CUENTOS CRISTIANOS

🌳EL LABERINTO👣 30/10/15

Erase una vez un laberinto enorme del cual Ciprian no podía salir, andaba y andaba pero cuando creía que había llegado a la salida se topaba con otra pared mas del gran laberinto, cansado de estar caminando se detenía a descansar solo por un rato y luego continuaba su camino en el laberinto. Todo el día trataba de buscar la salida pero no la hallaba, por la noche descansaba, mirando las hermosas y brillantes estrellas, la luna que lo alumbraba, entre el sol y la fatiga sabía que no iba a poder llegar lejos, seguramente no encontraría nunca la salida del gran laberinto. El mismo había construido el laberinto pero no sabía por donde era la salida, se le había olvidado, mucho tiempo ha estado en ese laberinto, aun se preguntaba cómo se le pudo haber olvidado la salida y el mismo se contestaba si hubieras creado primero la salida no estuvieras en este laberinto, pero solo deliraba, sabía que no estaba nada bien, ya estaba muy cansado, muy agotado para encontrar la salida del laberinto. Hasta que un día por fin Ciprian cayó de rodillas poniendo su mirada al cielo, clamo como jamás lo había hecho y una iluminación salió de esa pared la cual le indicaba que era la salida, Ciprian se levanto con gran alegría y esta vez  ya no caminaba corría hacia la salida, al lograr salir no miro hacia atrás, nunca más volvió a entrar en el gran laberinto.

Erase una vez un hombre llamado Don Ciprian, que había perdido su mirada de Dios y se había envuelto en los pecados de la vida, en las ofertas del diablo, en problemas, en situaciones difíciles, había caído y no sabía cómo levantarse, estaba cegado por la oscuridad, trataba de hallar una salida a su condición pero no la encontraba, se le había olvidado que más arriba del cielo el cual el miraba cada noche estaba Dios mirándolo a él. Cansado de la vida y de todo, pensaba que nunca iba a salir de  esa oscuridad enorme que lo rodeaba. Hasta que un día mirando hacia el cielo clamo como jamás lo había hecho y Dios en su misericordia le mostro la salida a su oscuridad, Juan 14:6 yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, si no por mí, Jesús era su salida, al encontrar a Jesús pudo salir de su oscuridad y nunca más volvió a ese lugar.

Mateo 7:8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Era una vez y ya no es.

2 Corintios 5:17  De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.