Ellos Están Enamorados

Epílogo

3 años después. (23 años)

ADAM'S POV

¡Cansador! Solo puedo decir eso. Y mejor no hablemos del sol que nos acompaña.

Respiro con pesadez mientras bajo la última caja del camión de mudanzas y la llevo a la casa. La gran casa nueva de un bello barrio residencial. Con dificultad, la dejo en el que será el futuro living familiar, junto a las otras cajas que dice "cocina". No sé que llevarán dentro, pero creo que acabo de romperme la espalda.

Sacudo mis manos satisfecho y echo una miradita rápida por el lugar, encontrándome montones y montones de cajas apiladas por todos lados. Nos llevó toda la mañana pero terminamos. Fue duro, pero lo conseguimos.

Sonrío orgulloso al imaginarme todo lo que se viene, al pensar en todo lo que esta nueva etapa puede traer consigo. La linda casa desamoblada de dos pisos, con tres habitaciones y un gran patio trasero, pronto se convertirá en el hogar de una joven pareja y su hijo de 11 meses, y eso no podría tenerme más feliz.

¡Una nueva familia se ha mudado al barrio! Espero que los vecinos estén preparados para esto.

Observo por la ventana a todos ayudando y sonrió enternecido. Amo a esta familia, siempre todos ayudándose entre sí. Su definición de familia no se limita a las personas con las que se vive, más bien, la familia, mi familia, son todas esas personas a las aman y siempre están para ti. Los amo a todos como si de July y mis padres se trataran.

Suspirando sacudo mi cabeza y salgo al patio delantero, que también tiene unas cuantas cajas por el césped pero de ellas se están encargando Dan y Jake. Me quedo en la entrada observando lo que pasa a mi alrededor. A veces, me pongo sentimental y simplemente quiero abrazarlos a todos. Ya entiendo porque todos dicen que soy un cursi.

No pueden culparme. Amo a mis amigos y todos los miembros de la familia de la que ahora soy parte.

Puedo ver como Austin baja del asiento del piloto del camión de mudanzas y silba satisfecho, mientras alza ambos brazos en señal de victoria. Fue su primera vez manejando uno de estos camiones y está algo emocionado. Muy emocionado de hecho. Lo hizo bien, claro, si ignoramos que casi chocamos tres veces, por poco atropellamos a dos personas y nos sacaron una infracción por ir en el carril equivocado. Espero no se haya roto nada de las cajas con el caótico viaje que tuvimos, pero si Austin está feliz ¿Qué más da quebrar un par de cosas?

Seguido de Austin, Alice y Ally bajan del asiento del copiloto, ambas con un niño de tres años en sus brazos los cuales no dejan de reír, de seguro encantados con el interesante viaje que su padre les dio.

Rápidamente mi chispita deja al niño en el césped y se lanza al suelo, llevándose una mano al pecho y aferrándose con la otra al piso, intentando controlar sus latidos y respiración luego del espléndido paseo como copiloto.

Creo que Austin la ha traumado con el viaje.

Ally por su parte baja toda serena y calmada, a espera de que Austin llegue a su lado para felicitarlo por el "gran trabajo" que hizo conduciendo el camión, como la buena esposa que es. Cuando lo hace, ambos chocan los cinco y se abrazan, dándose un rápido beso que hace reír a los dos pequeños que ya han comenzado a correr por el césped. Inmediatamente sus padres los toman antes de que corran, se escapen y pierdan... otra vez.

Esos niños son problemas de dos patas, pero claro ¿Qué puedes esperar si juntas ADN Moon y Dawson? Como resultado solo obtendrás caos.

-         Estuvo bien ¿No, Alice? –dice Austin, con su pequeño hijo Ethan de tres años en brazos.

-         ¡Salvaje! –grita Alice aun intentando relajarse.

Rio sin poder evitarlo y me aproximo a mi pareja, ayudándola a pararse de césped y abrazándola en cuanto ya lo ha hecho. Aún está muy alterada por el viaje que sufrió, de hecho, no sé como no se desmayó a mitad de camino. Aunque si hablamos de quien sufrió más en este recorrido, yo iba atrás con todas las cajas, sin cinturón de seguridad ni asiento si quiera. Ha sido mejor que el parque de diversiones. Mi chispita por su lado parece algo traumada, incluso podría no subirse a un auto nunca más.