Kreacher

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Regulus me obligó a ir directamente a su casa en verano, ni siquiera avisé a la vieja. En cambio, en su casa, nos estaban esperando sus padres.

-No quiero entrar -dije en la puerta de su casa.

-¿Qué? ¿Por qué no?

-Seguro que no le gusto a tu madre.

-No seas tonta, si ya le gustas. Te quiere más a ti que a mi.

Agarré la mano de Regulus no muy convencida y fuimos adentro. La casa era oscura, fría y limpia como la sala de Slytherin.

En la sala, rodeando la mesa central, estaban mis famosísimos suegros sentados. Su madre giró la cabeza, me miró y se levantó. Me tensé y empecé a sudar. Regulus lo notó y sonrió de medio lado.

-¿Eres ______?

-Sí, señora -respondí más tiesa que un caudillo.

-Ven conmigo.

Me agarró por el brazo con fuerza y me arrastró con ella hasta el baño.

>>Bébete esto.

Me da un bitecito con un horripilante mejunge negro y viscoso.

-No tengo sed, gracias.

-No pienso que la linea de sangre de los Black termine con mi hijo.

No me meteré donde no me llaman porque al final me meterán un Avada entre pecho y espada, pero esta señora omitió el detallito de que parió a dos y no a uno. ¿Por qué no quiere a su otro hijo?

>>No me gustó saber que Regulus ha descuidado sus obligaciones por una niñita cualquiera -suspira-, pero es feliz. Sé que lloró cuando rompiste sus esperanzas de tener lo único que quiere -carraspea-. Quiero que traigas al mundo a un varón -vuelve a ofrecerme el vaso-. Bebe.

Esta vez bebí sin rechistar. Estuvo comprobando que me lo tragué todo todito y después me dejó marchar. Ella se fue con su marido y me dejó sola con Regulus, que estaba esperando fuera del baño.

-¿A que no fue tan malo? -preguntó con una sonrisa.

-Creo que bebí petróleo.

-Tengo ganas de estar contigo en mi cama -susurra a mi oído-. Te haría el amor todo el día.

Ese susurro con esa tremenda voz solo consigue que me palpite algo que no es el corazón.

>>Pero no tengo tiempo porque quiero enseñarte otra cosa. Mi querido Kreacher.

-No sé que es un Kreacher, pero quiero uno.

Subimos a su habitación. Ahí había un elfo doméstico. Mi boca quedó totalmente en forma de O.

>>¡LO QUIERO! -corrí hacia él y lo cogí en brazos achuchándolo.

-¡Socorro, mi señor!

-¿Y también habla? -le puse ojitos a Regulus-. ¿Puede venirse a Hogwarts con nosotros? Porfiii.

-Definitivamente no.

-Jo.

-Kracher, sal de aquí.

-Sí, mi amo.

Nos quedamos los dos solos en su habitación. La única maravilla que hay en ella, es una tentadora cama de matrimonio.

-¿Qué sueles hacer para divertirte? -pregunté.

Esperaba que jugase a juegos de mesa, que molestase a su elfo doméstico o que hiciera algún tipo de cafrada.

-Te hago el amor...

Pero no esperaba esta respuesta.

>>... y ahora mismo estoy aburrido.

Regulus Black y tú [COMPLETA]Where stories live. Discover now