T R E I N T A

498 34 6
                                    

____.

Observaba con atención como Tina y Nick se reían a carcajadas de Alex. 

Había olvidado  por completo lo que era ser feliz o, simplemente, cómo  se podía sonreír  sin ninguna  falsedad. En realidad, echaba bastante de menos a Karl. Han pasado más de dos semanas. O  tres. Había perdido  la cuenta.

Hecho de menos su risa contagiosa y encantadora. 
Hecho de menos sus preciosos ojos.
Hecho de menos su sonrisa.
Hecho de menos su cabello castaño y vivaz.
Hecho de menos su voz.
Hecho de menos verlo enfadarse de broma, se ve muy tierno.
Hecho de menos las veces que nos pintemos la uñas juntos.
Hecho de menos sus gustos.
Hecho de menos su amor a la Monster.
Hecho de menos su forma de hablar.
Hecho de menos ver como le brillan los ojos cando habla de algo que le gusta.
Hecho de menos como siempre me quitaba las coletas y se quedaba mis gomas.
Hecho de menos las peleas de broma que teníamos.
Hecho de menos las tonterías que hacía para hacer reír a la gente.
Hecho de menos su olor a su perfume favorito.
Hecho de menos apreciar sus uñas pintadas de colores.
Hecho de menos sus abrazos.
Hecho de menos todo de él. 

Es,  simplemente,  perfecto.  Para  mi,  claro.

Él era mi lugar seguro. Cuando estaba él me sentía segura, tranquila y, por alguna razón, protegida. Aparte de hacer despertar las mariposas de mi estomago también me hacia sentir protegida y segura pero, sobre todo, con confianza.

Con él tenia muchísima confianza. Más de la que tenía con mi hermana pequeña o con la confianza que tenía con Alex.

Estábamos en la casa de Tina, básicamente me obligaron a venir, no quería venir, ni siquiera quería salir de cas...

Auch.

Los miré tocándome la cabeza. Me habían tirado un móvil a la cabeza, dolía mas de lo que pensaba. Ellos me miraban sorprendidos y a la vez preocupados, pero Tina no tardo en levantarse de donde estaba sentada y venir donde estaba yo.

-¿Estas bien, ____?

-Sí, sí. Estoy bien, tranquila.

Pero, como siempre, Alex no tardo mucho en soltar una de sus famosas carcajadas que contagiaban más que un virus mortal.

Yo también reí por lo bajo: no pude evitarlo.

A lo que Nick y Tina también empezaron a reír. Y así acabamos todos riéndonos, yo con dolor de cabeza y ellos muriéndose de la risa.

Miré mis piernas, tenía el móvil que anteriormente me había dado en la cabeza sobre mis muslos. Lo cogí y lo observe sabiendo perfectamente de quien era. Alce las cejas y miré al propietario del móvil.

-Al parecer te encanta jugar con los móviles- pregunte irónica, sonriendo, refiriéndome a esa vez en la que él tenía mi móvil mientras yo lo buscaba y al final acabo Alex poniéndole de apodo roba móviles de chicas.

-Te juro que yo no he sido. Lo ha tirado Alex- se apresuró a decir Nick, a lo que Alex, en vez de quejarse o pedir disculpas, volvió a reír.

-Sí, lo he tirado yo. Pero se suponía que tenía que darle a Tina, por si te sirve de apoyo.

Lo miré con algo de rabia e incredulidad. Tina lo miraba sorprendida y diría que un poco de alivio por la mala puntería que tenia Alex.

-Y lo dices to' feliz- reclamé.

-¿Y por qué no?- esta vez lo dijo Nick, entrecerré lo ojos mirándolo.

-Me sacáis de mi casa a la fuerza y encima me tratáis mal- dije cruzándome de brazos.

Lindos Ojos- Karl JacobsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora