Anne
—Tienes que comer algo —insiste mamá y vuelvo a negar.
—Ya te dije que no tengo hambre —repito.
—Anne, llevas dos días sin comer...
—Por favor, mamá.
Sin decir otra cosa se marcha y cuando creo que me he quedado sola escucho unos toques en la puerta.
—Mamá, ya te he dicho que...
—Soy yo —me interrumpe con suavidad—. ¿Puedo pasar?
—Adelante.
Roy toma asiento en la cama dejando sobre una mesita la misma bandeja con comida que traía mi madre.
En otras circunstancias me habría preocupado por el aspecto deprimente que tengo. Ahora eso me da igual. Solo quiero encerrarme aquí y no volver a salir.
—¿En serio te ha enviado? Le he dicho que no...
—Amor. —Me mira a los ojos y me callo de golpe—. ¿Crees que dejando de comer algo va a cambiar? Solo te estás destruyendo más. A Sophie le dolería verte así...
—No lo hago porque quiera, simplemente no tengo hambre —protesto en un tono más severo de lo que habría querido por lo que aplana los labios.
Aun así, se acerca para abrazarme.
En verdad agradezco que se preocupe por mí, pero quiero estar sola. Necesito espacio.
—Roy —lo llamo y él se separa un poco para mirarme—. Déjame sola —pido.
—¿Qué? —inquiere sin comprender.
—Necesito estar sola. Por favor, vete.
Me observa un segundo antes de depositar un beso en mis labios y abandonar la habitación. Sé que mi relación no tendría por qué verse afectada con todo esto, sin embargo, todo lo que quiero es tiempo a solas. No tengo cabeza para nada.
[...]Roy
Sus palabras me provocaron un ligero pinchazo pero la entiendo. Si necesita estar sola lo respetaré, en cambio no me iré de su lado. Lo sé, no tiene mucho sentido.
La noche no tarda en caer y vuelvo a la casa de Anne.
—¿Cómo está?
—Sigue igual, encerrada y sin comer nada.
He tomado una decisión y por suerte cuento con Dalia para ello.
Entro a la habitación sin hacer mucho ruido, comprobando que Anne está dormida. Me acuesto a su lado y la abrazo, inhalo el olor de su cabello y aferro su delicado cuerpo al mío.
YOU ARE READING
Apuesto por lo nuestro © ✔️
Teenage Fiktion«Solo tenemos dos opciones: vivimos de ilusiones o morimos de realidades». Al volver a Seattle, Anne debe enfrentarse a realidad: su padre no es el hombre a quien siempre idealizó. Roy huye de la presión de sus padres. Oculta algo que le arrebató lo...