Capítulo 7

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  Se reencontraron en el restaurante de comida italiana.

 Mientras Alba cenaba sola en una de las mesas más apartadas del lugar, vio entrar a Jude. Vestida como si fuese a salir de fiesta, la observó sorprenderse por encontrarse con ella y enseguida se dirigió a su mesa.

-Hola, Alba.

-Hola –saludó la morocha, quien fingía sorpresa, como si no la hubiese visto entrar.

-¿Puedo sentarme contigo? ¿O estás esperando a otra persona?

-No, siéntate.

 Al tomar asiento agarró el menú.

-Y... ¿Qué haces aquí? –la mejor pregunta que se le había ocurrido en años.

-Es mi restaurante favorito, vengo aquí todas las veces que puedo.

 Asintió con la cabeza. Algo le decía que comía allí todos los días.

 Cuando el mesero terminó de tomar la orden de Jude, Alba no pudo evitar mirarla. Le gustaba la forma en la que sus labios pintados formaban hermosas sonrisas. Le gustaban sus palabras. Le gustaba la devoción con la que comía todo tipo de alimentos.

-¿Quieres que hablemos de algo? –preguntó cuando Jude comenzó a comer la pasta que había ordenado.

-De tu novia, quizás.

 Frunció el entrecejo.

-Jude, no tengo novia.

-Bien, supongo que es algo menos de lo que debo preocuparme durante mis intentos de seducirte.

 Alba rio nerviosamente y en su pecho, su corazón saltó.

-¿Les dices eso a todas?

 Jude la miró con sus ojos avellana y le sonrió dulcemente antes de contestar.

-No –dijo con firmeza, y esperó unos cuantos segundos antes de continuar-...Siempre que quiero llevarme a alguien a la cama se me hace bastante fácil -¿Acaso Jude le había confesado que solo quería tener sexo con ella?-, lo cual es extraño, porque contigo me estoy esforzando más del doble y llevarte a la cama no es uno de mis primordiales propósitos.

-¿Qué quieres decir con eso, Jude? –tal vez su explicación la ayudaría a aclarar un poco la forma en la que se sentía.

-Quiero decir que desde los dieciséis años disfruté de sexo libre. Estuve con quien quise y me negué a quien no deseaba. También supe lo que es despertar al lado de una persona sin saber lo que sucedió la noche anterior o cómo es que durante una relación sexual te ahorquen hasta dejarte sin oxígeno... Y ahora me he dado cuenta de que nunca, en todos estos años, supe lo que es tener una cita sin esperar sexo después de la comida. No conocía la satisfacción de hacer reír a alguien, anhelar un mensaje, una llamada o un reencuentro. Tampoco sabía lo que era entrar en mi departamento y solo hablar, temer que alguien se marchara o sentirme segura con el tacto de una mano. Sé lo que es llevarse a alguien a la cama, Alba, pero no sabía lo bueno que era que te guste mucho alguien y que parezca que ese alguien también te quiera.

-Eso quiere decir que te gusta alguien –susurró notando las palabras en pasado que la rubia utilizaba.

-Sí –asintió mirándola fijamente a los ojos-, me gustas...

 En cuanto esas palabras salieron de su boca, tres cosas sucedieron:

 La primera fue que el corazón de Alba comenzó a latir tan rápidamente que podría haber dejado de funcionar en ese instante.

 La segunda fue que sus manos se separaron.

 La tercera fue que Jude se marchó.

MasterpieceWhere stories live. Discover now