Mañana

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- ¿Qué harás cuando regreses?

Le pregunta me toma por sorpresa. No era lo que esperaba para nada después de pasar la noche con un Mafioso. Esperaba un silencio incomodo, algún cambio repentino de actitud, pero no a un Nicola medio destapado e inclinado hacia mí interesado en mi vida.

Sin embargo lo agradezco. Me duele todo el cuerpo y, aunque no quiera admitirlo, me pasaría todo el día con él así, tumbados en la cama y con sus dedos dibujando pequeñas figuras imaginarias sobre mi piel.

- No lo se.- Me sincero mirando a la nada y pensando realmente en ello.- Ya no creo ser capaz de ver la vida con los mismos ojos.

El dedo de Nicola se detiene repentinamente en mi cintura. No se si le he molestado con mi respuesta, pues sabe que él tiene que ver en ello, o tan solo le ha sorprendido.

- Me gustaría ir más despacio. Ser más independiente. Elegir mi propio camino.- Aclaro tras un pequeño silencio.

- Yo tampoco creo ser capaz de ver la vida con los mismos ojos.

Su voz profunda me hace girar mi vista hacia sus hermosos ojos, son sinceros cuando hablan y no entiendo, o me niego a hacerlo, el significado de sus palabras.

- Te gustaría Sicilia. Todo tan verde, tan bello. Ese si que es un remanso de paz y tranquilidad en el que hacer las cosas despacio. Cuando era pequeño, solía espiar hasta el anochecer a los agricultares en la epoca de cosecha de uva.- Continua con sus  dibujos en mi piel, evitando mi mirada de forma deliberada.- Sin embargo, no tengo otra opción ahora.

Prefiero quedarme callada. Sería muy idiota de mi parte decirle que deje la Mafia. Supongo que para él, el jefe, no es tan sencillo. Las palabras de Patrick rebotan en mi mente. "Cada uno tiene una razón por la que estar aquí."

- No le creas, Alexa.

- ¿A quien?- Pregunto confundida.

- A ese drogadicto.

No puedo evitar poner mala cara. El tema de Eric es muy sensible para mí. Es mi mejor amigo.

- Es lo único que tengo ahí fuera.- Las palabras salen de mis pensamientos sin permiso.

- Tus padres...

- No tengo padres.- Le interrumpo de inmediato.

Si no la había cagado suficiente con el tema de mi mejor amigo, además mete el dedo en la herida con mis padres. Sin embargo no es su culpa, sus intenciones eran buenas y no puedo enfadarme con él. No por eso.

Más bien, es el vacío que me genera siempre al entender que todo el mundo ha tenido a esas personas que a mi siempre me han faltado. A las que ni siquiera puedo echar de menos porque no se como se siente.

Aprovecho el silencio incomodo que se ha formado para envolverme en las sábanas y tomarme la libertad de ir a darme una ducha. Por desgracia para mí, Nicola ya está prácticamente recuperado y piensa retomar sus deberes así que yo debo hacer lo mismo.

- Alexa.- Escucho que murmura molesto.

El agua cae caliente sobre mí y espero que se lleve el tema de mis padres lejos. Mi infancia en el orfanato tampoco fue mala, obviando toda la gente que se burlada de mi por ello, así que tal vez no todo el mundo esté hecho para tener padres. O así he querido engañarme a mi misma siempre.

Tan metida estoy en mis pensamientos que no me doy cuenta de que Nicola ha entrado después de mí hasta que sus brazos rodean mi cintura. Se queda así, con la cabeza a poyada entre mi hombro y mi espalda, permitiéndome aspirar su aroma y disfrutar de la ducha al mismo tiempo.

Tu DeudaWhere stories live. Discover now