Epílogo: Cementerio de memorias

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2013

Tristán no tenía una especial fascinación por su último psicólogo, Mauro. Más bien le daba una inmensa pena. Una persona tan débil y manipulable al servicio de los enfermos mentales. No fue muy extensa su comunicación, pero Tristán, luego de la primera consulta y la charla posterior había logrado entender algunas cosas:

La primera tenía que ver con el pasado de Mauro, en como había amado y huido y vuelto a amar. En como lo que amaba parecía escapar de su comprensión y en como su comprensión nunca había sido muy intensa con sus personas cercanas.

La segunda le hizo conocer la verdad tras la muerte de Dante. Loretta. En realidad Olivia no hablaba mucho de la hermana de Avan, pero lo poco que decía, hacía que Tristán sintiera escalofríos. Le recordaba a un par de personas, no tan malas, de su estadía por las clínicas, personas que se creían capaces de salvar al mundo y no eran capaces ni de salvarse a sí mismas.

Aunque todo había pasado tan deprisa.

Por eso se escapó de la clínica, se escapó para no volver jamás. No volvería a acercarse a un médico.

Pero antes, su inmenso apego a los funerales lo llevó derecho al de Mauro.

Dijo unas palabras, más dirigidas a Loretta que al propio Mauro y se esfumó.

Desapareció de los radares de los médicos, se alejó de la policía. Nadie supo más de él.

Para todo él mundo, luego de escapar se había tirado al río. Él se había encargado de que lo pensaran.

........................

Actualidad

En realidad todo estaba bien.

Livvy estaba con Avan comprando su vestido.

Maddy estaba con Máximo comprando su vestido. Sí, un lindo vestido para el baile.

Tristán caminaba de un lado a otro del jardín. En verdad había salido seguro de que allí no había cámaras de vigilancia, pero ahora lo dudaba. Pero no quería entrar, Staphina disfrutaba del aire fresco y de su compañía.

La miró, el aire moviendo su cabello y los dedos tocando una rama seca, era tan hermosa como cuando la conoció. No entendía como lo había perdonado por lo que le había hecho.

Él la había matado y ella estaba allí, con él. Él no merecía tanto.

Tiempo después, supo que la policía dio con él porque Leticcia lo había mencionado al pasar, pero a él no podía importarle menos. Después de todo, ya era preso de su mente.

—Staphina, voy a morir pronto.

Ella lo miró con ojos tristes pero no dijo nada. Ella era lo bueno de su vida, la parte hermosa de su enfermedad. La parte que lo impulsó a buscar ayuda una y otra vez, la parte que evitó que se quitara la vida más veces de las que podía recordar, ella era su cordura en la enfermedad.

Cuando su Granny fue a visitarlo, una semana exacta antes del accidente que acabó con la familia cercana de Tristán, ella estuvo con él. Su Granny fue tan tierna con él, tan comprensiva, fue todo lo que sus padres nunca fueron.

—Lucha, mi querido, lucha por la vida, lucha por la cordura. Te quiero y siempre serás mi niño.

Staphina se encargaba de recordarle las palabras de su abuelita cuando él sucumbía a los demonios malignos que habitaban su mente.

—Ellos no mintieron, ¿sabes? De verdad estás siempre conmigo. Me pregunto si habríamos llegado a estar juntos si yo no hubiera enloquecido. Me pregunto cómo hubiera sido todo si tu padre me hubiera dicho que estabas desaparecida aquella vez. ¿Crees que pude haber confesado y libradome de pecado? Yo creo que ni así habría sido capaz. Ni siquiera sé si lo que sientes era lo que ella sentía, después de todo, eres parte de mí, no de ella.

Admitirlo le dolió, pero debía hacerlo, no tendría otra oportunidad. Sabía que Maddy y Avan lo matarían al regresar. Posiblemente Máximo lo sostendría y Livvy daría el golpe de gracia. Así de sádica había sido siempre su pequeña amiga.

Y él, que sabía que era ella había elegido creer la mentira.

En realidad no tenía fuerzas para luchar, sabía que cuando ellos volvieran, al fin descansaría en el cementerio.

Por eso, se despidió de su Staphina de la mejor forma que pudo: llorando.

*

Maddy encontró a Tristán llorando en el patio, arrodillado con la cabeza entre las manos y llamó a Máximo.

Tristán los oyó hablar.

—¿Te estás muriendo al fin? ¿Has tomado la pastilla de hoy? Tal vez deba darte algunas más, ¿no crees? —Maddy se dirigía hacia él con malicia mientras Máximo reía.

—No...

—¿No qué, viejo inútil? Eres un inservible, no sabes lo tedioso que fue cuidarte todo este tiempo. Apúrate a tomar las pastillas que está oscureciendo.

Tristán se puso de pie y por un segundo buscó a Staphina, no estaba. Su último instante de cordura había desaparecido.

Maddy reía y aplaudía, su cabello rubio claro y sus vestidos de colores casi parecían una burla a lo que solía ser. Máximo estaba a su espalda, cuidándola, siempre cuidándola.

Tristán no estaba seguro de por qué lo hacía, pero los improperios de los jóvenes lo animaron a tomar la decisión. Todas las pastillas que quedaban las tomó, de tres en tres para que fuera más rápido.

—Muere, muere, muere, asqueroso inútil. Muere solo como la mierda que eres.

Cuando ya debía llevar unas quince comenzó a marearse. Livvy y Avan lo miraban con regocijo, y Staphina no estaba para salvarlo.

Estaba solo en esto.

Tomó las siguientes tres pastillas y cayó.

Buscó con los ojos por toda la cocina pero no vio a nadie. Oyó risas en su mente, voces en su mente, las voces del mal que lo rodeaban.

Maddy y Máximo no eran Maddy y Máximo, eran él. La parte podrida de su enfermedad, la parte que lo hizo sentir seguro y estable para luego apuñalarlo por la espalda.

Y él había tomado las pastillas y estaba muriendo.

Se dejaba ir de a poco.

Lento.

Pausado.

Así respiraba sus últimos alientos. Las lágrimas de sus ojos eran por Staphina y por no haber luchado.

La vio, vio su rostro cubierto de lágrimas ante él, un rostro lleno de cariño y perdón, lleno de tristeza y compasión. Eso es lo último que vio.

*

El cuerpo de Tristán Adam Tomasini fue encontrado en la residencia en la que solía vivir la familia Tomasini. El oficial Robert Stretcht lo encontró.

El funeral de Tristán no fue muy concurrido. Solo Robert estuvo allí. Eso entristecía al hombre en lo más profundo, sabía cuanto amaba Tristán los funerales y los cementerios, por eso se había negado en rotundo a que lo incineraran, en cambio había pagado por el servicio fúnebre más importante.

No pudo decir nada. Un nudo mantenía su garganta obstruida.

Cuando terminaron él dejó una rosa y susurró:

—Espero que hayas encontrado a tu Staphina, amigo mío.

Y de verdad tenía la esperanza de que así fuera.

....................FIN...................

Ahora sí, amiguitos míos: El fin.

Todos sabemos que posiblemente suba material extra en el futuro como con Olivia.

Del 1 al homicidio especialmente agravado, ¿cuánto me odian por lo que le hice a Tristán?

Es el personaje que más he querido hasta ahora, adoré todo de él, era como askldjaskj. Así.

No me queda más que agradecerles por acompañarme en esta aventura y decirles: NOS VEMOS EN ALENA!!!

Los ama: Giselle Schalfjkdfads

Tristán //Enfermiza obsesión Where stories live. Discover now