Cap 25 El inicio de una Guerra

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Adara, Inframundo

Salió corriendo sin detenerse a mirar atrás, la furia dominaba por completo su ser y lo único que deseaba era salir corriendo de ese lugar, ahora gracias a los recientes acontecimientos se sentía asfixiada, como si necesitara poner mucho espacio entre ella y él hombre que quería sacar de una vez por todas de su mente. Mientras corría sin dirección aparente fue deshaciéndose de los incomodos zapatos que llevaba, también deseaba romper el vestido que ahora se le antojaba tan asfixiante. Tenía que intentar calmarse pues la furia no le permitía pensar con claridad. Sin embargo, lo que si sabía era que por ningún motivo iba a regresar a la habitación, estaba bastante segura que Hades tan pronto como pudiera iba a ir y no sabía que reacción tendría por lo que ella acababa de hacer. Tal vez era real lo que un día le dijo y ella no tenía desarrollado su sentido de supervivencia. 

Sin perder mas tiempo Adara se puso el collar obsequiado por Afrodita, en ese mismo instante valoró el hecho de poder enmascarar por completo su presencia pues de ese modo no temería ser encontrada de forma inmediata, luego decidió buscar un sitio donde esconderse. Mientras caminaba hizo algo que en un principio se le antojó bastante absurdo, tal vez era el hecho de haber pasado tanto tiempo entre criaturas con poderes o el hecho de estar enloqueciendo lentamente, pero llamó mentalmente a la criatura, esa que le salvó la vida. Para su desconcierto después de invocar su nombre "Cerbero" una puerta se materializó ante sus ojos permitiéndole cruzar a las cuevas del Inframundo, donde indudablemente se hallaba él. Tal vez se podría pensar que era una masoquista por regresar al sitio donde casi fue devorada, pero ahora mismo no tenía mas opciones, además algo le decía que esas criaturas lo pensarían dos veces antes de meterse con ella nuevamente o por lo menos eso esperaba. 

Al cruzar la puerta suspiró de alivio al darse cuenta que en quien pensó la estaba esperando al otro lado. Can Cerbero era una criatura impresionante, su tamaño y contextura en un principio podría parecer aterradoras, pues era evidente que con una de sus patas podría volverla papilla  y que decir de sus cabezas, sus bocas y colmillos afilados. Por Dios en definitiva era una demente. Sin embargo, no le temía, al contrario el solo hecho de estar cerca de él le proporcionaba consuelo y no tenia la menor idea del por qué. 

Aunque parezca surrealista el Can se notaba complacido de verla y una señal de ello fue el preciso momento en que bajó sus tres impresionantes cabezas como saludo. Aunque algo en el fondo le decía que no debía tener, su humanidad aun la traicionaba y ese temblor en sus dedos al atreverse a posar su mano en uno de los  hocicos del Can la delataba, aun así se llenó de valor y le brindo su atención a cada una de sus cabezas. Después de uno minutos se terminó de llenar de confianza y casi sin pensarlo le hablaba con mimos como si se tratara de un cachorrito inocente ganándose en respuesta unos ruiditos bastante graciosos no dignos de un monstruo del Inframundo. 

—No tuve la oportunidad de agradecerte o agradecerles por salvar mi vida. _Dijo la joven humildemente.

Cerbero no hablaba, pero en sus miradas rojizas se notaba que ese ser estaba dotado de gran inteligencia y que entendía perfectamente cada una de sus palabras. 

—Escucha, se que tal vez no debería pedirte esto y que posiblemente te meta en problemas, pero necesito un lugar en donde quedarme por un rato y si te parece me gustaría quedarme  contigo, pero Hades no puede enterarse. _Su pedido se escuchó mas como ruego y esperó lo que para ella parecía ser una eternidad mientras que los tres deliberaban. 

En definitiva esta criatura sabía perfectamente lo que pedía, pues luego de su ruego las tres cabezas de Cerbero se miraron entre si como decidiendo que hacer y al parecer también querían la compañía de la joven porque Adara comprendió que si le ayudarían. Pronto Cerbero condujo a la joven mas profundo en la cueva, ella agradecida por su gesto  le siguió sin problema hallándose minutos después en  un espacio bastante amplio, le ponía nerviosa el encontrarse con otras criaturas, demonios o almas en pena , pero para su tranquilidad el sitio estaba solo y en completo silencio. Adara se temía que el Inframundo guardaba muchos secretos, era un reino vasto el cual no le apetecía descubrir en ese momento, primero trataría de procesar un poco lo que había ocurrido esa noche y después ya vería.

Hades el Visitante del InframundoWhere stories live. Discover now