Cap 20 sueño/Alucinación

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Adara, el Olimpo

—Así que eres el dios del vino. _Mencionó Adara con ánimos de romper el hielo, ya que, había pasado quien sabe cuánto tiempo en compañía del supuesto dios y este no hacía más que mirarla con un gesto bastante desagradable.

—Así que eres una simple humana. _Contestó Dionisio exasperado por tener que quedarse a cuidar de una sencilla mujer que en primer lugar tenía parte de culpa en todo lo que estaba sucediendo y que estaba muy seguro su presencia solo causaría mas descontrol ¿Pero ¿Quién podía frenar las ocurrencias de Afrodita? Nadie.

—¿Por qué tienes que ser tan grosero? Solo quiero hacer conversación, estoy cansada de que me mires como si quisieras arrancarme la cabeza.

—Yo no quiero arrancarte la cabeza, solo me pregunto cómo alguien como tú podría ayudarnos.

—Te sorprendería todo lo que puede hacer alguien insignificante como yo.
_respondió Adara retando al dios que tan desagradable se estaba comportando con ella.

—A mí no me engañas humana, Afrodita tiene mucha fe en ti, pero por más que te analizo no veo nada de especial. Hermosa no eres, tampoco posees capacidades especiales como otros humanos. Entonces, en definitiva, estoy seguro de que los planes que tiene mi hermana no servirán de nada. Igual me genera curiosidad, como fue que llegaste a interesarle tanto a mi hermano. _Dijo el dios con toda la intensión de ser incisivo, estaba cansado de la situación por la que estaban atravesando.

—Y tú que me dices, para ser un supuesto dios tampoco pareces tener nada de especial, no es como si me hubiese sorprendido mucho él conocerte después de todo. _Respondió la joven enfadada por los insultos de Dionisio, por qué tenía que ser tan grosero con ella. No la conocía, no sabía nada de ella y además no entendía de que interés hablaba, ella no fue nada para Hades y esto lo tuvo que entender de la peor de las maneras.

Dionisio estaba realmente cabreado ¿Cómo era posible que una inútil humana subvalorara su divinidad? Si no fuera porque su hermana le arrancaría los huevos con sus propias manos, le demostraría que tan supuesto dios era. Además, a él no lo engañaba, sabía que la chica aún no asimilaba la realidad y es que era tan estúpida que se estaba metiendo en la cueva del diablo por su propia voluntad. No estaba al corriente del peligro que la acechaba y de una u otra forma eso lo hacía calmarse, porque pronto recibiría el golpe que la iba a aterrizar de culos contra la realidad. "maravilloso" pensó Dionisio e incluso sonrió queriendo estar en primera fila cuando esto sucediera.

—¿Dónde queda el baño? _Preguntó la chica sacando al dios de sus pensamientos. Estaba cansada de ver como la miraba con evidente fastidio y como una creciente sonrisa siniestra se dibujaba en sus labios. Sin embargo, necesitaba un baño urgentemente, pues estaba que se hacía pis y ya le empezaba a doler el vientre.

Dionisio no pudo disimular su fastidió, se había olvidado de lo molestos y deficientes que eran los humanos, pero su hermana si había compartido tanto con ellos que en el momento en que decidió traer a la chica, pensó en todo y está habitación estaba dotada de todo lo que esos seres inferiores necesitaban.

—Tras de esa puerta. _Señaló el dios.

Adara fue rápidamente hacía la puerta indicada, era claro que no le caía bien a Dionisio y el sentimiento era mutuo. Al ingresar en la estancia hizo sus necesidades fijándose en el lujoso y bien equipado baño. Se preguntó tontamente si los dioses también necesitarían usar el baño, si era así, eso tal vez los hacía más parecidos de lo que ellos mismo creían. Se lavó las manos en uno de los lavados fabricados en lo que creía era mármol fino, con detalles dorados. Después, se observó en el espejo y se percató de lo demacrada que se veía, realmente su imagen apestaba debía aceptarlo. Se lavó la cara, intentó peinarse un poco con los dedos y decidió salir. Sin embargo, un pensamiento llegó a su mente y la dejó totalmente congelada ¿Cómo era posible que se pudieran tener necesidades básicas en un sueño o alucinación? Adara procedió a pellizcarse fuertemente el brazo y sucedió justo lo que esperaba, dolor, acto seguido se salpicó agua en la cara nuevamente y el frescor de esta la hizo darse cuenta por fin al estar mas consciente de lo que hacía, que no se encontraba en ningún retorcido sueño.

Hades el Visitante del InframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora