CUENTOS CRISTIANOS

🐣EL PAJARO DESOBEDIENTE🐥 23/6/15

Había una vez un árbol hermoso, muy frondoso y alto, donde vivían numerosas razas de pajaritos, recientemente se había mudado un matrimonio de pajaritos, se encontraban esperando sus pequeños, que estaban a punto de nacer. Esa tarde papa se encontraba volando buscando comida para su esposa, estaba muy emocionado, eran sus primeros retoños y no quería que su esposa se alejara de ellos ni por un instante, al llegar papa a su casa le llevo la comida favorita de su esposa, suculentos gusanos, al terminar su esposa de cenar, el primer huevo comenzó a romperse, el papa que no le sacaba los ojos a ellos, le dijo a su esposa, mira, mira, mira, la esposa miro y se quedo contemplando, primero vio el piquito de su hijo, luego escucho su voz que dijo ayúdame, su papa que estaba muy emocionado ayudo a su primogénito a romper el cascaron con mucha delicadeza, su esposa se enojo y lo miro serio, pues los padres de la pajarita la habían enseñado a ser independiente, desde que ella comenzó a volar buscaba su propia comida y todo lo que necesitaba, su esposo era más consentido y esas eran sus peleas de matrimonio, que su esposo le gustaba consentirla llevándole comida pero ella le gustaba buscar sus propias cosas, el primogénito los miraba con una sonrisa en su pico, el papa pájaro estaba a su lado y miraba a su esposa, diciéndole salió igualito a mí, ella le contesto menos las patas, pues habían salido grises como las de su madre, era la mejor en aterrizaje, patas fuertes, el pajarito tenía sus ojos grandes verdes igual a su padre, pico amarillo, su rostro era vivo o tonto como el de su papa, el segundo huevo comenzó también a romperse mientras sus padres se quedaban mirando a su primer hijo, el cascaron se alzó una dos y tres veces a la cuarta vez salió el cascaron volando, y salió el segundo pajarito fuerte y serio como su madre, una dos y tres, salió del cascaron alzó el huevo y lo tiro fuera del nido, se asusto al mirar a su padre, pues su cara tonta le asustaba pero es que estaba muy emocionado, era igual a su madre ojos azules, pico negro, patas grises, era serio y fuerte, decidido, se quedo mirando a su madre, se miro sus patas y miro las de su madre, entonces suspiro tranquilo, salí a mami dijo, miro a su hermano y se quedo mirándolo serio, faltaba el tercer huevo pero paso la noche y nada, el papa lo tocaba con la uña a ver si recibía algún sonido y nada, paso otro día y nada, en la noche debajo de su mama comenzó a romper el huevo, su mama se despertó al sentirlo, lo miro y no tuvo más remedio que ayudarlo a salir del huevo y volvió a dormir, a la mañana su papa ya venía con la suculenta comida, gusanos para todos y todos comieron. Aun eran pequeños aunque ya habían crecido algo, el primogénito, era negro por arriba y amarillo por debajo, mientras el segundo era gris y negro y el tercero era amarillo completo patas anaranjadas y pico anaranjado y ojos azules, salió a mi suegra, dijo mama pájara, el tercer pajarito se paraba en la orilla del nido y miraba para abajo, quería volar, pero no era aun su tiempo, mama le decía no lo hagas, pero él no le hacía caso, hasta que en una se tiro, mama salió del nido hacia abajo, tomo su patita en el pico y lo subió al nido, dejándolo caer, te dije que no lo hicieras, le decía su madre, pero el no la escuchaba, todos los días hacia lo mismo, hasta que su madre se había cansado y lo dejo, al caer el pajarito se había roto un ala, entonces su padre volviendo con la comida, bajo del nido al suelo asustado, pues habían fieras en el territorio, lo agarro de sus patas y lo subió al nido, lo puso delicadamente en el nido y lo miro con preocupación, pero su madre le decía lo mismo te lo dije, el pajarito la miro triste, bajo su cabeza y claro lo había castigado, el pajarito aprendió a no ser desobediente y aprendió que cuando su madre le decía no, era por su bien y porque seguramente alguien de su familia le había pasado, pues aun no cree que su madre se le haya partido alguna ala, de su padre creía todo. Cuando aprendió a volar y fue grande y estuvo sus hijos comprendió mejor lo que su madre le decía. Todo era por su bien.

COLOSENSES 3:20-21

20Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor.

21 Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.