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¿Qué hacer en esa situación?, seokjin no tenía la respuesta a eso, más bien quería ser tragado por la tierra, el tierno conejito que hace unos minutos llegó tímido ahora era una persona diferente, serio, imponente, se maldecía por ser tan obvio, jugo con sus dedos esperando a que jeongguk se fuera al ver que jin no quería saber nada, pero esto no fue así, el menor suspiro y se acomodo mejor.

—Fuí mascota de un líder mafioso, desde mi nacimiento estuve entrenado para ser el sumiso perfecto, ¿lo mejor?, que era un conejo, el viejo era bastante fetichista —dijo con simpleza ante los ojos abiertos de jin quien sentía estos saldrían de sus cuencas— en fin, escapé ayer cuando fuimos a comer, llovía y no ví mejor oportunidad que huir, gracias a dios estaba jisoo noona.

Dió una sonrisa media luna al ver la expresión del mayor, dios santo este niño le daba miedo, la frialdad de su voz no se comparaba con nada, le puso los pelos de gallina en cuestión de segundos, tomo algo de aire, por más exagerado que se viera, esperaba que no fuese real, también se acomodó a modo de recuperar sus ideas que no llegaron.

—Yo, l-losiento.

—Hyung todo lo que te dije es verdad, soy un sirviente, no sé que me espera, si ese viejo me buscará, realmente no lo sé, pero, gracias por escucharme —hizo una reverencia para después salir de ahí

Una vez fuera de la vista de la habitación de jin, cayó de rodillas comenzando a llorar, contarlo no era lo doloroso, sino sentir como las heridas punzaban, ardían, le quemaban cada poro de su sucio cuerpo, quería desaparecer, quería dejar de sentir, no mentiría, estaba a punto de llorar cuando le contó a seokjin y este le miraba con ojos impredecibles. era un idiota.

Jin, en cambio sobaba su frente con el ceño fruncido, apenas lograba procesar todo lo que pasó y sentía que su cabeza explotaría, no hubo nada en sus expresiones, ni siquiera incomodidad, cansado, pensó que dormir sería buena idea, se acostó en el colchón cerrando los ojos al momento de hacer contacto con este, su pecho tenía un ligero dolor, que seguramente no lo dejaría dormir, ansioso, se puso en posición fetal coincidiendo el sueño.

Despertó debido a unos cuerpos encima de él, más bien en movimiento, abrió los ojos de golpe mirando a yoongi crispado, soltó un suspiro cansado, era el mismo cuento con ambos chiquillos, se giro aún con el gato agazapado encima suyo mirando al zorrito con un pequeño ramo de flores, sonrió al ver como se acercaba tendiendole el ramo que Jin acepto gustoso, el pálido ante esto se calmó con el ceño fruncido.

—Espero que te gusten jinnie hyung—dijo con alegría el zorrito moviendo su colita pomposa.

Seokjin iba a agradecer cuando una voz lo interrumpió —¿N-No son para mí?

Taehyung y Jin dijeron su mirada ahora al gatito de pómulos color carmesí, se mordía el labio debido a la vergüenza, pocas veces era celoso con tae, hay que admitirlo, muy en el fondo a yoongi le gustaba la manera en que el zorro le daba atención, el híbrido sonrió acercándose al gatito quien no retrocedió, más bien parecía acercarse.

—Oh bebé gatito para ti tengo algo más especial —tomo las manitos pálidas de este quien lo miró aún sonrojado.

—¿De verdad?

El menor asintió, min sin pensarlo bajo del cuerpo del can de golpe llevándose a taehyung con él quien tenía una cara de bobo total, jin al verlos irse dejo el ramo en su tocador, se levantó y fue al baño para lavarse la cara, lo poco que durmió no le sirvió, pues aún pensaba en jungkook, esa faceta que de manera errática salió a la luz, se miró al espejo, veinte años, a penas procesaba que ya era mayor de edad.

Salió del baño para ir a almorzar, en el camino se topo con un cuerpo, frenó pero le resto importancia al pensar que se trataba de yoongi otra vez, miró bajo suyo encontrándose con los ojitos rojos e hinchados del conejito quien temblaba, jeongguk al ver que se trataba de Jin rápidamente buscó escapar, fallando en le proceso pues se atoró con sus pies cayendo al suelo, resopló enojado, sintió los brazos de Jin levantarlo con facilidad, una vez en el suelo miró al mayor quien lo miraba preocupado.

Esa mirada, nadie lo miraba de esa forma, jisoo tal vez, pero debido a que su hyung era un perro, sus sentimientos son más claros al momento de mostrarse preocupados por los demás, através de aquellos bonitos ojos avellana, quería ser mimado, que esos brazos que lo levantaron lo abrazaran, sus orejitas bajaron por su nuca en un tipo de regaño, el mayor al notarlo habló.

—Esas lindas orejitas no merecen estar escondidas ggukie—se acercó para poder acariciar nuevamente esa cabellera que tanto le gustaba.

Jeongguk abrió los ojos con sorpresa debido al apodo, se oyó tan dulce viniendo de la suave y grave voz del can, sus pómulos estaban de color carmesí, su manito fue a la gran mano del castaño poniéndola encima de esta, ese era su refugio, su hogar, la seguridad que jin le daba no se la daría nadie, eso lo tenía por seguro, cerro sus ojos dejando entrar a su cuerpo en su sub-space, dónde sólo estaba él y seokjin, dónde el sonido eran los latidos y respiraciones de ambos híbridos, por parte del can se sentía igual, encontrado esa paz en su pecho que no lo dejo dormir. de algo ambos estaban seguros, eran uno mismo.

ᨵ baby ggukie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora