Capítulo 37: Momento crítico.

351 45 27
                                    

Capítulo 37: Momento crítico.

Rigel aparta suavemente sus manos de mi cabeza y yo parpadeo, volviendo al presente. Siento un revoltijo de pensamientos difusos, y estoy mareada. Creo que voy a vomitar.

—¿Estás bien? —me pregunta él. Tomo aire profundamente, aclarando mis pensamientos.

—Creo que sí —asiento.

—Tómate tu tiempo. Desbloquear tus recuerdos puede resultar difícil. A mí también me costó adaptarme.

Lo miro, atónita.

—¿Tus recuerdos fueron bloqueados?

Rigel asiente.

—Nos desmayamos en al cueva. Zabrina y Elara nos encontraron al cabo de unas horas, aún dormidos. Nos llevaron al Glaciar, donde nos cuidaron hasta que despertamos. Les contamos lo sucedido, y June decidió hacernos olvidar ese episodio. —Se queda callado un momento—. Estábamos asustados, por no decir traumatizados, y ella no quería que creciéramos con esos malos recuerdos. Ella bloqueó nuestras memorias. Se supone que jamás recordaríamos lo sucedido, pero cuando tenía diez años, lo recordé todo. June supuso que logré vencer el bloqueo por culpa de mi magia doble.

—Magia doble —repito, conmocionada—. Es por eso que mi magia de hielo es tan débil y cuesta usarla, ¿verdad? Porque te entregué casi todo mi poder cuando era niña.

—Sí —asiente—, al menos tu poder de hielo. Tu poder de fuego sigue seguro dentro de ti. —Se mira las manos—. Desde ese momento, mi magia de hielo fue excepcional. Avancé muy rápido en la magia y me convertí en el Hechicero de Hielo Avanzado más joven de la historia, y cuando fui retado por la cueva para obtener mi don, irónicamente fue el de recuperar recuerdos perdidos. —Sonríe—. Supongo que las hadas querían que nunca volviera a olvidar algo tan importante.

—Y mientras tanto, yo nunca pude llegar a usar mi poder de hielo —digo, recordando—. Era la única de mi clase que aún no podía crear figuras básicas. Cualquier cosa que conllevara usar magia era todo un desafío para mí.

—Así es. Y solo el Consejo, tu madre y mis padres sabían la verdad de nuestros poderes. —Se señala los ojos—. Aunque fue difícil explicar el color de nuestros ojos. June nos hizo creer a ti y a mí que siempre fueron grises, pero el resto pensaba que usábamos lentillas o que fue un cambio raro al crecer.

—Hablaste de que fuiste a esa cueva a obtener tu don, ¿a qué te refieres?

—Investigué la cueva después de recuperar mis recuerdos —explica—. Estuvimos en el mismo sitio donde los hechiceros se convierten en Avanzados. Ahí, las hadas nos ponen retos y si los superamos, nos obsequian con magia. La cueva quizá pensó que estábamos siendo probados. Las reglas dicen que solo un hechicero puede ser probado a la vez, pero éramos dos. June tiene la teoría de que la cueva iba a dejar sobrevivir a uno: el reto consistía en ver quién salía con vida. Pero hiciste un trato con las hadas sin darte cuenta. Tu magia a cambio de mi vida. Te estabas drenando y si me hubieras dado hasta la última gota de tu poder... era posible que no salieras con vida de ahí.

—Eras mi mejor amigo, eras como mi hermano. Eras lo más importante para mí, por supuesto que estaba dispuesta a darlo todo para salvarte.

—Lo sé. Y yo también —dice él—, y aún lo estoy. Por eso no voy a dejar que ningún clan te haga daño.

Voy a responder cuando la puerta se abre de golpe. Me sobresalto y Rigel mira a la puerta a la recién llegada. Mariana parece que va a hablar, pero al ver a Rigel su expresión cambia a sorpresa.

—¿Martin? ¿Qué haces aquí? —Mira su ropa—. ¿Y por qué vistes la ropa del Consejo? —Sus ojos se agrandan al comprender—. ¿Eres un Hechicero de Hielo?

Blancanieves. (Cuento de Hadas #1) ✔Where stories live. Discover now