🛣EL CAMINO ANCHO Y EL CAMINO ANGOSTO🛣 2/3/16

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Había una vez dos hombres que iban rumbo de una gran aventura, los dos tenían sus mochilas en la espalda hablando por el camino, felices pensando que todo les saldría bien. Había pero no era así, la aventura comenzó desde que salieron de su ciudad, caminando el bosque se encontraron un gran oso, el primer hombre se quedo paralizado mirando a los ojos al gran oso pensando que con su mirada profunda lo espantaría, pero el gran oso no se fue sino que habría su hocico, y el hombre tuvo temor, el segundo hombre con su voz dulce y suave le hablo al gran oso, el primer hombre lo miro sorprendido, el segundo hombre camino despacio hacia el oso y logro acariciarlo, le dio algo de comer y el oso corrió fuera de su vista, el primer hombre le pregunto ¿Cómo pudiste hacerlo? el hombre le contesto no se, táctica tal vez, pero no fue así, el segundo hombre conocía palabra de Dios y sabia que hasta los animales a un hijo de Dios lo obedecía con tan solo decir la palabra. Los hombres siguieron su rumbo el segundo hombre le hablaba de Dios al primero pero el primero no quería escuchar, decía que estaba bien, que todo lo que tenia lo había logrado por su sudor y su fuerza, que no le faltaba nada, incluso que Dios no existía, el segundo hombre solo cayo, se mantuvo meditanto por todo el camino, saliendo del bosque se encontraron de frente a una gran montaña que tenían que escalar, el primer hombre se quedo pensando y mirando si había algún atajo más corto y menos esforzado, el segundo hombre dijo no hay otro camino, solo escalar, vamos yo te ayudo, pero el primero que era un poco testarudo dijo que no necesitaba ayuda de nadie que él podía subir y llegar a la cima que no era nada complicado, pero no fue así el segundo hombre estaba confiando en Dios y seguro que subiría a la cima, el primero hombre quedo a mitad atollado su pie en una gran roca, el segundo hombre estuvo que bajar la montaña, llegar al otro hombre y ayudarlo a desencajar su pie y lo ayudo a subir como había dicho, al llegar a la cima el varón de Dios Glorifico a Dios porque pudo subir, el hombre necio solo le dio la espalda y siguió su camino, mas adelante encontraron un gran lago que tenían que cruzar, el hombre necio miraba pero no había barca, el varón de Dios le dijo ¿ Por que buscas siempre lo más fácil? acaso no puedes por tu propio esfuerzo, por tu propia fuerza, por tu propio sudor cruzar este pequeño lago, el hombre necio miro sorpendido el pequeño lago comento, el varón de Dios comenzó a caminar por el lago al llegar a la mitad y ver el hombre necio que nada le había pasado hizo lo mismo pero al entrar al agua cayó y se ahogaba, pues estaba hondo, el varón de Dios al verlo rápido llego a donde él y lo ayudo una vez más a salir del lago, el hombre necio solo maldijo, el hombre santo bendijo a Dios. Siguieron caminando hacia su aventura que para nada era aventura para uno pero si para el varón de Dios mientras caminaba reía, cantaba y alababa a Dios por la hermosura de su creación, el hombre necio decía este ya está loco, el tanto camino le ha hecho mal, pero de tanto camino ya había llegado la noche, allí cerca del lago descansaron, el hombre santo dormía tranquilo y como dice la palabra en paz, pero el otro hombre terco y rebelde no podía dormir, escuchaba animales aullando y siluetas en la oscuridad, temblaba de miedo. Al amanecer emprendieron su viaje nuevamente después de haber comido, y haber dado gracias a Dios por otro día, este el hombre santo. Muchas cosas más pasaron en el camino pero el hombre terco nada le movía en pelo excepto el viento, tuvieron tormentas, vientos fuertes, arboles que sus ramas caían y de todo los libro Jehová, pero al llegar al camino se encontraron con dos letreros, camino ancho hacia la izquierda, camino angosto hacia la derecha, pero el camino era tan pequeño que apenas se veía, el hombre terco dijo aquí me despido este camino se ve seguro, es ancho y seguramente es más corto y tú me sigues no hay otro camino dijo burlándose del hombre de Dios cuando le dijo que no había otro camino solo la montaña, el varón de Dios idjo no ese no es mi camino y entrando por unas hojas siguió su camino que a vista del hombre necio no se veía pero el hombre de Dios lo pudo visualizar, el hombre terco sacudió su cabeza pensando aun no hay otro camino, este hombre está loco y siguió el camino ancho, tan seguro qeu no se dio cudenta que al final del camino había un risco que lo llevaba a la muerte segura mientras el varón de Dios salió sano y salvo del camino, de su aventura y llego al lugar donde tenía que llegar a la puerta estrecha, tocando la puerta, le abrieron, le recibieron y el entro y la puerta fue cerrada y ya nadie podía abrirla.

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