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jeongguk jugaba con unos híbridos en el patio aunque sonreía, estaba triste, extrañaba a su mayor, no era muy constante en mimos ni en dormir con él, porque no llegaba a casa, estaba sentado de piernas cruzadas mirando a los menores coretearse y reír, soltó un suspiro echando sus orejitas para atrás triste, sus dedos acariciaron el pasto en busca de despejar su mente. seokjin se había vuelto alguien muy preciado para él.

cuando dió la hora de comer, jisoo llamó a los pequeños junto un desanimado jeongguk, ella también estaba afuera mucho tiempo, dejando al conejito solo, suspiro entre cucharadas de sopa mientras que los demás comían alegres, de pronto sintió unas manitos posarse en sus piernas, encontrándose con yoongi quien movía sus orejas de gato al mismo ritmo que su esponjosa colita de un gris algo claro.

–conejito está triste, ¿qué te hizo jin hyung?

este se sobresalto en su lugar al escuchar al más pequeño, le sorprendía que el pálido entendiera bien las situaciones, acarició los cabellos oscuros casi cerca de sus orejas, sacándole pequeños ronroneos al gatito.

–no, no paso nada, sólo que me siento algo solo.

el más chiquito asintió, se sentó en el regazo del castaño quien miraba cada movimiento que el esponjoso gatito hacía, se frotaba sin ninguna pizca de timidez, fue ahí donde el menor entendió que el gatito le marcaba para hacerlo sentir mejor, cosa que no fue bien vista por un pequeño zorrito que mataba con la mirada al castañito quien trato de quitarse al pálido. en cuestión de segundos sintió unos pequeños colmillos clavarse en la curvatura de su cuello, las lagrimitas se acumularon en sus ojitos, mordió su labio.

yoongi quitó a taehyung que había mordido al conejito quien se maldecía por ser bastante sensible, quitó rápidamente las lagrimitas de sus ojos, mirando al pálido regañar al zorrito que tenía su esponjosa cola entre las patas y sus bonitas orejas naranjas caídas hacía adelante, tratando de ocultar su rostro.

–pídele disculpas ahora –terminó de hablar el gatito quien enojado miraba al más pequeño dirigirse al híbrido quien masajeaba su cuello.

–perdón jeongguk hyung, n-no lo volveré a-a hacer –hipaba complicando sus palabras, el castañito tomó en brazos al zorrito quien se sorprendió al ser cargado por el más grande.

–está bien tae, yoongi sólo quería ayudarme, pero, no te enojes ni me ataques –río bajito haciendo que el zorrito se calmara.

el menor asintió, después bajo de los brazos del conejito quien el dedicó una bonita sonrisa, la cocina poco a poco se fue quedando sin pequeños, pues estos ya hacían otras actividades, jeongguk fue a su habitación, no dormía ahí pues después del su primer celo y las constantes pesadillas, jin lo dejó estar con él.

ni si quiera se echó en el colchón, la última pesadilla lo tenía en un miedo hacia su soledad, movió su esponjoso pompón a los lados, sus orejas se levantaron. un olor que conocía estaba cerca, salió de su habitación para ir al encuentro de aquella fragancia.

casi se desmaya cuando un seokjin estaba en el marco de la puerta, tenía el cabello hacía atrás, además de unas prendas de tenues colores que lo hacían ver como un principe, ahogó un suspiro cuando el can miró a su conejito quien respondió con una sonrisa algo torpe.

lo tenía, estaba enamorado de él, pero su corazón sabía que esto no era lo mismo para el apuesto can, el necesitaba a una híbrida hermosa, no un pequeño y torpe conejo llorón.

no pudo seguir pensando, pues unos brazos ya lo tenían apresando su pequeño cuerpo, nuevamente esos latidos, ese olor, la suavidad con la que su pecho subía y bajaba, además de las caricias en su cabello. jeongguk no pensó cuando, su cuerpo se restregaba con el de su mayor.

jin pidió a los dioses no tener la mente tan sucia y mal pensar el acto de su conejito que solo lo buscaba, a él y su animal, suspiro cuando las orejitas le rozaron la nariz, los movimientos de jeongguk eran suaves pero con el objetivo de marcar al mayor.

así pasaron unos segundos hasta que seokjin sintió los movimientos detenerse, dejando a un sonrojado conejito que veía hacía otro lado, el can acarició la mejilla algo pomposas del conejito haciendo que sus orejas dieran pequeños brincos, además de unos soniditos similares a ronroneos.

–te extrañe.

el can acercó más el pequeño cuerpo del híbrido, lo necesitaba también, esas tardes dónde ellos se complementaban les hacían una falta enorme, sus dedos dolían sino sentía la piel lechosa de jeongguk, sus cabellos, su carita. todo, pero sabía que eso sería más seguido sí ahora ponía empeño.

se puso a la altura del conejito, que era un poco de diferencia, quitó algunos cabellos que estaban en la frente del chiquillo, acarició sus orejitas para después dar leves caricias a las pestañas oscuras, dejando un beso en cada pómulo del pequeño conejito quien arrugó la nariz por inercia.

–lo sé, y yo también ggukie, pero esto es necesario, ya lo verás.

y dicho eso el mayor llevo de la mano al conejito a la cocina para cenar, después tomar un baño y ir a la cama. ya en la habitación del can, este se disponía a la tarea de dejar mimos en la cabecita de su menor para poder hacer que durmiera, mientras que jeongguk se aferraba a la cintura del can como el peluche más importante de un niño. era su niño.

miró el techo unos segundos, pensando en cómo ganar al conejito, pues sentía que el castañito lo veía como un hermano mayor que como una posible pareja, y es por eso que tenía miedo, tenía miedo a romper las ilusiones o admiración de su pequeño sólo por su tonto corazón.

sintió lágrimas que dejó escapar, si algo sabía era no guardar las emociones, mejor dejar que sean y se vayan. pero algo estaban mal, por alguna razón su corazón también dolía. ¿también eso se iría?

ᨵ baby ggukie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora