Capítulo 19

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 Al tercer mes Jude ya no usaba chaquetas.

 Alba no sabía cómo había sucedido, pero ese día la vio entrado a la librería con solo sus jeans y una remera de los Beatles.

 No era como si no le gustara, pues la camiseta le permitía tener una vista privilegiada a sus pálidos brazos, pero aquella venda alrededor de su muñeca no le permitía admirarla completamente. Seguía insistiendo, ofreciéndole ayuda, y ella simplemente ignoraba sus palabras como si fueran cualquier cosa.

-Hola, Blondie –saludó al verla.

-Veo que estás sola –dijo con una dulce sonrisa antes de depositar un beso en sus labios y sentarse a su lado. Lo cierto es que la librería había estado vacía la mayoría del tiempo, y hasta la llegada de Jude solo había tenido un cliente.

-No ahora –dijo con una sonrisa-. Jamás podría sentirme sola si estoy contigo.

 La joven rió.

-¿De qué libro sacaste eso, All? –se burló. Quería hacer parecer que el halago era estúpido, pero lo cierto es que nadie jamás le había dicho algo dulce-. Seguramente de uno de esos que están de moda y el chico malo se enamora de la chica buena.

-Acepta que te encantó.

-No.

-Jude...

-Solo un poco, ¿okay? Pero creo que el hecho de que seas mi novia tiene que ver con eso.

-Me conformaré con esa respuesta –había una gran sonrisa en su rostro. Tomó su mano con ternura, pero no pudo evitar notar la venda en su muñeca. Siempre la notaba, le incomodaba, pero la rubia no le permitía hacer nada-. ¿Dónde está tu chaqueta?

-En mi armario –notificó-. Si voy a sufrir con el mundo no quiero ocultarlo. El mundo sufre continuamente frente a nuestros ojos, pero están aquellos que se dan cuenta y aun así deciden ignorarlo. Las personas pueden notar mi venda, o pueden simplemente pasarla por alto.

-Yo la noto –susurró antes de sujetar su mano-, y quiero ayudarte.

-El mundo está sufriendo, All. Si quieres salvarme a mí, salva al mundo.

-Salvándote a ti salvaré al mundo –formuló con rapidez.

-¿Por qué lo dices?

-Porque tú eres mi mundo –confesó, y aunque sonara cursi, era la verdad.

-Lamento decírtelo, All –murmuró con tristeza-, pero tu mundo se cae a pedazos.

***

 Solo tuvo un cliente más en las siguientes horas, y el día fue tan poco provechoso que su tía la envió a casa temprano.

 Jude era la única que parecía hacer algo en ese tiempo. Y con ese "algo", me refiero a escribir cosas que jamás le mostraba a Alba.

 Fueron a comer al restaurante de siempre y ocuparon una de las mesas de los alrededores. Ya no importaba para la rubia la mesa central. Ahora lo único que parecía querer era estar junto a la librera.

-¿Te importaría ir al parque el sábado? Mi hermano vendrá a visitarme ese día y me encantaría que ustedes puedan conocerse. Él es simplemente mi todo. Lamento no ser la persona que le dice a su novia que ella es "su todo", pero si lo digo estaría mintiendo.

-Tranquila, no me molesta, es tu hermano.

-Puedes invitar a Lauren si quieres –propuso-. Me agrada, ya sabes. Pero procura que no se acerque demasiado a él.

-Está bien –aceptó divertida ante el instinto sobreprotector de su novia.

***

 Cuando llegó el sábado, Alba y Lauren se dirigieron al parque.

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