Capítulo 19:

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TIENEN QUE LEEER ESCUCHANDO LA CANCIÓN. 

DESCRIBE A VICENZO A LA PERFECCIÓN <3


VICENZO:

Mi decisión de mantenerme tan alejado de Arlette como pueda se va a la mierda cuando se aparece en mi casa culpándome por la partida de Francesco. No veo correcto comentarle que estábamos en el sótano de Marcelo por ella. Además de destruir su vida, no deseo que tenga otra razón para regodearse de debilidad por ella. No asumo la culpa en voz alta, pero la tomo implícitamente a cambio de que no pierda toda su hombría.

─¿Pasa algo, cariño? ─le pregunta mamá, sus ojos grises brillando, mientras Fósil se enfoca en la poca distancia que hay entre nosotros con su frente arrugada viéndose aún más arrugada.

─No pasa nada ─respondo por ella dando un paso atrás─. Ya se va.

Mamá separa los labios para protestar, pero Arlette se adelanta a sus palabras marchándose de mi habitación, sus ojos azul océano llenos de ira y locura a duras penas contenida. Fósil la sigue. Mamá va detrás de ellos tras dirigirme una mirada llena de preocupación, pero también esperanzas. La puta consiguió clavar sus uñas en mis muslos y hombros, estimulando mi naturaleza oscura. Hay una furiosa erección apuntando hacia mi ombligo que dificulta la acción de ponerme los pantalones. Tomo mi mochila y mi chaqueta antes de ir por las llaves de la motocicleta de papá.

─¿A dónde vas?

─Iré a dar una vuelta. Regreso en media hora.

─No te preocupes por tu padre. ─Mamá se interpone entre la puerta principal de nuestra casa y yo. Esconde su sonrisa detrás de la porcelana de su taza de té. Besa mi frente antes de dejarme alcanzar el pomo. Es hermosa y dulce, todo lo contrario a mi prometida─. Cuida bien de ella.

Respondo saliendo de casa con un gruñido. Asiento en dirección a los hombres de mi padre, quiénes han empezado a montar guardia en el jardín desde la explosión, antes de alcanzar la motocicleta junto a la acera. Ya en marcha no me toma más de cinco minutos alcanzar la Range de Carlo. No sé qué excusa barata le dio a su padre para que la dejara salir a esta hora, probablemente manipulándolo, pero sea lo que sea que le haya dicho no tendrá importancia si algo llega a sucederle y él decide ir por mis bolas.

Tengo que asegurarme de que llegue sana y salva.

Mierda ─suelto cuando, bajo la luz de las farolas de una de las calles que conducen a su casa, uno de los neumáticos delanteros explota, lo que ocasiona que la camioneta se desvíe de su camino y se estampe contra la pared de cristal de una cafetería, destruyendo el frente.

Antes de que mi cerebro sea completamente consciente de lo que acaba de suceder, me detengo y corro hacia su puerta. Fósil, en el asiento piloto, despega su rostro con un corte en la frente del volante antes de fijar su atención en Arlette. La preocupación en sus ojos debe ser un reflejo de la que está en los míos. Mi prometida está inconsciente, sangre saliendo de los orificios de su nariz, su típica falda de colegiala hasta casi las rodillas llena de trozos de cristal que alcanzaron hacer cortes en su rostro antes de caer ahí. El humo ha empezado a salir del capó, anunciando fuego o algo peor, el aroma a gasolina invadiendo el ambiente, por lo que me obligo a asumir la responsabilidad de cualquier daño que le pueda causar ser cambiada de posición y me extiendo sobre ella para desabrochar el cinturón mientras sus guardaespaldas terminan de despertar. Una vez alcanzamos un punto seguro en la calle, la deposito sobre el suelo, mis labios fruncidos en una mueca al darme cuenta de que su presencia, ella, no pesa nada en lo absoluto si no está despierta. La sirena de la cafetería no ha dejado de sonar desde que ocurrió el accidente, pero aún así le insisto a Fósil, el primero en aparecer, para que llame a una ambulancia.

Arlette © (Mafia Cavalli I)  EN LIBRERÍASحيث تعيش القصص. اكتشف الآن