☆ ɴᴏᴠᴇɴᴛᴀ ʏ ᴜɴᴏ

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—¿Estás seguro? —preguntó Lee, algo preocupado por el menor, quien estaba entusiasmado por la idea de ir a un parque de atracciones un poco lejos.

Minho sabía cuál era, y decir que es muy famoso era poco. Muchas personas iban, hasta de otras partes del mundo, y la idea de llevar a Jisung allí, le helaba un poco la sangre, ya que recordaba el ataque de pánico que tuvo en el partido aquella vez y, pensando que en aquel parque, podría haber hasta más que el triple de personas, podia causarle nuevamente un ataque, y era lo menos que quería en estos momentos.

Jisung asintió, aunque Lee podia notar que sus ojitos no acompañaban su respuesta.

—Es que... tengo muchas ganas de salir, y no quiero que cambien el plan por mi culpa.

El rubio se sentó en el borde de la cama, al fin estaban solos y podian hablar tranquilamente de estos temas, ya que los demás se fueron a aprontarse.

—No será así, podemos ir al parque de la otra vez, no está tan lejos y es casi igual.

El mayor se colocó de cuclillas delante del ajeno, buscando sus ojitos que por casualidad, los encontró un poco tristes.

—Mentiras —murmuró—. Todo el mundo se ha adaptado a mi, ¿por qué yo no puedo adaptarme al mundo?

—Porque no todo el mundo tiene paciencia, comprensión y empatia —llevó una de sus manos para alzar su mirada, porque Jisung había agachado su cabeza—. Tengo miedo de que te pase algo, es todo. Pero si tú dices que puedes, entonces es así —Jisung asintió, dándole la razón—. Si te sientes incómodo o algo, nos volvemos enseguida, ¿de acuerdo?

—Sí, hyungcito.

Minho se puso de pie, siendo observado atentamente por el menor, que de repente, una pregunta habia aparecido por su cabeza, sin saber cómo apareció por alli, pero aún así, dejó salir las palabras.

—¿Nos tomaremos de la manito? —Minho volvió a posar sus ojos sobre el menor, pero no le dió tiempo a responder—. Cómo estaremos en público, pregunto por eso. Si me dice que no, entenderé.

Jisung volvió a agachar la mirada, pero esta vez con un pucherito que Minho facilmente lo notó. Sin embargo, el mayor se quedó en su lugar y contestó  rápidamente, ya que no había nada en qué pensar.

—Hey, enano, pienso darte besotes en cada rincón. Lo de la manito es de menos. Aún así, si hay alguien que se atreva a decir algo... ¿puedo golp...? Digo, lo golpearé —se corrigió a sí mismo, esperando que Jisung no lo haya notado.

—Seria mejor que no lo haga, no quiero a mi hyungcito en prisión, ¡tiene toda una vida por delante, como para arruinarla así! Porque no sabemos como la persona va a reaccionar y pueden pasar dos cosas: o te devuelve el golpe, o va al hospital y te denuncia, ¡y yo no quiero eso, porque hoy es su turno de abrazarme al dormir! —exclamó, levantándose de la cama y haciendole frente a Minho.

—Buen punto —afirmó el mayor, mientras acercaba su rostro al de Jisung para dejar algo en claro—. Pero no pienso que alguien nos falte el respeto, menos a ti. ¿Entendido, enano?

—Está bien, entiendo —susurró, apurándose en tomar la mano del ajeno para acariciarla, en especial, los nudillos—. Es que no quiero que lo lastimen. Su manito a penas está sanando del corte... No quiero que sienta dolor.

Minho pudo sentir que moría allí mismo, ¿por qué diablos aquella ternura lograba alborotar todo su cuerpo?

Sin soltar sus manos, Lee atrajo el cuerpo del menor para abrazarlo fuertemente, a la vez que debaja un beso sobre su cabeza.

—No me pasará nada. Todo sana, bebé.

—Lo sé, pero aún así, no me gusta verlo sufrir... Desde muy pequeño vive con golpes, y quisiera que ahora viva con amor, solo eso.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora