestima

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Empezamos las clases de nuestro último curso. No eran tan difíciles como pensaba. Lo difícil era soportar las miradas de todos hacia nosotros. Regulus ya no tenía a su grupito, y solo por eso se pensaban que no iba a defenderse... o que yo no le metería una hostia a quien hiciera falta.

Estábamos en clase de pociones, faltaba poco para la trajedia.

-¿Qué miras, cara de rana? -le dije a una que no dejaba de desnudar a Regulus con la mirada.

-Rarita -respondió y empezó a reirse con sus amigas mientras seguían mandando miradas.

-Tranquila, mi amor -Regulus me agarró la mano por debajo de la mesa.

-La mato.

-No pierdas el tiempo.

-Ey -me llamó la cara rana-, nos preguntábamos una cosa. ¿Esa barriga de cuantos meses es?

La clase entera estalló a carcajadas que fueron disminuyendo poco a poco porque Regulus mató a todos con la mirada, pero no hizo nada porque era lo más sensato; yo...

Yo me fui hacia la mesa de la cómica, le sujeté del pelo y le estampé la cara contra la mesa varias veces. Al menos eso es lo que me está contando Dumbledore...

-Lo siento, profesor -susurré-. Fue sin querer.

-¿Darle cinco cabezazos contra la mesa?

-Fue por inercia.

-Le rompiste la nariz.

-Detallitos.

-Señorita Prayed -se pone en pie-, espero que sea consciente de que con esto se juega la explulsión. Aún no sabemos las cartas que tomarán en el asunto.

-¿Puedo irme ya?

-Será lo mejor -abre la puerta-. La están esperando.

Bajé las escaleras del despacho. Allí estaba esperando Regulus. Tenía los nudillos nuevamente ensangrentados. En lugar de ir hacia él, pasé de largo y fui directamente a la habitación para tirarme en la cama.

Mi mente estaba tan perdida y mezclada con mi baja autoestima, que no fui capaz de llorar. Black se tumbó detrás mía.

-Amor -se asoma sobre mi hombro-, ¿por qué te pusiste así?

Le aparté la mano que tocaba mi barriga y pegué mis rodillas a ella.

>>No tiene que afectarte lo que diga la novia de Parkinson.

-Pues me afecta. No sabes lo que jode haberte esforzado por intentar mantener una mierda de cuerpo como este.

-Escúchame -me giró en su dirección obligándome a mirarle-, no debes permitir que las malas lenguas te hagan daño.

-Para ti es fácil decirlo, don perfecto.

Regulus se rió ante ese comentario, aunque yo no le encontrase la gracia.

>>¿Qué te hace tanta gracia? Eres el sueño de todo ser viviente. Cualquiera querría tenerte como novio, o tener esa maldita sonrisa perfecta, o...

-Y solo soy para ti -sonríe.

-No sé que mierda tiene de interesante una culo gordo como yo.

-Tendrías que verte con mis ojos. Conmigo no debes sentirte insegura -acaricia mi cara-. Tu cuerpo es mi favorito.

-No sé si es tierno o tétrico -reí.

Nos quedamos en silencio. Ahora sería el momento ideal en el que tendríamos que pedirle a Severus que se fuera para reirnos de sus caras, pero no será así... lo bueno dura poco, y los años escolares de nuestro amigo se acabaron hace meses.

-Me apetece verte reir -carraspea-. ¡Kreacher!

El elfo doméstico apareció en la habitación.

-¿Sí, mi amo?

Me lancé a abrazarlo antes de que pudiese gritar.

-Quédate con ella y entretenla un rato. Yo tengo cosas que hacer.

Regulus Black y tú [COMPLETA]Where stories live. Discover now