Ellos Están Enamorados

Extra: ¡Feliz cumpleaños!

•Extra Auslly•

ALLY'S POV

Como mi desayuno con pereza en la mesa de centro mientras Austin cambia la televisión de un canal a otro sentado en el sofá. Lleva unos 20 minutos intentando decidirse de canal, ignorándome completamente desde que despertó, como si fuera un simple adorno del salón. Me siento oficialmente nada. Me remuevo para encontrar una posición cómoda en la alfombra en la que estoy sentada, pero es simplemente imposible, el suelo es duro sin importar que. Fácilmente podría sentarme en el sofá junto al chico rubio, que está a menos de medio de metro de mí, pero me niego a compartir sofá con ese inmundo desperdicio de oxigeno que no hace más que hacerme sufrir en un día tan especial. ¡Lo peor es que ni se inmuta de aquello! Solo sigue cambiando el canal de la tv, creyendo que todo está bien.

¡Nuevas noticias, chico rubio! ¡No está todo bien!

Dejo el plato a un lado en cuanto termino de comer y sigo con los brownis de chocolate que me hice ayer. Estoy deprimida, deprimida como como Trish y Dez cuando se enteraron de que Fernando era gay. No es para nada un secreto que el chico rubio es distraído y torpe la mayoría del tiempo, por lo que varios de sus comportamientos pueden excusarse y hasta ignorarse si no es muy grave la situación. Ya me he acostumbrado a soportar sus idioteces, estoy con él desde los 18 años, ya es parte de la rutina diaria desde que lo conocí. Lamentablemente, esta situación es totalmente gravísima, algo así como casi imposible ignorar. Llevo desde las 12 de la noche anterior lanzándole indirectas sobre el gran día que es hoy, pero el muy idiota no puede procesar ninguna de las lanzadas en su diminuto cerebro, ni siquiera inmutándose de que quiero decirle algo entre líneas. Solo se queda ahí, mirando el televisor, sin siquiera invitarme a verlo con él, dejándome en cambio comer en el piso como un perro que no merece la pena acariciar.

Tarado.

Digo, poniéndome en su posición, en la que él cree que es un día común y corriente, totalmente normal, podría POR LO MENOS invitarme a sentar en el sofá con él ¡Aunque sea para robarme comida! Pero no, por alguna razón, ha estado especialmente torpe este día, ignorándome por completo desde que se despertó.

Ignorándome el día de mi cumpleaños. Feliz día para mí.

Termino de comer mis brownis y limpio mis manos para hacer un último intento para ayudarlo a recordar el importantísimo día que es. No me sorprende que el diminuto cerebro de mi esposo necesite más de un empujoncito para recordar ciertos detalles que son de vital importancia, yo misma los necesito constantemente, somos torpes ambos.

¡Pero hoy nació el amor de su vida! Es un pecado que lo haya olvidado así como así. Pero como dije, tiene un par de pases debido a la incompetencia momentánea que está sufriendo. Culparé al calor, sí, eso es. Pero todo tiene un límite eh.

Aun recuerdo ese día hace 6 años, cuando olvidó mi cumpleaños número 18 y luego lo confesó en la linda carta que tengo guardada por ahí. Es la segunda vez que lo olvida desde que nos conocimos y, déjenme decirles, duele tanto como la primera vez. ¡Espero que vaya preparando otra linda carta para atesorar! Porque si en serio olvidó mi cumpleaños, iré preparando los papeles de divorcio ahora mismo con mi abogado Jeff.

¡Así es! Tengo sentimientos y un límite en el marcador de soportando tu idiotez, al cual estoy llegando ahora mismo. Debería agradecer que tiene una esposa considerada que le ha lanzado indirectas las últimas 12 horas para evitar un pleito y ayudarlo a recordar algo que debería recordar él por sus propios méritos. ¡¿Pero 56?! ¡56 indirectas y aun no capta ninguna! Yo recuerdo haberme casado con alguien un poquito más capcioso. Sus venganzas emanan genialidad y brillantez, ¿dónde quedó toda esa astucia e inteligencia?