Anne
—Ten. —Me tiende una bolsa de papel igual a la de unos días atrás.
La examino y en efecto, mis dulces.
Arranca y comemos unos cuantos dulces hasta que reparo en algo.
—¿A dónde estamos yendo?
—Espera a llegar —dice sin intenciones de dar más detalles al respecto.
Me hundo en el asiento mientras como un trozo de chocolate y guardo el resto. No quiero estar demasiado llena para cuando le patee el trasero.
—¿Cómo estás? —indaga tomándome por sorpresa.
—¿A... a qué te refieres? —Me hago la tonta.
—Ya sabes, en tu casa, ¿cómo está todo? —insiste sin despegar la vista de la carretera.
—Bien. —Me limito a decir.
—¿Es en serio? —Da una ojeada rápida a mi lado—. Miller, no soy tonto.
Ruedo los ojos.
—Si mi memoria no falla creo haberte dicho algo parecido —murmuro.
—Estás intentando intercambiar información, ¿eh? —capta de inmediato mi indirecta—. ¿Por qué debería aceptar?
—Eres tú el curioso. Yo no he dicho nada —alego recostándome a la ventana para mirar la ciudad—. Además, sería como la ley del intercambio equivalente para los alquimistas, solo que para nosotros es para intercambiar lo que nos atormenta.
Lo escucho suspirar y eso significa una cosa: tengo vía libre.
—¿Qué quieres saber? —acepta de mala gana.
—¿Qué te ocurre últimamente? ¿Y por qué siempre que recibes llamadas te pones tan enfurruñado? —pregunto sin pensarlo dos veces.
Esas jodidas preguntas llevan mucho dándome vueltas en la cabeza.
—Digamos que tengo una situación con mis padres y mi ex —responde y la verdad no sé si quiero seguir escuchando.
¿Acaso ella es la tal Verónica?
¿No es su hermana?
¿Y si piensa volver a París?
En lugar de aclarar mis dudas solo surgen muchas nuevas y eso me incomoda más. Quizás no debería importarme porque después todo ni siquiera somos algo.
Pero mentiría si digo que Roy no me importa.
—Tierra llamando a Anne. —Chasquea los dedos en mi cara—. ¿Sigues ahí?
—Eh... sí, sí...
—¿Es suficiente con eso o quieres más detalles? —inquiere aparcando la camioneta en la orilla de un terreno un tanto amplio.
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Apuesto por lo nuestro © ✔️
Teen Fiction«Solo tenemos dos opciones: vivimos de ilusiones o morimos de realidades». Al volver a Seattle, Anne debe enfrentarse a realidad: su padre no es el hombre a quien siempre idealizó. Roy huye de la presión de sus padres. Oculta algo que le arrebató lo...