Capítulo 12.

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Capítulo 12: Mariana y el dragón pelirrojo.

Salgo de la enfermería con algunas tiritas y cubierta de diferentes ungüentos para el dolor. Aún siento el cuerpo adolorido y hago muecas al caminar, incluso cojeo un poco por el golpetazo que me di en la rodilla con el poste de la canasta. ¡Pobre de mí! Parezco un zombie andante.

—¡Hola, Snow! —Ante mí aparece, salida de la nada, una chica castaña con dos coletas que caen sobre sus hombres y un brillante vestido amarillo. Su repentina aparición me hace pegar un brinco que hace doler más mi cuerpo y suelto un quejido—. ¡Soy Mariana, Mariana Zafiro! Soy la nieta de la directora Ava, supongo que lo sabes. Lo sabes, ¿no? mucha gente lo sabe, pero otros piensan que mi apellido es igual a la directora por pura casualidad. ¿Por qué tienes esa cara extraña? Seré tu tutora de biología, por cierto.

Benditas palomas, creo que esa chica no tomó aire ni una sola vez.

—Eh... Es un gusto, Mariana —digo con una sonrisa que no iguala para nada su ánimo. Esa chica parece que se ha comido dos kilos de azúcar y ahora tiene hiperactividad.

—Acabo de salir de clases y me encontré a Janelle en el camino, es la japonesa de nombre francés. ¿Ella ya te contó sobre porqué tiene un nombre francés? Es por...

—Su abuela, sí, lo sé —interfiero para evitar que se vaya por las ramas. Su exceso de alegría parece solo hacerla hablar, hablar y hablar por siempre.

—Oh, bueno, ¡me alegra que sepas quién es! En fin, ella me dijo que seré tu tutora. Y mi abuela también me comentó, dijo que no eres nada buena en biología, ¿es eso cierto? ¡Pero si es una materia tan fácil! ¿Cómo puedes andar reprobando todo?

—Supongo que ese es mi súper poder. —Me encojo de hombros, porque no quiero admitir que me la paso durmiendo en todas las clases o distrayéndome porque soy demasiado mala para entender todo lo que intentan explicarme. Todo lo que me enseñan en el colegio me parece una tontería y algo dentro de mí quisiera aprender más, otra cosa. Pero no tengo claro qué.

—Pues es un súper poder terrible, la verdad. No te beneficia en nada y las universidades no se fijarán en ti si tus notas están por los suelos. —No es necesario que me lo recuerde. Mi madre y hasta la propia Elise me lo dicen todo el tiempo—. ¿Y qué te pasó, Snow? Tienes moratones y te vez terrible, como si hubieras salido de un campo de guerra.

Así me siento.

—Acabo de salir de tutorías con Stacy.

Su boca se abre y de repente ya no parece tan feliz.

—Oh, ahora entiendo. Stacy es una arpía, peor que las de la mitología.

—¿No te cae muy bien? —Justo después de haber preguntado me siento una tonta: a muy poca gente le cae bien Stacy. Aún no entiendo cómo un chico tan dulce y atento como Stuarth puede estar con ella.

—Ni un poco —dice ella con un bufido pero luego vuelve a recuperar su radiante sonrisa—. Pero no hablemos de ello, eso no es importante. Ahora tenemos que pensar en que apruebes la materia con suficiente nota para recuperarte de los exámenes reprobados. El día escolar ha finalizado, pero aún está abierta la biblioteca pública, ¿crees tener tiempo? ¡No me digas que no, que sé que tienes tiempo! ¡Vamos, vamos! ¡Busca tus cosas que es hora de aprender!

***

El domingo en la noche...

Elise pasó todo el sábado y toda la mañana del domingo tratando de convencerme de acompañarla a una fiesta en casa de Lucy, la jugadora de baloncesto malvada, pero con dulce sonrisa capaz de engañar a cualquiera de que es una buena chica. Es el gran Lobo Feroz disfrazada de Caperucita Roja.

Blancanieves. (Cuento de Hadas #1) ✔Where stories live. Discover now