Capítulo 19: Parlanchines y tormentas.

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•Advertencia: super mega extra hiper lindo trailer más imagenes regalos de unas lectoras 7u7. Créditos a @liascurse y @Violetta1517RA

•Adevetencia 2: ¡QUIERO VER NERVE! Lo haré aunque sea lo último que haga 🙅🏻😑

•ADVERTENCIONADOR LIBRE•

ALICE'S POV

Espero en la sala de embarque a que nuestro avión llegue, recostada en el hombro de bicho a punto de caer dormida.

Tengo tanto pero tanto sueño, que pronto caeré. 

El viaje hasta aquí fue bastante interesante, con Austin y Adam teniendo sus particulares discusiones todo el camino dentro del auto. Mi hermano le narró al ceniciento un manual completo sobre como debía cuidarme, protegerme, y actuar conmigo mientras él ni mis padres estuvieran presentes. Al parecer debo dormirme a las 10, desayunar a las 8, dormir en una casa diferente a él, y siempre estar a un metro de distancia, cosa que el definió como "burbuja de espacio personal". Por supuesto el bicho rechazó toda indicación y le dijo explícitamente  todo lo que tenía planeado sin pelos en la lengua, como el honesto ceniciento que es. Le dijo que nos dormiríamos a la madrugada, que desayunaríamos a las 12, dormiríamos en la misma casa, si tiene suerte en la misma habitación, y me abrazará todo lo que pueda en este viaje enviándole fotos cada segundo solo para presumirle lo cerca que está de mí.

Austin gruñó. Adam rió. Y yo seguí dormitando.

Sé que en el fondo Austin ama a Adam, aun cuando se pone en plan "conquistemos a chispita". Aunque Adam no ayuda mucho que digamos, ya que hasta ahora le ha mandado cinco fotos de mí durmiendo en su hombro mientras él le saca la lengua. 

En fin, luego de una dramática despedida de parte de Austin, donde le dio unas ultimas advertencias a Adam, por fin pudimos entrar al aeropuerto. Debimos caminar bastante con las maletas, prácticamente todo el estacionamiento ya que el idiota aun está vetado de aquí con Ally. Pero la verdad apenas me acuerdo del trayecto, la mitad de el Adam me arrastró hasta aquí mientras yo dormitaba en su hombro.

Como lo sigo haciendo. Como dije, tengo sueño.

Escucho los ruidos del aeropuerto y frunzo el ceño con los ojos cerrados por tanto alboroto que hay aquí. No sé si lo dije alguna vez, pero odio este lugar.

El ruido de las ruedas sin aceite de las maletas, las largas e interminables filas que hay que hacer, el ambiente ajetreado en general, la chillona voz de la parlanchina chica unos asientos a mi lado.

Aun odio los aeropuertos.

Para más remate, nuestro avión tiene un retraso gracias al clima –que para mi gusto está perfectamente bien- de tres malditas horas. Hemos madrugado para nada ¡Para nada!

Demanda. Los demandaré luego por privarme de mis 8 horas de sueño.

Ya son las 6 de la mañana y aun quedan dos horas más que esperar. Está de más decir que mi aburrimiento es de niveles inexplicables, al igual que mi grado de sueño. Las bebidas energizantes que Adam me compró no han servido de nada, creo que hasta más cansada estoy aun. Por el lado bueno, el bicho me deja dormir en su hombro y al parecer disfruta de ello.

Adam por su lado está muy feliz. La sonrisa no se le ha borrado desde que salimos de casa y eso me hace sentir realmente bien. Al menos he cumplido mi objetivo y por fin tengo a mi Adam alegre otra vez, no a ese depresivo bicho al que me daban ganas de aplastar.

Ellos Están EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora