Capítulo 12

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La mitad de la tarde transcurrió con normalidad, la rutina de todos los días, pero la hora de comer había llegado y me preocupaba, no sabía como lo tomarían Alexander y Edna, caminé con la Reina rumbo al comedor, poco antes de llegar la Reina volteó a verme - No te preocupes por mi hijo y tu hermana, es probable que te digan algo, pero ni mi señor ni yo permitiremos que te digan algo- asentí con la cabeza antes de agradecer a la Reina, cuando llegamos al comedor, dos criados abrieron las puertas, el corazón me latía muy fuerte, la Reina entró y yo detrás de ella, todos en la sala se levantaron, pude sentir las miradas de los siguientes regentes sobre mi, Edna tenía una mueca burlon, Alexander solo me miraba con desprecio, me senté en mi lugar después de que la Reina lo hiciera, no pasaron muchos segundos antes de que Edna hablara - Vaya, ¿acaso la Reina se dio cuenta de lo inútil que eres y te regreso a donde perteneces? a ser un simple guardia- la mirada gélida de la Reina se posó sobre ella - Edna, te exijo te refieras a mi con el respeto debido, no por ser la futura  Reina de Francia significa que estamos al mismo nivel y Lucas es el nuevo capitán de la tropa real, para tu información ¿acaso no reconoces el escudo bordado en la pechera? que vergüenza, ¿qué hacías en tus clases? ¿por qué no puedes ser como Madeleine?- esta última frase borró todo rastro de sonrisa del rostro de Edna, aún permanecía el fantasma de mi hermana y lo haría por siempre, después habló Alexander - Vaya padre, le das a un traidor un puesto importante, ¿qué sigue? ¿Hacer a las campesinas miembros del séquito real de Edna?- Alexander rio tras decir eso, su padre son decir nada alzó la mano y lo abofeteó,  todo quedó en silencio en la sala, ni siquiera Edna habló, Alexander bajo la mirada, contemplaba su plato - Que insolente eres Alexander, pareces un campesino sin educación, no el futuro Rey de Francia, a diferencia de ti, Lucas sí ha cumplido con la posición que le fue asignada, y ayudó a su hermana a escapar de la pesadilla de ser tu esposa, no culpó a Madeleine de huir cuando vio quien realmente eras, ninguna doncella cuerda quisiera ser esposa de un maniaco como lo eres tú, y si una campesina formara parte del séquito real de tu madre será por que bien se ganó esa posición, con trabajo y esfuerzo, no quiero que vuelvas a decir que Luca es un traidor o que cuestiones mis decisiones, a la próxima te saldrá más caro- cuando terminó de hablar el Rey comenzó a comer, los demás hicimos lo mismo, bien me lo había dicho la Reina, no iban a permitir que Alexander y Edna intentaran humillarme, aunque el Rey no había mencionado a Edna en su discurso, estaba implícito que la advertencia iba también para ella, si bien el Rey no sería quien la castigara a ella directamente, sí lo haría la Reina, cada uno controlaba a un miembro de la pareja real, milagrosamente ese día Edna sí comía, era algo extraño, se notaba el hambre que tenía en la forma en la cual ingería los alimentos, lo más extraño es que cuando terminó las dos piezas de pan que habían colocado para ella, pidió a los criados más, la Reina no pasó esto por alto, habló - Edna, me alegra que por fin estés comiendo como debe ser y que hayas dejado esas ridículas ideas de no comer para adelgazar, así por fin podrás darme un nieto, y con algo de suerte al alimentarte bien lucirás más agraciada, tal vez así te parezcas más a tu hermana- Edna cortó otro pedazo de pan con sus esqueléticas y pálidas manos, los dejo en su plato - Es que últimamente he sentido mucha hambre su Majestad, por eso estoy comiendo más, es un hambre que no puedo controlar- la Reina continuo cortando su porción de carne - Es bueno que al fin recuperes la cordura, come el pan que quieras, si es necesario pediré a los panaderos que te hagan más pan, si quieres algo más de comer, solo pídelo- después de que la Reina dijo esto, nadie más habló, la comida continuo sin más, la tarde paso sin nada más novedoso, la Reina solo me dijo que en unos días tendría una reunión con las damas de su séquito y necesitaba que estuviera con ella, eso me puso algo nervioso, pero era parte de mi deber, cuando la noche llegó y cenamos, ni Edna ni Alexander dijeron algo sobre mi, pero Edna comía con la misma desesperación de la tarde y Alexander solo la veía con asco, no entendía que pasaba con mi hermana, después de la cena, la Reina me despidió y se fue a su habitación, por fin era libre y mi cita con Marie había llegado, cenábamos a las 20 horas, entonces no faltaba mucho para las 21 horas, de camino a las puertas exteriores de la cocina intente arreglarme un poco, además, debía hablar antes con mi instructor y pedir permiso para poder caminar un rato con Marie, llegué al patio de entrenamiento, el instructor esperaba por mi, me acerqué a él,  era un hombre alto y fornido, tenía barba y bigote, no podía ver muy bien de que color era, pero creía que café oscuro, cuando me vio se paro recto y habló -Ah, tú debes ser Mousier Lucas, mi nombre es Mousier Chandler, su Majestad el Rey me envía para entrenarte en el mejor caballero de Francia, hice una pequeña reverencia antes de hablar - Mousier Chandler, es un honor para mi ser su alumno, pero antes debo decirle algo- el hombre me miró expectante, expliqué mi situación, él tan solo rio y después dejo caer su pesada mano en mi hombro -Oh, Lucas, el amor de una doncella es la mejor motivación para la lucha, te daré una hora, es más te daré una hora todos los días para que salgas con esa doncella, será un secreto entre ambos, ¿de acuerdo?- sonreí muy emocionado -Gracias Mousier Chandler, no lo descepcionare- el hombre rio de nuevo -Anda anda, ve con tu doncella, yo aquí te espero- asentí con la cabeza y fui corriendo hasta las cocinas, Marie me esperaba...

El rosal marchitoWhere stories live. Discover now