Capítulo 3

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Anne

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Anne

Las calles no podrían estar más desoladas. De a poco pasamos por algún foco que nos ilumine. Mi acompañante lleva las manos en los bolsillos de sus pantalones mientras yo rodeo uno de sus brazos con el mío.

Me sorprende que no se negara a venir en lugar de dejarme con la palabra en la boca. Quizás me ve como una loca pero mi objetivo, que es alejarlo de la casa de los Brown, se está cumpliendo.

De vez en cuando pregunto cosas triviales, recibiendo solo monosílabos como respuesta. A leguas se le nota que no tiene ganas de hablar pero yo no puedo permanecer callada mucho tiempo.

No está en mi naturaleza.

—¿Cuál es tu nombre? —Aunque conozco la respuesta, él no lo sabe.

—Roy.

Espero que pregunte el mío, sin embargo no lo hace por lo que tomo la iniciativa.

Soy muy obstinada si me lo propongo.

No me tientes Roy.

—Me llamo Anne —me presento ignorando como rueda los ojos.

Le doy un golpe en el brazo recibiendo un bufido de su parte.

¿Cómo puede existir una persona tan amargada?

Alzo la vista y las letras de neón con la nombre del local iluminan la entrada. Pasamos encontrando un ambiente calmado. La canción que inunda el lugar es bastante movida, algunos bailan y beben. No discuten, solo se divierten sin molestar a nadie.

Otros están tranquilamente sentados en alguna mesa acompañados por su bebida, sumidos en su mundo.

Nos dirigimos a la barra y la realidad me choca de frente. Invité a Roy cuando ni siquiera llevo dinero encima.

Tierra trágame y escúpeme en la Antártida.

Aunque, ahora que lo pienso, lo que hay es hielo.

Agh, jodida costumbre de distraerme en los peores momentos.

Me doy una bofetada, y no hablo de una mental, no. Literalmente me abofeteé consiguiendo que tanto el estirado como el barman me mirasen como un bicho raro.

—No le hagas caso, está un poco chiflada —se excusa el castaño con el chico de la barra.

Lo miro con odio pero intento calmarme. Debo pensar qué hacer.

—Oye Roy, yo...

Trago grueso y recuerdo lo que suele hacer Yela cuando estamos a punto de iniciar un exámen.

Inhala paz. Exhala estrés.

Luego de unos segundos reuniendo el valor cierro los ojos como si una bomba estuviese a punto de explotar y lo suelto:

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