16: Aclaraciones verídicas

102K 7.3K 1.1K
                                    

Cuando me despierto estoy siendo cargada entre los brazos fuertes de Baxter hacia lo que veo es un ascensor. Me tomo mi tiempo en reconocer dónde estamos, y cuando lo hago, no digo nada. Baxter me ha traído a mi departamento. No hablo mientras me lleva, sino que disfruto del silencio en el que estamos sumidos. Si abro la boca diré muchas cosas hirientes, y aunque se las merezca todas, también sé que estoy borracha y mañana me arrepentiré mucho de lo que pase.

Procuro cerrar los ojos. En un segundo me descuido, porque al siguiente cuando mis párpados se abren, estoy siendo depositada sobre un suave colchón.

No puedo evitar reír cuando Baxter comienza a quitarme el vestido.

—Basta —murmura con su voz cargada de mando mientras empieza a desabotonarme el vestido. Le quito las manos de un manotazo, molesta.

Me pesa la cabeza y mis movimientos son torpes, pero contundentes.

La furia ha vuelto.

—No voy a follar contigo, he cambiado de opinión. —Lo empujo con torpeza. Él retrocede sabiamente. Mi cabeza da un poco de vueltas y aunque quiera mantenerla estable siento que todo gira—. ¿Por qué no vas con Sarah y te la follas a ella?

Baxter se enfurece. He tocado un botón del nervio.

Bien. Pues tocaré todos los botones.

—Estás borracha, Madison, ahora mismo no vamos a hablar.

—¿Entonces lo haremos mañana? —Me quito el celular del sostén y lo tiro a mi cama. Luego procedo a quitarme los tacones para lanzárselos. Lástima que no le caen en la cabeza ni le provocan una herida—. Vamos a hablar hoy.

Me arrodillo sobre el colchón y me quito el vestido por la cabeza, tirándoselo a la cara cuando estoy en mi ropa interior.

—¿Qué crees? —murmuro enfurecida—. ¿Que porque solo estamos teniendo sexo, puedes ir y estar a punto de hacerlo con tu ex novia? Te dije que entre nosotros habría exclusividad, y si una de esas reglas se rompe, adiós. Así que sí, ahora puedes largarte, irte con quien carajos quieras y dejarme en paz. Yo también me buscaré a alguien, que no sea un puto trastornado con su ex novia como tú, y me lo follaré. ¿Y sabes por qué? ¡Porque puedo y quiero! Y porque no sigo obsesionada con mi ex.

Baxter se acerca con sigilo a la cama, observándome como si yo fuera un animal rabioso y quisiera tranquilizarme. Me quito el sostén y vuelvo a tirarlo, pero esta vez cae a sus pies. Me pongo de pie con torpeza y cojo el camisón que utilizo para dormir que está debajo de mi almohada.

Cuando me doy la vuelta él sigue aquí.

—Ahorita mismo estás borracha, Madison, no hablaremos hasta que estés en tus cinco sentidos. —Ve el camisón en mi mano y el balanceo de mi cuerpo. Extiende la mano—. Dame eso, yo te ayudo.

—No.

Lo alejo de él, pero Baxter es más rápido y más fuerte, me quita el camisón y me ayuda a ponérmelo. En unos instantes su rostro se detiene en el mío, me mira a los ojos por varios segundos, quiero alejarme, pero también quiero oírlo defenderse. Que diga algo. Quiero pelear.

—Te juro que no pasó nada entre ella y yo, bonita. —Intenta coger mi barbilla, pero me volteo mi rostro—. Entre nosotros no ha vuelto a pasar nada desde que nuestra relación terminó años atrás. Aún tenemos asuntos pendientes respecto a acciones legales y por eso nos tenemos que reunir para hablar con el abogado, pero nada más. Hoy en la oficina fue a dejarme unos papeles para firmar, ella intentó algo, pero no la dejé.

Aunque mi mente trabaje mil por hora por sus palabras, no le creo ni un poco.    

—¿De verdad? —pregunto con un tono de voz exagerado, ironizando la dramatización—. ¿Es decir, ella no te besó y no estuvieron a punto de tener sexo allí mismo?

Entre las sábanas | EN FÍSICOWhere stories live. Discover now