Hades el Visitante del Inframundo

Cap 5 La Maldita Fiesta

Reino mortal.

La semana transcurrió lenta y dolorosa ¡Al fin viernes! Pensó Adara emocionada por no tener que saber absolutamente nada de los recién llegados, aunque fuese solo por el fin de semana. Y es que el fastidio que sentía por él se debía a las emociones confusas que ese sujeto lograba despertarle. Por un lado, experimentaba una gran exasperación y por el otro se sentía muy atraída. Dichas situaciones le estaban causando una gran angustia.

También estaba molesta con ella misma, ya que, un chico jamás tuvo el poder de interferir en su estado de ánimo y Hades se le daba perfecto, con solo respirar a su lado su genio se descomponía en el acto. Pero lo más ridículo de todo era que no le conocía, él llevaba muy poco en la ciudad y se negaba totalmente a incluirse en la lista de chicas superficiales que solo se dejan llevar por un físico de infarto. No, ella era diferente, siempre buscaba más en el género opuesto, pero con Hades todo era diferente y no solo era que estaba endemoniadamente bueno, sino que ese idiota tenía no sé qué oculto en su forma de ser que le resultaba tan excitante. Varias veces intentó encontrárselo lo menos posible y en el par de clases que compartían estaba aplicando la ley del invisible y esa era sino te miro no existes. Sin embargo, la tarea de no pensar en él estaba resultando imposible, ya que, todo el mundo estaba fascinado con los dos chicos nuevos. Quién para sorpresa de Adara no eran pareja, eran hermanos. El hecho anterior también la mortificó en su momento, ya que, a gritos le dijo al aludido que no hiciera escándalos públicos con su novia, todo el puto instituto estaba enterado de su pelea y no dejaban de mirarla mal por haber gritado al perfecto chico nuevo.

La hermana del implicado no se quedaba atrás, tan solo llevaba una semana en el instituto y ya se había convertido en la más popular, no solo por su belleza, sino que Samy comentaba que era una chica despreocupada y divertida, con un nombre tan exótico como el de su hermano, Afrodita se llamaba y bien que le hacía honor, pues su belleza se podía comparar con la de la diosa del mito. Todas las demás chicas querían ser como ella y los chicos lamían el piso por el que pasaba. Adara no los culpaba, es que era preciosa al igual que su muy desagradable hermano.

Samy no dejaba de contarle chisme tras chisme de Hades y es que no era sorpresa que el público femenino estuviese tan revolucionado, hasta las maestras lo desnudaban con la mirada y eso se le antojaba tan ridículo. Parecía como si nunca hubiesen visto un hombre apuesto. Pero por dios a quien quería engañar, la respuesta era ¡No! ¡jamás! Por qué él era, sin duda, él chico más atractivo del lugar. Lo reunía todo, era jodidamente perfecto, pero eso se limitaba solo a lo físico. Porque esa personalidad grosera, insufrible y arrogante se la podía meter por el culo. Es que no podía perdonarlo, fea, le dijo fea y poco sexy.

A ella nunca le había importado lo que los demás dijeran o pensaran de ella, pero no se explicaba por qué le afectaba tanto que justo a él le pareciera poco agraciada.

La clase de español empezó con normalidad. Como se estaba volviendo costumbre Hades llegó tarde y la maestra no dijo absolutamente nada. Hecho que le hizo rodar los ojos, porque era tan típico que por ser quien era pudiera hacer lo que se le diera la gana. Y su actitud de "nadie me pone freno" la tenia exasperada. Pero lo que más le molestaba era el hecho de que desde la última vez que tuvieron interacción el también se había dedicado a ignorarla totalmente. ¿Quién la entendía? Ni ella misma, esa era la respuesta.

No se lo iba a aceptar a nadie, pero contó los días en que no se hablaron y en total eran cuatro, para ella quedaba más que claro que a Hades no le importaba en lo más mínimo. Escuchó rumores de que se llevó a la cama a más de la mitad del equipo de animadoras y ahora seguían las de gimnasia. Tan cliché, pensaba Adara, estas actitudes la enfurecían aún mas y no se entendía, él era un chico soltero que podía hacer lo que se le diera la gana y ella no tenía derecho a criticar. Pero si a determinar y firmar en piedra que ni muerta seria incluida en esa lista.