Capítulo 2

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El paso del tiempo se ha vuelto volátil y extraño. El reloj parece moverse a toda prisa, caer en interminables pausas y luego simplemente seguir adelante.

Los espacios parecen estar cambiando constantemente, primero un lugar, luego otro; no es lógico, es lo que piensa.

Por alguna razón que no entiende, hay algo que le hace cada vez menos consciente de quien es y en donde está su vida. A pesar de aquello, todavía tiene pequeñas sensaciones y certezas; por ejemplo, sabe que no es la primera vez que su realidad parece alterada o ilusoria.

¿Hoy se trata de eso o de algo más?

Sabe que su vida está en otro lugar, lejos de aquí. Sin embargo, no puede traer nombres de lugares o rostros conocidos a su mente; porque desde el momento en que se dio cuenta de dónde estaba, fue como si esa otra vida se estuviera desvaneciendo gradualmente.

Los eventos recientes son los que siente más vivos y frescos en su mente; porque todo sobre este lugar está en su cabeza como parte de un archivo que se va desclasificando poco a poco.

Todos los recuerdos, personas y lugares que aparecen en su mente son de su pasado, no del presente.

Se ríe sin humor, todo parece una locura. 

Quizás sea un sueño absurdo, uno de esos que parecen ser ciertos, pero luego te despiertas y todo se va; uno de esos que te conducen entre el pasado y el presente a través de un viaje insondable, queriendo decirte algo.

Respira profundo y las imágenes recientes pasan por su mente a toda prisa. La playa, caminando a través de su vieja casa, el rostro de Elis, la mujer que intentó tocar y no pudo, las personas a su alrededor en aquella calle cuando todo se fue a negro.

Los sentimientos que había experimentado en aquel momento aún persisten. La incertidumbre de estar en un lugar sin saber cómo llegó hasta allí, el miedo que tuvo cuando se dio cuenta de que no podía ser vista ni escuchada y la desesperación que le trajo todo eso.

Ahora aquí, es lo siguiente de lo que es consiente.


Esta parada en el pasillo de un hospital, tratando de entender lo que está sucediendo a su alrededor, pero hasta el momento no tiene una respuesta.

Por lo tanto, la posibilidad que todo sea un sueño es su mejor respuesta, pero quiere despertarse de aquel sueño, porque no le gustan los sentimientos que está comenzando a experimentar; hay algo presionando contra su pecho constantemente y su cuerpo se siente más débil que antes.

—¿Cómo está ella? —una voz le sobresalta y sus pensamientos se detienen al instante; ve a una persona en la puerta de la habitación más cercana.

—No hay cambios —escucha otra voz responder y unos segundos después la persona sale de la habitación; son dos médicos.

Los ve alejarse por el pasillo mientras mantienen una conversación que ya no es capaz de escuchar. Su mirada cambia y se dirige a la puerta que quedó abierta, ve a dos enfermeras en movimiento en su interior.


Se acerca con curiosidad y, como es de esperar, su presencia no es notada; se siente extraño no ser visto, pero ahora es un poco más consciente de aquel hecho.

El miedo y la incertidumbre siguen allí, pero igualmente entra en la habitación; ve a una de las enfermeras revisar unos monitores que están conectados a un paciente.

Mira el lugar en su totalidad, luego su mirada se dirige a la cama del paciente y se detiene en aquella imagen por un momento.

Recorre el cuerpo con sus ojos curiosos, desde los pies subiendo hasta arriba, y tan pronto como su mirada llega al rostro de aquel paciente, sus cejas se alzan con asombro.

Un viaje inesperadoWhere stories live. Discover now