DOS: ¿Los tatuajes son afrodisíacos o es el tatuador?

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CAPÍTULO 2
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Sandy

Cuestionar las decisiones de mi día a día debería ser considerado tema de estudio psicológico, porque me niego a pensar que ser tan imprudente sea algo normal.

Alguna rareza he de tener en la cabeza para considerar por un minuto que recostarme frente a Mau con la blusa levantada, dejando que sus manos toquen mi piel, es buena idea.

Bueno, siendo realistas, todo es meramente profesional. Él hace tatuajes, yo soy una clienta que paga honradamente su trabajo.

Una clienta cuyo corazón no deja de saltar desesperadamente por tener al tatuador tan cerca que puede oler el aroma de la crema de afeitar de sus mejillas y sentir vagamente sus manos enguantadas tocar sin querer la redondez de sus pechos.

—¿Duele mucho? —pregunta Mau, sin duda preocupado por mi agitación—. Cuando quieras me dices y frenamos un minuto.

Sí me habían advertido que un tatuaje underboob, bajo el pecho, era de los más dolorosos, pues es una zona bastante sensible, pero tengo buena resistencia al dolor y no le vi problema; además, un tatuaje es un capricho y uno por los caprichos o deseos aguanta lo que sea.

Y de todas maneras no estoy turbada por eso y creo, creo, que Mau en el fondo lo sabe.

—Estoy bien, no es tan malo como lo pintan.

—Para las mujeres no suele serlo y menos si son bonitas.

—Ahora me entero de que la belleza influye en la resistencia al dolor.

—Solo cuando se trata de ti.

Levanta la mirada un segundo de mi piel a mi rostro, solo para ladear la sonrisa y guiñar un ojo. Mi mecanismo de defensa es blanquear los ojos, así que eso hago.

—¿Coqueteas así con todas las clientas?

—Solo para que conste —declara, volviendo sus ojos, sus manos y la máquina de tatuajes a mi piel. El ardor que se siente al contacto con la aguja me ayuda a distraerme del efecto Mau—, lo que haga o diga contigo, es exclusivo para ti, amor mío.

Mi corazón se sacude en mi pecho y tengo que gritarle que recuerde que Mau es así de coqueto con toda forma de vida a su alrededor, que no significa más.

—Así que... los hombres aguantan menos —retomo el tema.

Mau ríe entre dientes.

—Sí. Los hombres más musculosos que he tatuado me piden que pare cada media hora. Las mujeres son relajadas, una vez una se puso a ver una serie mientras le tatuaba toda la espalda, otra no dejaba de hablar por audios con una amiga.

—También influye que tienes la mano suave.

—¿Coqueteas así con todos tus tatuadores?

Río, intentando no moverme mucho para no dificultar su trabajo.

—¿Cuántos crees que tengo? Literal este es mi segundo tatuaje y el primero es del tamaño de un pulgar y me lo hizo tu hermana a los dieciséis años.

—Debías decir "mis coqueteos solo son para ti, amor mío". ¿Por qué no sigues el libreto de mi cabeza, Sandy?

—Deja de hacer eso —pido, aunque mi voz suena débil y algo risueña—. Voy a terminar creyendo que soy tu amor.

En el corazón de Sandy •TERMINADA•Where stories live. Discover now