🐠EL PEZ PREDICADOR🐠 9/5/15

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Martyk era un pez muy curioso, que le gustaba navegar por todas partes incluso por sitios donde no podían entrar peces, ya que eran lugares donde se paseaban tiburones muy malvados y despiadados, pero Martyk no les tenía miedo, era el pez más valiente aunque aun era un joven pez, era capaz de defender su acuario y los que no vivían con ellos, no les gustaba el abuso en el mar, era capaz de romper redes y darles libertad a los peces, era muy inteligente, creativo, le gustaba la música, ayudar a los demás, y sobre todo hacer competencia de nados, de hecho era el mejor que nadaba y todas las noches subía a la superficie para mirar las estrellas.

Una noche habían raptado al pobre Martyk, ya que era de un color llamativo, un pez arcoíris, pero no era como los demás que tenían dos o tres colores, el no, el era muy colorido incluso sus colores de noche brillaban como neón, era un pez muy raro, muy atractivo para el comercio, habían metido a Martyk en una pequeña nevera con agua de mar, se acercaban a la orilla, Martiyk no tenía miedo, era muy curioso y todo lo que le pasaba el lo disfrutaba, además estaba muy deseoso de conocer el mundo humano, al llegar la lanchita a la orilla, rápidamente sacaron la neverita con Martyk dentro, lo entraron a una casa de playa, allí quedo encima de una mesa.

Al amanecer lo llevaron rápidamente en una bolsa con agua, eso si no le gustaba, no se podía mover, a la casa del pastor, pues el pescado de su hija había muerto y tres jóvenes de la iglesia que trabajaban en pesca, no se ganaban así la vida pero es el mejor pasatiempo para la tranquilidad y para disfrutar con los demás jóvenes, el Pastor había sido pescador, pero ahora era pescador de hombres. Tintun decía el timbre de aquella casa no muy lejos del mar pero tampoco lejos de la ciudad, no era una mansión, tampoco una casa pobre, había sido herencia de sus padres, la niña abrió la puerta, vestida con un traje rosa hermoso y sus zapatos blancos, uno de los tres jóvenes le sonrió a la niña y sacando su mano de atrás le mostro el pescado, la niña salió corriendo de felicidad hacia la cocina donde se encontraba su padre diciendo papi, papi me trajeron un pez, el padre se levanto rápidamente de la silla, dejando allí su taza de café aun botando humo y al lado las galletas con mantequilla, las favoritas de su abuela, al llegar a la puerta les dijo a los jóvenes, Dios les bendiga, se quedo en shock al mirar el pez, le vino a la memoria la vez que su abuelo se había retratado con un pez igual, pensó que tal vez eran familia, al reaccionar se acerco a la puerta, tomo el pez y lo hecho en la pecera que estaba esperando un huésped nuevo. Era domingo de iglesia así que todos salieron juntos, y allí quedo Martyk nadando en su nuevo hogar, mirando como vivían los humanos, no se quejaba, sabía que muy pronto volvería a su lugar de vuelva y que tenía una nueva historia que contar.

Al amanecer los peces se volvieron locos buscando a Martyk por todas las partes que podía estar, bueno casi todas no entraban a territorios de peligros como hacia el pez arcoíris, pez muy travieso, pero sus amigos no lo encontraron, se pusieron muy triste y asustados, quien los podría defender ahora, no había nadie tan valiente como Martyk, se quedaron juntos en su lugar, no se movieron, no nadaron, incluso algunos ni comieron, se escondieron en sus casas y no salieron para nada, un poco más y se quedaban sin respirar, peces miedosos.

Mientras Martyk esperaba ansiosamente ver a la niña, pues nunca había visto algo tan hermoso como ella, y su papa, pues le daba un poquito de miedo, se veía muy rudo, era alto, trigueño, sus ojos eran color miel, y era ancho de espalda, Martyk trago hondo, era la primera vez que algo le daba un poco de temor, pero a la misma vez confianza, vio algo en su mirada que no conoció, cuando el Pastor se había quedado en shock, eso lo sorprendió, Martyk estaba hundido en sus pensamientos, no se había dado cuenta que la niña lo estaba mirando curiosa y que su papa también lo estaba mirando curioso, solo escucho un clack, la niña le había dado en el cristal y brinco por encima del agua y volvió a caer en la pecera, pues no la tenían cerrada, la niña dijo wow y el papa solo rio, dando pasos a la cocina, el pez tenía un oido muy fino, podía escuchar cualquier cosa, era el único en su especie, su familia había muerto o llevado a los humanos, no sabía bien la historia, lo habían criado otros peces arcoíris que aparentemente eran sus tíos, pero sus padres y sus abuelos, de ellos no sabía.

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