Hades el Visitante del Inframundo

Cap 23 Peligro!!!

Tres malditas noches, tres largar noches sin saber una mierda de Hades. Ninah sencillamente solo se limitaba a responderle preguntas sobre el tiempo, pero no rebelada absolutamente nada del paradero de "su señor" como ella le decía. Le inquietaba y al mismo tiempo se sentía ridícula por sentirse de esa forma, él era poderoso y de seguro tenía cosas más importantes que hacer que calmar la ansiedad de una visita que él no pidió.

La noche en que Perséfone la encontró con Hades Ninah la llevó a otra habitación y esta vez a pesar de los nervios si se grabó los pasos por donde cruzó. Se percató de un corredor muy largo tapizado con una alfombra color vino, levemente iluminado con lamparitas antiguas, pero elegantes. Las paredes eran de roca lisa similares a las del baño del otro lugar, sin duda era impresionante, parecía el corredor de un castillo antiguo. Sin embargo, allí solo paso una noche, aunque no durmió mucho al estar al pendiente de que la diosa celosa no apareciera y le rompiera el cuello. Esperó estúpidamente a que él hiciera acto de presencia y le diera explicaciones, pero eso no sucedió, la única que apareció fue Ninah quién la llevó de vuelta a la habitación en la que por poco acaba incinerada gracias al poder surrealista de la diosa.

No soportaba un minuto más el encierro, ella quería salir, explorar, hacerse una idea mejor de donde se encontraba, pues hasta ahora solo conocía el salón, el corredor y un par de habitaciones. Pero estaba decidida a que esto cambiaría ese mismo día, ya que, no pensaba quedarse encerrada. Obviamente temía encontrarse con Perséfone, pero finalmente ella sabía a qué se enfrentaba cuando decidió hacerle caso a Afrodita. Además, el tiempo de encierro le sirvió para ordenar sus ideas y aclararse. Entendía la ira de la diosa, esa era su casa y ella misma se puso en ese sitio, así que no seguiría sintiendo lastima de sí misma, empujaría muy al fondo sus sentimientos y trataría de ayudar en lo que fuera posible. Finalmente, como podía volver a su mundo y vivir como si nada, cuando sabía que todo lo conocido estaba en inminente peligro. Como dormir por las noches cuando todas las personas que quería podrían sencillamente desaparecer gracias al desequilibrio del hombre que una vez amó, si y lo decía en pasado porque tomó la decisión de decirse a cada instante que ella ya no lo amaba, tal vez si lo repetía una y otra vez, terminaría por creérselo.

Ya no había duda, daría su vida si fuese necesario, aunque no tenía ni puta idea de lo que haría para evitar el desastre, pero por lo menos nadie podría decir que no lo intentó. Con la poca información que reunió en la fiesta de Hades, se pudo dar cuenta que él estaba muy decidido, no sabía realmente que estaba pasando entre los hermanos, que los llevó a esa rivalidad. Mucho menos conocía que era lo que estaba pidiendo Hades para parar la rebelión. Sin embargo, existía algo mucho peor y ello era el conocer hasta qué punto Hades dejó salir la terrible oscuridad de la que hablaba Afrodita. Entonces ahí era donde su misión debía comenzar, tenía que reunir todas esas respuestas y luego ya vería. Un día a la vez repitió en su mente. Igual esto no sería fácil y sin la ayuda de la traidora de Afrodita tal vez casi imposible.

***

Adara se llenó de valor y salió de la habitación. Esperaba no encontrarse con Ninah, ya que, sabía la obligaría a volver al encierro. Caminó por el largo pasillo y comprobó varias puertas, pero Hades no se encontraba tras ninguna.
No supo cuánto tiempo recorrió los largos pasillos, pues parecía que entre más caminaba el lugar se hacía más y más grande. Sin embargo, cuando estaba a punto de rendirse y convocar a Ninah para que le ayudara a regresar se encontró con una escalera que la invitaba a bajar y sin siquiera pensarlo fue descendiendo. El lugar se hacía muy frio, oscuro, pero no se dejaría amedrentar. Bajó y bajó, era evidente que se internó demasiado en la oscuridad y mucho se temía que este sitio ya nada tenía que ver con la residencia gótica en la cual se estaba alojando.

Al fin llegó a la última etapa de las escaleras, pero allí se encontró con solo dos opciones. Un par de puertas de hierro forjado, las cuales estaban estratégicamente ubicadas. Una daba a la derecha y la otra a la izquierda. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Adara sospecha que fuera lo que fuera que hubiese tras las puertas no era nada bueno. Pero ya estaba allí no podía acobardarse y menos después de caminar tanto.