«Solo tenemos dos opciones: vivimos de ilusiones o morimos de realidades».
Al volver a Seattle, Anne debe enfrentarse a realidad: su padre no es el hombre a quien siempre idealizó.
Roy huye de la presión de sus padres. Oculta algo que le arrebató lo...
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Anne
-Alístate entonces porque en una hora paso por ti. Tendremos una cita, señorita Miller.
A medida que habla siento que el corazón me martilla el pecho con más fuerzas.
-De acuerdo. Te veo en un rato. -Corto la llamada y subo a mi habitación corriendo.
Necesito lucir decente.
-¿Vas a salir? -La voz de mi padre me interrumpe.
Lo veo recostado en el umbral de la puerta de brazos cruzados. No luce alterado como en la mañana.
-Sí... -Me limito a decir clavando nuevamente la vista en el closet.
No me muevo para buscar la ropa. Permanezco quieta esperando que diga algo.
-Perdón por cómo me he comportado Anne. -Sus palabras salen pausadas y guarda silencio, como si esperase por mi reacción.
-¿A qué te refieres? -Me hago la tonta.
Quiero escucharlo. Necesito que él mismo diga todo lo que ha hecho y demuestre que se arrepiente de verdad aunque eso no cambie nada.
-Sabes de qué hablo -asegura-. Ese muchacho, Roy...
Ah... ¿Solo eso?
Sí, definitivamente su actitud con el estirado ha sido demasiado desagradable y me alegra que lo reconozca, pero esperaba que también confesara su falta de años atrás.
-Creo que no es a mí a quien debes decirle eso -comento rebuscando entre la ropa-. Fue a él al que casi echaste a patadas siempre que tuviste la oportunidad. -Las últimas palabras salen con desdén.
Odio hablarle mal a mi padre. Siempre he sentido un gran respeto hacia él, sin embargo, luego de saber la verdad todo eso se fue por el desagüe.
-Entiendo. -Se voltea con intenciones de marcharse, pero me mira nuevamente-. Regresaré mañana a San Francisco -informa con la cabeza gacha.
-Papá... -lo llamo.
¿Debo decirle que sé la verdad? Tengo preguntas, muchas. Entonces recuerdo a mamá.
Su cariño por él es tan grande que, a pesar de todo, nunca ha dejado de amarlo.
Si ella lo perdonó, ¿puedo intentarlo yo también?
Quizás.
Por el momento, debo recuperar todo lo que perdí con mi madre.
-Quiero vivir en Seattle -suelto sorprendiéndonos a ambos.
-¿Es por ese chico? -inquiere en un vago intento de ocultar su inconformidad.
-No -confieso-, he estado muy alejada de mi madre estos años y creo que merece más atención de la que le he dado.
