Capítulo 10

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- ¿En serio lo ves normal? - le pregunté cuando estábamos los dos solos en la habitación después de habernos despertado - Sabe que no soporto a Salma. Puede hablar con ella y todo lo que quiera, no soy quien para prohibirselo. ¿Pero dormir con ella después de darle a entender que no quería que lo hiciera? - hice una pausa mientras me tumbaba en la cama - Martin, ¿qué hago?

- Nada. Tu también has dormido con alguien y no pasa nada. Son solo amigas como tú y Rusli, no tienes que preocuparte - dijo Martin mientras se tumbaba conmigo.

- Si claro, como si fuera tan fácil. Hace unos meses Salma y mi ex también eran amigas y mira lo que pasó - dije recordando todo el daño que me habían hecho esas dos.

- Entonces cuéntale a Violeta todo lo que te hizo y cómo te sientes con eso.

- No puedo, casi ni a ti pude contártelo. Eres de las pocas personas que sabe toda la realidad - confesé, recordar ese momento de mi vida era de las cosas que más odiaba.

- Todo a su tiempo, pero prepárate para cuando llegue ese momento - me dijo mientras se tumbaba encima mía para abrazarme.

- Amores, van a cerrar ya la habitación, tenéis que salir - nos informó Violeta cuando entró a la habitación a coger su móvil.

Esta se quedó sentada viendo el móvil y Martin se fue de ahí tras guiñarme el ojo para dejarnos solas.

Acto seguido, Violeta dejó el móvil y se acercó hacia mi cama.

- Mi Kiki - dijo alargando la última i para después darme un beso en la frente - Buenos días.

Como me advirtió Violeta, enfrente de las cámaras estaba un poco más distante pero cuando terminaba el día una siempre acababa en la cama de la otra para dormir juntas.

Además se me junto que no tragaba la canción, no salieron mal los dos pases de micros pero yo notaba lo que podía venirse.

Sin casi darme cuenta estábamos a domingo. Último día antes de la gala, posible última noche con Violeta.

No estuvimos mucho juntas durante el día debido a los ensayos en plato, sin embargo disfrutamos cada momento juntas como si fuera el último. Podía llegar a serlo en las siguientes horas.

Después de cenar Violeta me propuso ir a la terraza para que le ayudará a componer un poco y claramente acepté.
Cada cierto tiempo sacabamos algún que otro verso pero no duró mucho ya que terminamos quedándonos en blanco.

- Si no te importa voy a hacer dos o tres ensayos definitivos para ir segura mañana y después vuelvo, ¿vale? - dijo Violeta cuando se fijó que estábamos escasas de ideas.

- Está bien, te espero aquí.

Mientras estaba sola en la terraza traté de seguir componiendo algo por mí cuenta.
Mi cabeza no paraba de pensar en la misma persona, la pelirroja. Tenía miedo de que se fuera y que ya no volviera a ser lo mismo.
Si, seguramente estaba siendo muy dramática con todo eso, pero lo atribuí a que al fin y al cabo estar todo el día con las mismas personas afectaba a la intensidad de nuestros sentimientos.

Así que inevitablemente al querer expresar cómo me sentía, tal reportera me vino a mis pensamientos.
Hace unos minutos estaba en blanco pero no sé cómo todo eso había cambiado y estaba totalmente inspirada.

El problema fue cuando cierta persona me interrumpió entrando en la terraza.

- Hola Kiki - saludó Salma como si fuéramos amigas del alma o algo.

Saqué mi mirada de la libreta donde estaba escribiendo para mirarle unos segundos y seguido volver a mi libreta.

- ¿No vas a hablar? - me preguntó sentándose al lado mío.

El perfume tuyo - Kivi (Violeta y Chiara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora