Capítulo 29:

45.4K 5.6K 4.8K
                                    

ARLETTE:

─¿Qué color crees que le gustará más a Vicenzo?

Las cejas de Verónica se alzan con sorpresa cuando me giro hacia ella sosteniendo dos vestidos. Uno de ellos luce como una prenda sacada del armario de una diosa; seda perlada, un solo hombro, con ajustes en la cadera y la cintura y aberturas en las piernas. El otro simplemente es apretado desde los tobillos al pecho, inspirado en las sirenas, color cobre.

─Me gusta más el blanco, pero... ¿estos vestidos no son demasiado para una simple cena? ─Su frente se arruga con confusión. Está acostaba boca abajo en mi cama ojeando una revista. Al igual que Fósil, piensa que Vicenzo solo me llevará a cenar al restaurante de su familia. Es para lo que papá nos dio permiso─. ¿Y desde cuándo te importa lo que a Vicenzo le interese? ¿No me habías dicho que tu compromiso con él era una simple imagen?

Escojo el que es color cobre.

─Lo es. ─Verónica luce aún más confundida que antes con mi respuesta, así que me aclaro mientras observo mi reflejo en el espejo─. Pero la imagen debe lucir feliz y a gusto. Compara nuestro matrimonio como una fortaleza. Si hay grietas entre sus muros, el enemigo pensará que es más fácil atacarla.

Verónica cierra los ojos cuando me deshago de mi bata de baño para vestirme. Aún está usando la ropa que llevó para la escuela. Vaqueros nuevos y un suéter ancho con zapatillas rosas. Ya nadie la molesta por su pobreza, pero lo hacen preguntándole sobre la naturaleza de la relación entre nosotras. Creen que somos una pareja lésbica. Ya que eso es mejor a que piensen que nuestra amistad está construida sobre los cadáveres de cinco violadores, no los corrige.

─¿Con enemigo te refieres a una amante?

─No. ─Sus manos viajan al cierre en mi espalda cuando me acerco─. Me refiero a cualquier enemigo de nuestra familia. No me importa con quién Vicenzo se acueste. ─Aunque también sabemos dónde está, tratar con Luciano no será tan sencillo como tratar con Morello. Salvatore es un niño indefenso al lado del traficante de trata de blancas. También tenemos que esforzarnos por pasar desapercibidos. Sin importar cuánta libertad me haya concedido papá o cuán importante sea la planificación de esta fiesta, nunca aprobaría que Vicenzo y yo nos encontráramos con un criminal como él, así que tenemos que ir con cuidado. A pesar de que Fósil no irá con nosotros, algunos hombres de Vicenzo estarán infiltrados a dónde iremos─. Si es inteligente, no embarazará a ninguna de sus prostitutas. Un pequeño bastardo es lo último que necesitamos.

Si Vicenzo lo tiene, sin embargo, no seré una mala madrastra. Le enseñaré a mis hijos a reconocerlo como su hermano a pesar de que haya sido criado en un burdel. Incluso haré que Petrushka le teja un sombrero.

Verónica, de pie junto a mí, me mira a través de nuestro reflejo en el espejo.

─Te creo cuando dices que no te importa. ─Me da un empujoncito amistoso con el hombro─. Pero no creo tu pretensión de que siempre será así, Arlette. Vivirás con él. Compartirás tu cuerpo con él. ¿Cómo es posible que no llegues a sentir nada por alguien que verás cada día? ¿Por el padre de tus hijos? Dudo mucho que esa sea tu respuesta en unos años o tan si quiera en unos meses. Quién sabe. Tal vez termines enamorándote de él en un par de semanas.

Si no hubiera tomado mi medicina tan solo unos minutos atrás, probablemente habría estallado de ira, una ira que ella no entendería, pero mis emociones están tan enmudecidas que no hago más que continuar alistándome mientras hablamos. La peluca blanca de Beatrice se ajusta a la perfección sobre mi cabeza. Cuando me veo con ella no puedo evitar cerrar los ojos.

Siempre está ahí, persiguiéndome.

─Lo he sido indiferente por diecisiete años, ¿por qué cambiar ahora? ─le pregunto tras unos segundos de tenso silencio, separando mis párpados.

Arlette © (Mafia Cavalli I)  EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now