Reencuentros en la nieve

321 21 8
                                    

Albert le había pasado un cambio de ropa para quitarle la que olía alcohol, Terry lo había obligado a entrar al baño dejándolo un rato bajo el chorro de agua fría.

Richard estaba aturdido, en algún instante los tres habían saltado sobre él discutiendo cómo podían bajarle la borrachera, le habían dado agua, una banana con miel y leche, café, jugo de naranja, incluso de un botiquín habían salido dos aspirinas. Pero el muchacho distaba mucho de sentirse mejor, por el contrario, con todo el ajetreo se ofuscaba más a cada momento.

—Terry, será mejor que tú también te des un baño —sugirió Albert cuando descubrió que el olor que aún percibía no era del jovencito, sino de su amigo, este asintió, a él ya se le había pasado el efecto, de hecho desde que vio a Albert el milagro se había obrado, y su coordinación motora podía dar un buen engaño.

Caminó rápidamente imaginándose que aunque Bill había bromeado al respecto de su orden de arresto, la realidad no podría distar mucho de eso. Originalmente planeaba regresar antes del desayuno, solo quería saber si Teodora seguía en el colegio o no, lo había confirmado, estaba bien cuidada, algo vieja pero en perfectas condiciones, al parecer no le guardaba ningún rencor, si bien había tardado un poco en reconocerle y por eso no la culpaba.

Pero Richard había vuelto a preguntar sobre ella, y no lo había hecho por molestar, no creía tampoco que fuera para usarlo en su contra, era tal vez una simple e inocente curiosidad, ante eso, no pudo negar que también necesitaba desahogarse y por primera vez en diecisiete años habló de un tema que pretendía fingir que nunca pasó, en desorden, saltando de un momento a otro le contó del festival de marzo, del barco en la niebla, la trampa de Eliza, su llegada al teatro, su primera visita a Eleonor Baker, el accidente de Susana, la despedida en las escaleras del hospital.

Se vio a sí mismo con la lengua suelta, entre copa y copa con la atenta mirada del muchacho que contagiado del sentimiento se sirvió también algunas rondas. Ebrio, desinhibido, descubriendo una faceta menos violenta de su alcoholismo, por un momento se sintió con la comodidad que encontraba en la cabaña de Albert, y enseguida habló de él, le contó de Charlie, preguntándose por primera vez qué demonios había sido de él, anotó mentalmente buscarlo cuando regresara a América, y estaba también Kuki, el pequeño de Southhampton.

¡Tantos nombres que le vinieron a la mente en esos momentos y que había zanjado con todo lo demás!

Soltó alguna lágrima, revivió una carcajada y concluyó en ese momento algo que no había podido distinguir por sí mismo en sus cavilaciones en el trasatlántico; había tenido una buena vida.

Bruscamente se sobresaltó cuando un ruido grotesco proveniente del baño que había dejado hacía solo unos segundos le hizo saber que ya habían conseguido que Richard vomitara, aunque ello implicaba volverle a dar la leche y todo lo demás para estabilizar su estómago. En la habitación de Albert, que ocuparía para cambiarse, estaba sobre la cama una muda blanca que le resultó aterradoramente familiar, sintiendo que era un broma extendió los dobleces acercándosela a la nariz aspirando el olor ligeramente penetrante a guardado.

—Tiene que ser una broma —se dijo, pero a falta de otra cosa que usar para salir a reclamar, creyó pertinente desengañarse sobre su condición tras años de, no descarados, pero si minuciosos, cuidados físicos.

La puerta se abrió.

—¿De verdad te queda? —preguntó Albert riendo un poco, dejando en claro que sí había sido una broma, realmente no pensó que se la pusiera o que entrara en ella, pues él mismo desde la última vez que se vieron había subido dos tallas.

—Si pensabas echarme en cara que el tiempo hace estragos, Albert amigo, te falló el plan —dijo con orgullo levantando los brazos para demostrarle que la camisa blanca que había olvidado hacía más de una década le quedaba a lo mucho, dos centímetros más justa de lo que le quedaba a los dieciséis.

El honor de un caballeroWhere stories live. Discover now