Capítulo 35: Corazón roto.

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Capítulo 35: Corazón roto.

—¿Ya... ya lo saben? —pregunto desconcertada. Proteo me indica que me siente en su silla vacía, junto a una mujer pelirroja.

Miro a todos los presentes, notando que hay solo cuatro personas y el Consejo es de siete. De los presentes, solo conozco a June, Proteo y Elara... Y al ver mejor a la mujer pelirroja a mi lado me doy cuenta con sorpresa que se trata de Zabrina, la misma mujer que fue a mi casa en varias ocasiones; incluso llegué a verla en un sueño. Recuerdo que mi yo pequeña la admiraba.

¿En dónde estará Rigel? ¿Y los otros dos miembros del Consejo?

—Hay un par de cosas que omitimos contarte cuando llegaste, Snow —dice June—. Y lamentablemente estamos muy escasos de tiempo para contarte los detalles.

—Pero... Si ya sabían que Stuarth era un traidor, ¿por qué no lo echaron del Glaciar? —pregunto—. ¿Por qué lo dejaron quedarse si sabían que era un peligro?

—Sabíamos que teníamos a un infiltrado en nuestras filas, pero no estábamos seguros de quién era. Hasta... —June vuelve a sentarse—. Hasta que Rigel entró en su mente para borrar sus recuerdos y hacerle creer que era su mejor amigo. Rigel vio que Stuarth era un traidor y decidió vigilarlo de cerca, al mismo tiempo que te vigilaba a ti. Rigel se guardó para sí mismo el secreto de Stuarth, porque sabía que si nos enterábamos de que Stuarth era un traidor, no íbamos a dejar que fuese tu guardián.

»Rigel tenía un plan para finalmente atrapar a todo el Clan del Hielo, e involucraba que Stuarth fuese tu guardián. Rigel sabía que Stuarth planeaba ser tu guardián. Él se haría el héroe y te salvaría, y de ese modo se ganaría tu confianza. Stuarth sabía que tarde o temprano el Consejo decidiría traerte al Glaciar para protegerte del clan, y cuándo eso pasara, él los conduciría hasta nuestra guarida. —Recuerdo que una vez Mariana me contó que cuando dejaron la Academia para vivir en el mundo humano cotidiano, borraron de sus mentes la dirección del Glaciar para mantener el secreto seguro, y solo un hechicero que conociese la ubicación podía llevar a otros (humanos o hechiceros) al escondite—. Rigel también vio que Stuarth era el encargado de entregarte al clan, y por eso siempre se ha mantenido vigilante. Él los contó todo esto un par de semanas antes de que tú y tus guardianes llegaran en compañía de Ava, por lo que decidimos tender una trampa. Utilizamos esta cueva como el Glaciar, lo disfrazamos igual que el original y trajimos a la mitad de los habitantes para que actuasen como si este hubiese sido su hogar de siempre. Sabíamos que el clan vendría pronto, así que planeamos evacuar a todos en cuanto Rigel nos diera la alerta. Hace menos de una hora nos avisó que Stuarth salió contigo, así que pusimos en marcha el plan.

Me quedo callada, pensando en toda la información que me acaban de dar. Miro la sala a mi alrededor, tan pulcramente decorada y detallada. Me parece casi imposible que todo este lugar se construyera con apenas dos semanas de anticipación.

—¿Cómo hicieron para construir todo el Glaciar en tan poco tiempo? —pregunto, intrigada.

—Esto es solo un buen trabajo de Zabrina. —June le sonríe a la pelirroja a mi lado, quien le devuelve la sonrisa. Zabrina se pone de pie y toca una de las columnas con sus dedos. Al instante, ésta desaparece y queda solo una pared de roca—. Su poder es la Ilusión. Toda la construcción es falsa, al menos en su mayoría.

—Soy una Ilusionista poderosa —explica Zabrina—. Mis ilusiones pueden resultar reales, pero por tiempo limitado. Si Stuarth no fuera actuado pronto, lo más probable es que se fuera dado cuenta de que este es un Glaciar falso cuando todo empezara a desaparecer.

Asiento, sorprendida al saber lo bien que planearon todo para tenderle una trampa al Clan del Hielo. Cruzo los dedos para que funcione. No creo poder seguir soportando al clan y sus intentos de atraparme. Ya llegaron demasiado lejos haciéndome creer que había conocido a mi príncipe azul... Y a diferencia de mis otras decepciones amorosas, esta sin duda es la que más duele. Por un momento realmente llegué a pensar que Stuarth y yo éramos el uno para el otro.

Blancanieves. (Cuento de Hadas #1) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora