Anne
—Buenos días —saluda entre risas—. ¿Cómo está la pelirroja más guapa de Seattle?
—Alguien amaneció de buen humor —comento sin quitar la estúpida sonrisa de mi cara.
—Siempre estoy de buen humor cuando hablo contigo —señala haciendo que mi sonrisa se ensanche.
—Lamento no haberte llamado, he estado un poco liada con algunas cosas... —Prefiero no decirle acerca de Sophie y su embarazo. No es el momento.
—Está bien, entiendo que tengas mejores cosas que hacer... —añade con un tono dramático.
—Idiota —me carcajeo sin poder evitarlo.
Lo escucho suspirar.
—¿Estarás libre en la tarde?
—Depende... —contesto solo para molestarlo.
Hay un corto silencio hasta que habla.
—A las dos estoy en tu...
Deja la frase en el aire y se escucha un estruendo.
—¿Roy? —lo llamo alarmada y no recibo respuesta—. Roy, ¿estás ahí? —insisto y solo hay silencio—. Mierda... —mascullo—. Roy por Dios, responde por favor... Como esto sea una broma...
Sigo sin obtener respuesta y un mal presentimiento me recorre el cuerpo.
Cuelgo y subo a mi habitación para avisar a Sophie que saldré unos minutos. Corro a la casa de los Brown con el corazón en la boca mientras llamo a la persona con que menos quisiera hablar.
—¿Anne?
—Oscar, ¿estás en tu casa?
—Sí, claro. ¿Por qué? ¿Ocurre algo? Si es por lo de...
—Revisa la habitación de Roy —lo interrumpo—. Avísame si le ha pasado algo, en unos minutos llego.
Corto la llamada sin esperar respuesta, rezando porque el estirado se encuentre bien.
Es increíble que en todas partes estén los problemas. Se soluciona algo en mi vida y de inmediato otra cosa se complica.
Me encuentro a poca distancia de la casa cuando mi teléfono suena.
—¿Lo has visto? ¿Está bien? —suelto las preguntas de inmediato temiendo lo peor.
—Una ambulancia viene en camino —informa y siento que mi corazón se detiene—. Lo encontré tirado en el suelo. Al parecer se ha desmayado y temo que sea hiperglucemia.
¿Hiperglucemia?
—¿A qué te refieres...?
—¿No lo sabes? Roy es diabético.
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Apuesto por lo nuestro © ✔️
Teen Fiction«Solo tenemos dos opciones: vivimos de ilusiones o morimos de realidades». Al volver a Seattle, Anne debe enfrentarse a realidad: su padre no es el hombre a quien siempre idealizó. Roy huye de la presión de sus padres. Oculta algo que le arrebató lo...