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seokjin y jeongguk comenzaron una nueva etapa, aunque tampoco fue fácil, pues el conejito también atendía la florería quedando a la vista de muchos híbridos machos que sólo buscan molestar a los más sensibles y vulnerables, habían pasado varias semanas viviendo juntos siendo más que felices teniéndose.

era jueves, jeongguk se estiraba detrás del tocador, sus orejitas hicieron el mismo movimiento levemente, arrugó su nariz, el ruido de una campanita le hizo volver en sí, arreglándose las prendas.

—buen día, bienvenido —sonrió el castañito ante la mirada cálida de un muchacho joven igual que él, sólo que más alto, era un híbrido lobo con bastante porte.

—hola, quiero un ramo de crisantemo, simple, con un listón de color pastel.

su voz era bastante neutra pero tenía un toque suave que le agradaba al castañito, asintió dándose vuelta para buscar las flores pedidas y hacer el ramo, miró por el rabillo del ojo al lobo olisquear el aroma de algunas flores que estaban expuestas, volvió la mirada al ramo, busco un listón tomando uno de morado pastel, lo amarró con delicadeza y volvió hacía el mayor.

—tenga, serían 15 won.

el lobo asintió, saco las monedas dejándolas en la mesita de madera, jeongguk asintió y los guardo en una pequeña cajita con llave, sonrió al verla, pues fue un regalo que parte de su pareja el día de su cumpleaños.

—por cierto, me llamo kim yugyeom, un gusto —habló el pelinegro sacando de sus pensamientos al conejito quien ladeó su cabeza algo confundido.

—y-yo soy jeon jeongguk, el gusto es mío.

le dedicó una pequeña sonrisa, pero lo suficiente para mostrar aquellos grandes dientes, yugyeom sintió que ese pequeño era todo un encanto, cuando estaba a punto de iniciar una conversación, un aura más se sumó al ambiente.

el can estaba en le marco de la puerta con unas bolsas de supermercado, tenía la cola moviéndose además de sus orejas bien erguidas, yugyeom no se intimidó, pero aún así sentía que un tercero hacía incómodo el ambiente, se giró al conejito nuevamente quien, ahora estaba en los brazos de jin quien sonreía.

—mi amor, ¿cómo estás? –preguntó para darle a entender que ese bonito conejito ya tenía pareja.

el castañito frotó su nariz en la mejilla de su can quien sonreía victorioso ante la mirada de un obvio molesto lobo, antes de salir de la tienda se despidió de jeongguk quien sin ser conciente del mal ambiente se despidió del agradable lobo. una vez solos seokjin soltó un suspiro.

—bebé será mejor que no trabajes más, ¡lo viste!, tenía ojos de comerte —exageró sacándole una risita a su castañito quien negó divertido.

seokjin jamás le privaría, sí, tendría que estar preparada para los demás tontos y necesitados híbridos, jeongguk era un conejito bastante especial, aunque el menor negará eso, el can sabía de su atractivo tierno además de lo ingenuo que podía llegar a ser.

pero nadie le dijo que muchos idiotas vendrían detrás de su inocente bebé, besó el cabellito castaño de jeongguk sacándole una risa, aprovecho la cercanía para tomar el mentón de su conejito y mirarlo con infinito amor, para después unir sus labios en un beso dónde ambos dejaron sus sentimientos fluir.

el can se separó de sus labios con una lentitud hinóptica, jeongguk aún tenía sus ojitos cerrados debido a los cosquilleos que sentía en su sus pómulos, cuando los abrió le regaló una sonrisa a su pareja.

fueron a su departamento para dejar las compras para la semana que venía, el conejito se puso a ordenar en la alacena y refrigerador, jin le tocaba vender mediodía, o hasta menos, pues tenía el trabajo de la cafetería donde a veces salía tarde.

pero al castañito tampoco le gustaba que las mujeres y hombres, menores en su mayoría, le coquetearan a su novio de forma bastante obvia, pero eso lo tenía solucionado, sólo tenía que esperar a que su pareja volviera de trabajar.

dieron las 9:00 pm, seokjin fue al departamento para poder mimarlo, cenar y pasar una bonita noche como de costumbre, pero se sorprendió al no verlo en el televisor o en la cama leyendo algo, extrañado dejo su saco en el perchero, camino hasta a la cama sentándose en el borde de esta.

fue ahí cuando jeongguk apareció frente a él, tenía los brazos atrás de su espalda mientras que sonreía de una manera bastante orgullosa que jin movió su cola entusiasmado.

—como eres bastante guapo y te toco un novio celoso, ¡hice esto!

mostró sus brazos dejando a la vista una playera blanca que tenía un texto que dejó algo boquiabierto al mayor, soy un híbrido con marido, decía en esta, no pudo evitar reír, tal vez también haría una para su jeongguk.

atrajó a su pareja hacía él por la cadera, dejando que se sentará en su regazo, el menor se cubrió el rostro con la playera ocultando su sonrojo, seokjin depósito besos por los espacios que dejaba jeongguk, dejo uno en su sensible oreja sacándole un suspiro, sintiendo como se tensaba.

simplemente no podía con lo ocurrente y tierno que era su pequeño conejito, lo abrazó haciendo que este casi se hiciera bolita en su pecho, se dejó caer haciendo que el menor cayera encima de él, ahora estaba más que sonrojado.

jin paso sus largos dedos por la cabellera de su bebé, el menor movió su pompón ante las caricias de seokjin, sí, era una hermosa y maravillosa vida.

ᨵ baby ggukie.Where stories live. Discover now