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jin ya había conseguido un bonito local, no tan lejos de unos lindos departamentos, ¿y lo mejor?, que todo lo estaba cerca de su preciado hogar, ahora sólo faltaba que jeongguk aceptará tener un nuevo comienzo a lado del can, y la idea lo ponía más que nervioso. era fin de semana, así que jisoo se hizo cargo de los niños para que los chicos tuviesen una cita.

jeongguk se bañaba mientras que seokjin recibía unos cuantos consejos de jisoo y, un animado taehyung que decía muchas cosas que dejaban impresionado al mayor, además de poner ejemplos con el gatito pálido dejando al kim con pequeños rasguños en sus pómulos.

el conejito tenía unas pocas prendas, pero busco algo casual ya que el can era así, no le importaría eso, algo frustrado pues sentía que se vería mal. al final optó por unos jeans rotos de las rodillas, tenis blancos y una polera salmón algo larga, se miró una vez más en el espejo mordiendo su labio.

de al la sala escuchando varias voces haciendo que una sonrisa apareciera en su rostro, al llegar se encontró con yoongi forcejeando en los brazos del zorro que intentaba besarlo y su noona que trataba de separarlos, no se dió cuenta cuando jin lo miraba fijamente, pues se veía hermoso, aquellas prendas lo hacían ver más lindo de lo que ya era.

el castañito sintió una mirada en él, topandose con los ojos cafés de jin, sus orejitas bajaron a su nuca debido a la vergüenza, tenía un gran sonrojo en sus pómulos, pero se relajo cuando jin fue hasta él para abrazarlo.

–te ves hermoso ggukie –dijo algo cerca de su oído enviando un pequeño cosquilleo a su espalda, alzando con poco sus orejitas.

se separó, para rápidamente tomar la mano del más pequeño haciéndolo sonrojar más, jisoo les sonrió haciéndoles una seña para que se fueran, ambos asintieron y salieron del orfanato.

–y así es como debes –el zorrito busco al can, al fin había logrado besar castamente los labios del gatito que estaba en el suelo más pálido que nunca– ¡bebé gatito!

–¡yoongi!

caminaban calles abajo, desde que jisoo le dió la idea al híbrido, investigo lugares para poder llevar a su conejito, mientras pensaba miraba de reojo a jeongguk que miraba hacia enfrente aún con ese bonito color carmesí en su carita, movía de vez en cuando sus orejitas y nariz.

pararon en un semáforo, el castañito sentía su alma salir de su cuerpo, tener cerca a si hyung así era simplemente algo mágico, y el recordar que era una cita lo hacía ponerse más nervioso y rogarle a la madre luna no cagarla con el amor de su vida. no se dió cuenta cuando avanzaron ni cuando seokjin dejo de caminar.

–e-es un lugar con muchas flores, pero espero que realmente te guste.

jeongguk se sorprendió debido al tono bastante suave que el más grande utilizó, como si le hablara a un bebé, miró frente suyo encontrándose con muchas flores de variados colores, además de mesas color blanco que constaban con la madera de las paredes, había poca gente, pero sin duda era un lugar hermoso.

la mano del conejito dió una leve caricia a la grande, seokjin lo miró teniendo que aquel lugar no le gustara, pero se sonrojo cuando su pequeño lo abrazo con tanto cariño que sentía morir ahí mismo.

–es hermoso seokjin hyung, hay que entrar.

jaló al can dentro de la cafetería, jin aún procesaba lo tierno y dulce que es su conejito, se sentaron en una mesa que quedaba entre variedad de flores, unas violet y iris colgando, captando la atención del híbrido que movió sus orejitas por curiosidad viéndose tierno, ternura que mataba a seokjin quien sólo sonreía.

una señorita llegó para entregarles las cartas, jeongguk se sorprendió de la variedad de llamativos postres, movió su pompón, seokjin ha había ido varias veces ahí, por parte de su noona cuando era niño, ahora se sentía feliz, de compartilo con su conejito.

cuando la mesera volvió, jeongguk ordenó un pastel de fresa con crema batida y una malteada de fresa, seokjin unos macarron de distintos sabores y leche con café, la chica les sonrió dulce para salir por su pedido.

–¿es lindo?, jisoo noona me trajo aquí cuando, ya sabes, me salvó de mi amo.

el conejito lo miró curioso, se inclino un poco para adelante mientras le brillaban los ojitos.

–demasiado, debió ser mágico para ti siendo un cachorro hyung.

seokjin asintió sonriente, el recordar cómo de niño tenía aquel brillo que el castañito tenía simplemente fue un ataque para su sensible corazón que se moría por esa bolita de algodón, su jeongguk.

–conmigo fue algo diferente, llovía demasiado, sólo recuerdo la calidez de su pecho, dios, fue la mejor sensación que sentí en años, como –la mano del menor inconscientemente había agarrado la de seokjin– cuando tú me dejas dormir y puedo sentir tus latidos hyung, para mí no hay lugar mejor que ese en este mundo.

el mayor estaba bastante sonrojado por aquellas palabras de su menor, realmente se sentía feliz, pues de alguna manera era parte suyo del pequeño conejito, no tardó en entrelazar sus dedos con los de gguk quien también se sonrojo.

–y para mí no habrá mejor hogar que tu, al abrazarte, al mimarte, el que sonrías es lo más hermoso de este mundo.

no pudo siquiera procesar pues, la mesera llegó con su comida, ambos agradeciendo dejando sus manos, pero ese tacto jamás se borró de su piel, comieron mientras comentaban otros temas, claro que, tenían que hablar sobre las pequeña insinuaciones de antes. porque en sus corazones el dolor no estaba, ni las lágrimas se presentaron.

sólo calidez, sonrisas que curaron cualquier inseguridad y miradas que lo dijeron todo. eran su mundo y lo sabían.

ᨵ baby ggukie.Where stories live. Discover now