Mi Nuevo Plan

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¡¡Atención!!

Capítulo subido de tono y escenas explicitas.

Lean bajo su responsabilidad ;)

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Su corazón parece ir acompañado con el mío. Ambos rápidos y furiosos al igual que sus besos.

A penas puedo pensar con claridad. No ahora que sus manos recorren mis muslos bajo la toalla.

Aquella ducha, esa que Patrick me recomendó, me sirvió para aclarar mis pensamientos. Se me limpió la mente al igual que la piel bajo las gotas.

Soy una adulta. Soy una mujer que quiere llevar las riendas de su vida, equivocarse tal vez, pero hacerlo ella sola. Seguramente me equivoque con Nicola, pero lo deseo. Quiero hacerlo. Dejar aquel amor de la infancia imposible, que tantos años he esperado en vano, a un lado. Olvidarme de Eric, olvidarme de la Mafia, del plan de escape, de todo.

Ser tan solo dos personas que quieren sucumbir, dejarse llevar. Amarse sin amar, devorarse con las ansias de dos animales. Dos seres, que ya verán que harán mañana.

La propuesta de Nicola cumple justo con eso. Ambos lo necesitamos. Necesito su piel junto a la mía. Sacarme de la cabeza la forma en la que sus labios encajan perfectamente con los míos.

Sus manos son posesivas sobre mí, sus labios arrasadores sobre mi cuello. No puedo evitar gemir bajo ante ello y mis mejillas se tornan rojas, no se si por la vergüenza o el calor.

-Nicola. - Murmullo en queja cuando deja de esparcir besos por mi piel para mirarme a los ojos.

La sonrisa lobuna que adorna su rostro me hace temblar. Le sonrío del mismo modo sin poder evitarlo. No necesitamos decir nada más, nos basta con quedarnos enganchados en los ojos del otro.

Por primera vez desde que lo conozco, creo poder descifrar lo que siempre me ha removido por dentro de sus ojos verdes. Su actitud fría no era capaz de tapar aquel brillo, el mismo que me deslumbra ahora, la pasión. La vida.

No tarda de volver a acercarse, con fervor, aprisionándome aún más a su cuerpo, acorralándome entre él y el colchón. Cortándome la respiración.

Le recibo con gusto, pasando una mano por su suave pelo y tirando de su nuca para acercarlo más a mi boca. Lo escucho gruñir a la vez que se deshace al fin de la toalla.

Maldito Nicola. Su mirada quema mi piel con tanta devoción que no puedo sentirme ni avergonzada. Me mira con adoración. Un sentimiento que no creí que podría surgir entre nosotros. Uno que nos marcará para siempre.

- Te voy a joder.- Susurra aún sin apartar la mirada con el rostro serio y algo oscuro nublado sus pupilas.

Mi piel se eriza. No se si lo dice textualmente o, como en realidad debería haber entendido, se refería a la destrucción que nosotros mismos vamos a generar después de esto, pero no importa ahora.

No cuando siento sus dedos en mi sexo, tanteando la humedad. No cuando debo retener el primer gemido contra su pecho, cuando me arqueo buscando más de ese delicioso contacto.

- Mañana ya veremos.- Es todo lo que se me ocurre responder, pues es lo que verdaderamente siento.

En medio de mi nube de deseo consigo deshacerme de sus pantalones, aunque he de admitir que la mayoría del esfuerzo lo hace él, pues me entretengo con la sensual uve que complementa su cintura.

Cierro los ojos con fuerza cuando siento llegar ese nudo de placer. Sus labios no se despegan de los míos cosa que agradezco, pues consigue acallar la mayoría de mis impudicos sonidos.

Sin pensarlo demasiado, consumida por la repentina necesidad de tenerlo dentro, acarició su pecho, cerca de sus vendas, y giro posicionandome encima de él. Sentir su dureza en mi centro me hace estremecer y moverme por más contacto.

Sin embargo un gruñido de dolor me detiene de golpe. Nicola coloca la mano en su costado, presionando la herida, y me preocupo en seguida.

- Perdona.- Mi voz suena angustiada a pesar de mi respiración acelerada.- ¿Te duele?

No deberíamos hacerlo. No pensé en que él está herido y podrían saltarle los puntos.

- Más me va a doler si te separas.- Cuando trato de levantarme son sus manos las que aprietan mis caderas manteniéndome en aquella posición. - Por favor.

Su voz ronca y su tono de súplica es todo lo que necesitaba para mandar a la mierda la seguridad de mi paciente.

Esta vez soy yo la que atacó sus labios. 

Supongo que en algún momento y a tientas, Nicola consigue alcanzar un condón de la mesilla de noche mientras me entretengo en lamer su cuello provocando esos varonil es sonidos y sintiendo su miembro crecer.

Sus gemidos junto a los míos parecen música y no espero, subida encima de él, a bajar sobre su erección.

Estoy tan mojada que no es difícil encajar y lo hacemos de una forma tan deliciosa que se escapa el aire de mis pulmones.

Me quedo ahí. Mirándolo una última vez, antes de retomar la marcha frenética. Pronto todo se vuelve un caos de placer.

- Allora, mia donna, ti farò diventare la mia Regina.- Murmura en italiano casi inentendible.

Sus gruñidos y sus dedos sobre mis caderas marcan el ritmo. Los besos cálidos que se que formarán por siempre parte de mi piel.

Me vuelvo una devota de su cuerpo, una adicta a él. Pues por primera vez siento magia.

Pues hacemos el verdadero amor. Él y Yo. Sin preocuparnos de mañana.

Tu Deudaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن