Capítulo 1:

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Chicago, Estados Unidos.

Doce años después.

ARLETTE:

Mi viaje a la escuela es sorprendentemente aburrido esta mañana. Petrushka me levantó en el momento en el que abrió la puerta de mi habitación, como cada día, pero no hubo rastro de Flavio o Francesco durante el desayuno. La ausencia de ruido en la comida hace que me quede sin mi habitual dolor de cabeza de todas las mañanas. Supuse en ese momento que papá hizo un viaje de negocios de improvisto en el que todos se apuntaron sin tomarse la molestia de avisarme, puesto que Beatrice, mi madrastra, no estuvo molestándome con el largo de mi falda antes de salir.

No hubo nada bueno en la radio. La emisora que suelo escuchar cambió mis clásicos de jazz por música actual.

─Hasta más tarde, Fósil ─me despido.

Lo veo asentir antes de salir de la camioneta cuando llegamos al estacionamiento de la escuela. Adentro nada es relevante. Alumnos hablando entre ellos para ponerse al día con los rumores, alardeando de su fortuna o humillando a otros más débiles. La mayoría de las chicas detienen sus charlas para mirarme de reojo o a hurtadillas cuando paso junto a ellas. Los chicos tampoco se quedan atrás. Me recorren de pies a cabeza, probablemente imaginando cómo sería estar con alguien como yo, pero no me hago ilusiones pensando que gran parte de lo que piensan sobre mí va en esa dirección.

En lo absoluto es envidia, odio o resentimiento por parte de ellas.

Ni deseo o admiración por parte de ellos.

Es pena y asco ante el rumor, no, el hecho, de que mi madre esquizofrénica se suicidó cuando era tan solo una niña y casi me arrastra consigo. Fue una noticia que impactó en su época, la bonita esposa de uno de los hombres más ricos del país suicidándose no es un titular de todos los días, por lo que fue traspasada a la siguiente generación de la alta sociedad de Chicago sin falta. Además no ayuda que mi abuelo materno, su padre, se haya suicidado unos años antes. En lo que al resto de las personas ajenas a mi familia concierne, hay un historial de trastorno mental en mi familia del que no voy a escapar. También todos piensan eso porque nunca ha habido alguien lo suficientemente cerca como para desmentir el rumor.

Nadie lo suficientemente valiente.

─Perdón ─murmura una chica chocando contra mí.

Bajo la mirada. Es pequeña. Su ropa está sucia y gastada. Es del montón. Probablemente becada. Sus ojos son marrones achocolatados. Sus pupilas se dilatan cuando me ve. Separo los labios para decirle que no me ha molestado o desatado mi furia esquizofrénica, pero se abraza a sus libros y huye. La campana sonó hace un par de minutos, por lo que me digo que ese es el motivo de su prisa a pesar de que en el fondo sé que no es así. Hasta los freaks me temen. He salido recientemente de un cuadro viral con mucha fiebre, por lo que rápidamente su existencia desaparece de mi mente cuando junto mis labios y los siento resecos. Me dirijo al baño en lugar de imitarla para rehidratarlos con una barra de cacao. De todas maneras mi profesor de la primera hora siempre llega tarde.

─Hola ─saludo al trío de chicas aglomeradas frente al espejo solo para fastidiarlas.

La satisfacción de verlas estremecerse siempre me alegra el día. Son la triada de abejas reinas típicas de libros y series adolescentes. Las tres vienen de familias ricas de dinero viejo que probablemente sus padres no podrían volver a hacer, mucho menos ellas. Se parecen tanto que mis nauseas aumentan. Las tres son rubias. Bronceadas. Sin cerebro. Probablemente se meterían conmigo abiertamente, empujándome en la cafetería o anotándome en listas de fenómenos, si dos de ellas no tuvieran padres que han cerrado negocios con el mío. La otra, sin embargo, probablemente no tiene ni idea de quién demonios soy aparte de la leyenda de la madre esquizofrénica que se oye por los pasillos. Lo sé porque no la he visto fuera de las paredes de la escuela y es quién arroja mi estuche de belleza, esparciendo su contenido en el piso, cuando sus amigas la obligan a abandonar el baño.

Arlette © (Mafia Cavalli I)  EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora