Capítulo 13:

63.6K 7.2K 10.4K
                                    

VICENZO:

Aún no soy tan valioso como para tener a mi disposición a alguien que se ocupe las veinticuatro horas de ella sin que termine delatándome con Constantino. Tengo los recursos para conseguirlo, pero cada persona de confianza que se me viene a la mente terminaría soltándoselo a papá. Todavía no quiero que sepa que estoy involucrado en el pago de su deuda. Si pudiera ocultarlo para siempre permanecería tal y como está, como un secreto, pero no puedo. No existe esa clase de mentiras en mi familia. Menos si involucran el negocio. Tampoco quiero iniciar otra pelea cuando estamos teniendo una buena racha después de que Carlo llamara, así que me veo en la obligación de invitar a Tiffany a mi departamento. Necesito mantener un ojo sobre ella. Sacarla del maldito barrio de mala muerte en el que vive. Después del incidente con la mascota de Arlette, recordé el peligro que corre cualquier mujer que no cuente con una docena de escoltas siguiendo cada uno de sus pasos.

La verdad es que sería bastante lamentable que muriera antes de pagarme.

─¿Estás segura de que estarás bien? ─pregunto colgándome la mochila, lo único que podría incriminarme, sobre el hombro, puesto que el resto, a excepción de la coca en mi baño, forma parte de la indumentaria de cualquier apartamento de soltero.

─Sí ─gime enterrando el rostro en las sábanas, su cuerpo cubierto por una de mis camisetas─. ¿Cómo no lo estaría? Este lugar es increíble. Es el sitio más bonito en el que he estado desde que llegué a Chicago. La vista es hermosa.

─Solo estarás aquí hasta que hayas pagado lo que debes.

Su expresión se vuelve indescifrable durante un instante. Rápidamente vuelve a ser risueña aunque al paso que vamos, viéndonos todos los días, habrá terminado con ello en menos de un mes. No me molesta la idea de pasar a la siguiente. En realidad no soy bueno en esto. No puedo conformarme con una sola mujer. Quizás sí estoy cansado de las putas, pero a tan solo días de iniciar este experimento con Tiffany me di cuenta de que la palabra compromiso no se encuentra en mi vocabulario. Mis dedos pican con ansiedad de amasar un trasero más voluptuoso que el suyo. Unas tetas más pequeñas. Mi pene pide a gritos otro par de labios para la próxima mamada. Probablemente cuando me case necesitaré un hotel para mis amantes.

─Lo sé. ─Se incorpora sobre sus rodillas─. Estaré aquí mañana después de mi turno.

Me doy la vuelta antes de obtener un vistazo más completo de su cuerpo desnudo y consiga retenerme por más tiempo, conformándome con él para saciar mis deseos. Si no me voy ahora no habrá nada de estofado de mamá cuando llegue a casa.

****

Una hora más tarde me dejo caer de espaldas sobre el colchón de mi cama, mi verdadera cama, con el estómago lleno. Soy un hombre fácil de complacer. Sexo. Comida. Dinero, pero no tanto. No necesito gran cosa para sentirme satisfecho. El problema es que ninguna de mis putas cocina como mamá. Cuando pruebas su comida sientes que estás en Italia. Específicamente en Florencia, dónde fue criada en un convento. No hizo estofado, como me prometió esta mañana cuando hablamos por teléfono, sino pollo a la parmesana. Mis ojos se entrecierran a medida que decido dejarme llevar por el sueño para tener una siesta antes de que papá me necesite para algún trabajo, pero me interrumpen. No giro la cabeza para saber quién entró cuando la puerta se abre. Sus pasos no suenan pesados, así que estoy seguro de que es Penélope. Me incorporo cuando otro sonido se le une. Mis hombros se relajan al identificar a Francesco. No hemos hablado desde que me ayudó con los rusos. Quiero pensar que es porque ha estado ocupado jodiendo a Luciano, como dicen los rumores, pero tengo la sospecha ha estado distante porque le hice prometer no decirle nada sobre los galpones a Carlo. Eso debe ser incómodo para él. Sería incómodo para mí esconderle algo así a mi padre, por lo que mi estima a él ha aumentado.

Arlette © (Mafia Cavalli I)  EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now