CAPÍTULO 21

6 0 0
                                    


Luego del eterno día que había pasado, pude dormir tranquila, relajada. Apenas en un día, mis sentimientos se habían aplacado, y ya me encontraba con nuevas expectativas.

Luego de levantar muchísimos mensajes de mi padre en el contestador, comprendí que si mi intención era reordenar mi vida, lo primero que debía hacer era cerrar el conflicto que entre nosotros se había instalado.

Tomando fuerza, lo llamé por teléfono y serena pude explicarle las razones de mi enojo. No sé si mi padre comprendió cómo me sentía, pero no tuvo más remedio que aceptar mi decisión.

Entonces pude pensar en todo lo que quería compartir con Francisco y mi primer deseo fue que conociera mi mayor interés. Subí al playroom y revolví entre mis pinturas, para poder mostrarle las que más me agradaban. Me entretuve gran parte del día y aquella actividad aplacó la ansiedad que generaba esperarlo.

Como me explicó luego, Francisco trabajaba hasta la tarde, por ello ya había atardecido cuando apareció en casa.

Con sólo ver su actitud al cruzar la puerta de entrada, comprendí que ambos estábamos expectantes con aquel encuentro. Tal vez ninguno de los dos sabíamos bien que pasaría, ya que nuestros códigos de relación eran bastante particulares, y en nuestra última charla ambos habíamos actuado de un modo muy diferente al que estábamos acostumbrados.

Y fue Francisco quien por fin se decidió a romper con aquel incómodo silencio que se había instalado en el living de casa.

-Te confieso que vine pensando todo el camino con qué podía pelearte, pero no se me ocurrió nada. Esto de no tener por qué luchar me está poniendo nervioso -dijo y mostró su sonrisa.

Su comentario me relajó.

- -No te preocupes, ya se nos va a ocurrir algo -le contesté mientras estiraba mi mano para que la tomara.

- -¿Ya me querés llevar a tu cuarto? -preguntó divertido mientras tomaba mi mano y se dejaba guiar escaleras arriba-, pensé que me iba a costar un poco más -agregó.

-Te encantaría, ¿no?... pero no te hagas ilusiones -continué guiándolo hasta el playroom-. Quiero que me conozcas, y me parece que esto es una parte muy importante de mi vida -le dije una vez dentro de mi "taller".

Francisco me contestó con una sonrisa y se sentó en un puf que por allí había. Le expliqué la satisfacción que me daba pasar largas horas del día en ese lugar y la pasión que brotaba de mí en forma inexplicable cuando me paraba frente a un lienzo o un papel.

-Ojala algún día yo te despierte esa misma pasión -comentó muy bajo.

Sus palabras hicieron que me detuviera y sentí la necesidad de acercarme a él. Dudé antes de expresar mis pensamientos.

- -Frank, vos sos apasionante -le confesé. Y aunque en ese momento no quería más nada que besarlo, no se por qué, atiné a alejarme, pero por suerte, el no me lo permitió. Tirando de mi mano, me atrajo hasta su cuerpo y abrazándome, me besó. Me encantaría poder explicar la sensación de aquel beso, pero es muy difícil ponerlo en palabras. Es una de esas sensaciones que se tienen pocas veces en la vida, sensaciones de certeza. Aunque quiera, no puedo. Pero de algo estaba segura, era el beso que ambos anhelábamos y necesitábamos.

- -Gracias por compartir conmigo esta parte de tu mundo -se levantó y comenzó a observar detenidamente los cuadros que estaban esparcidos por el playroom-. No sé si te parecerá loco, pero te reconozco en muchos de esos cuadros. No sé, algo de los trazos -agregó mientras recorría con sus dedos una pintura hecha en óleos- me hacen acordar a vos.

Tal Vez, la historia de mi vidaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें