Epílogo

122 13 19
                                    

Roy

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Roy

—¡Roy!¿Ya nació? —insiste Dalia al teléfono pero yo no puedo dejar de reír—. Habla hijo que nos tienes nerviosos, no veo la hora de que este avión aterrice.

—¡Es una niña! —exclamo sin poder dejar de reír—. ¡Es hermosa e igualita a Anne!

—Feliz cumpleaños Roy. Creo que no podrías haber recibido un mejor regalo.

12 de diciembre nació Alicia. Una niña pelirroja y la bebé más linda que alguna vez he visto.

Mi hija.

—Primo, deberías ir a descansar. Yo me quedaré esta noche.

—No hace falta, no me iré del hospital hasta que den de alta a mi esposa —aseguro pagando por nuestros cafés—. No pienso separarme de ella ni un solo segundo.

—Creo que estás exagerando —bufa revisando algo en su celular—. Mira, te lo dice alguien que ya ha experimentando meses de insomnio, una vez que lleguen a casa incluso si quisieras no podrás estar alejado de ambas. Tendrás que estar cambiando pañales, trasnochando, preparando leche y aprendiendo a hacer milagros para no quedarte sordo cuando llore la bebé.

—Lo dice el que próximamente tendrá a su cuarto hijo. —Lo miro incrédulo.

—Con mayor razón —insiste—. Aprovecha a descansar ahora, te lo digo yo. Luego necesitarás fuerzas.

—Gracias pero mantengo mi decisión. Me voy de aquí solo si es con mi esposa y mi hija.

—Haz madurado, ¿eh?

—El tiempo no pasa por gusto, Oscar.

[...]

Cuatro años después

—Amor, trae el balón —grito desde la sala terminando de atarle el cabello a la pequeña Ali.

—Aquí está. —Aparece Anne con el balón de fútbol bajo el brazo y su ropa deportiva.

Me da un corto beso antes de irse a guardar todo lo que necesitaremos.

—Papi, ¿Oliver no vendrá hoy?

—Mi vida, tu primo no ha vuelto de París pero te prometo que en cuanto lo haga vendrá con nosotros a jugar fútbol, ¿te parece? —le propongo cargándola sobre mis hombros.

—¡Sí! —acepta aferrando sus pequeños brazos a mi cuello.

—Cariño, ¿te has inyectado ya? —pregunta Anne saliendo de la cocina.

Apuesto por lo nuestro © ✔️Where stories live. Discover now