☆ sᴇsᴇɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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Minho largó el humo por la boca, antes de tirar el cigarrillo y aplastarlo con su pie. Como nunca lo hizo, levantó lo que quedó para tirarlo al cesto de la basura. Como estaba en la casa de Jisung, lo menos que quería era quedar como un sucio delante de la madre.

Su cabeza era un lío. Creía que ni había más palabras para representar lo que estaba sintiendo en estos momentos: inseguro.

Jamás, en todos sus años de vida se sintió tan insuficiente como ahora. Sabía. Sabía que no era bueno para Jisung y que cualquier persona siempre sería mejor que él. Quizás no es el más atento, cariñoso, incluso no era muy bueno con las palabras y que era muy impulsivo, lo que llegaba a dejarlo con varios problemas, pero en serio amaba a Jisung. Y ya dejó más que en claro que haría lo posible para cambiar, es más, creía que llevaba un pequeño avance, pero ¿por qué no le era suficiente? ¿Por qué su ego no tocó las nubes cuando Jisung lo quiso a él y no a Yunho? ¿Por qué diablos no se sentía bien con aquello? Que a pesar de ser un desastre, aún así, Jisung lo eligió.

¿Podría llegar a cuidar de Jisung algún dia?

Tan solo debía hablar con su madre, pedirle algunos consejos y así, todo saldría más que bien. Su madre podria advertirle de varias cosas, guiarlo y sobre todo, informarle acerca del rubio. Sí con eso podría llegar a protegerlo...

¿Con eso bastaría? ¿O qué necesitaba?

Una lágrima cayó por su rostro y la limpió enseguida: Yunho tenía razón.

No calmó su ataque de pánico, sino que lo empeoró, solo por concentrarse en él y en su enojo. Era culpable, lo sabía. De cada lágrima, de cada llanto, incluso, de cada ataque que ha tenido.

Tragó saliva y se limpió las lágrimas del rostro, cuando escuchó unos pasos aproximándose. Se giró y lo vió rascandose el ojo, totalmente dormido. Sonrió, ¿cómo haría para alejarse si era necesario?

—Hyungcito, ¿qué hace acá? Son las cuatro de la mañana...

—Lo siento —dijo mientras se acercaba—. Salí a tomar aire.

—Y a fumar —hizo una mueca al percibir el olor que jamás le gustó—. Ay, hyung, al menos disimule... —Minho rió y le plantó un pequeño beso en los labios ajenos—. Guácala.

—Me lavaré los dientes, lo prometo.

Jisung lo juzgó con la mirada, mirándolo de arriba a bajo, por más que no podía ver muy bien porque sus ojitos no se despegaban del todo.

—Te juntas mucho con Jeongin —afirmó.

El rubio hizo un puchero y trató de contestar, pero su mente no estaba muy despierta que digamos como para pelear con Minho.

—¿Me lleva a la cama? —preguntó, extendiendo sus brazos.

Minho sonrió y no le quedó otra que tomarlo del torso para alzarlo. Jisung enganchó sus pies entre sí en la espalda baja del ajeno y dejó sus manitos escondidas entre el pecho del mayor y su pancita, para dejar su cabeza en la curvatura del cuello y así cerrar sus ojitos.

—¿Me hará caricias en la pancita?

—¿Te duele mucho?

—Si... No debí tomar esa chocolatada ni comer muchos dulces.

—Es verdad, no me dejaste ni uno solo —se quejó, recordando ma sonrisa nerviosa de Jisung al ver que dejó la bolsa vacía.

—¡Mentiroso! Le deje uno y medio, y como no quiso, me los comí.

—Ya, pero la próxima vez me dejas dos, ¿de acuerdo?

—¿Uno puede ser...?

Minho rió y abrió la puerta de la habitación. Depósito el cuerpito del rubio en la cama. Se metió él y antes de acomodarse, corroboró que estuviese bien tapado para que no tenga frio. Le corrió los mechones de cabello que caían sobre sus ojos rojos por el cansancio, a la vez que dejó un beso sobre su frente.

—Puede ser uno... Pero me pagas el otro con un besito.

—Pides mucho... —escuchó una risa proveniente de la boca del mayor y automáticamente sonrió—. Pero le daré todos los besitos que pida.

—¿Sí? —alzó sus cejas, interesado en la respuesta del rubio.

—Ah, hyung, le dan la mano y toma el codo... No se proveche —Minho largó la carcajada de su vida—. ¿Qué dije?

—Nada... nada. Me gustan tus besitos, ¿qué hay de malo?

—No es eso... es que es raro. Nunca estuve con una persona antes, así, de esta manera... Se siente muy lindo que me pidas besitos, tanto que parece irreal, me toma por sorpresa. ¿Quiere uno ahora?

—Esperé todo el dia a que digas eso.

—Primero, acércate que hace frio —Minho obedeció y lo abrazó mejor para que no pase frio y de inmediato sintió un pequeño beso en sus labios.

Luego de unos minutos, en donde Jisung encontró el placentero sueño, pero Minho aún no podia cerrar sus ojos, tan solo lo observaba dormir y pudo ver que lo hacía como un bebé.

Prometo hacer cualquier cosa con tal de cuidarte. Se dijo a sí mismo, luego de haberle dejado un beso en su frente.

 Se dijo a sí mismo, luego de haberle dejado un beso en su frente

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Cortito y con diabetes❤️

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora