Capítulo 13

58 4 0
                                    

Cuando llegué a la cocina, Marie me esperaba, ya no tenía puesto su gorro, su cabello dorado caía en largos caireles que enmarcaban su pequeño rostro, se había quitado el mandil, por lo cual podía ver su vestido blanco, me acerqué a ella e hice una reverencia, provocando que se sonrojara -Luces preciosa Marie- ofrecí mi brazo para que se tomara de él, lo tomó con delicadeza, sentía su delicada mano tomar mi antebrazo, empezamos a caminar -Gracias por invitarme a salir Lucas- dijo sin mirarme - Quien debería agradecerte por aceptar soy yo Marie- respondí buscando su rostro - Es que... sigo sin creer que un noble como tú se haya fijado en mi, más cuando siempre estuve enamorada de ti, desde que empecé a trabajar en la casa de tu familia y te veía deseaba algún día poder estar contigo, recuerdo cuando me asignaron para atender a Madeimoselle Madeleine, era la dama más dulce que había conocido en toda mi vida, más amable que Madame Bellerose o que cualquiera de las demás damas de la casa, era un honor servirle a la futura Reina de Francia- Marie suspiro, después bajo la cabeza rápidamente -Disculpa mi atrevimiento, no digo que tu madre o hermanas sean malas, son noble y respetables damas, solo es que Madeimoselle Madeleine tenía algo especial- solté una suave risa -Alza el rostro, no dijiste nada malo ni voy a castigarte ni nada- suspire y alce la cabeza, vi el cielo estrellado, tan hermoso y brillante, lleno de estrellas -Madi era especial, tenía algo en su alma que hacía que todo aquel que la conociera quedara encantado y la amara, inclusive el egocéntrico de Alexander se enamoro de ella, caso contrario a Edna, quien no tiene ni una pizca de la elegancia, belleza o encanto de Madi- baje la cabeza y vi a Marie, que me veía atentamente, pero al escuchar el nombre de su anterior ama bajo la mirada -Estás en todo tu derecho de tener rencores o enojos hacía Edna, desde muy niña siempre intentó imitar a Madi, pero jamás lo logró, Madi brillaba por naturaleza propia, Edna quiso replicar ese brillo, recuerdo como veía a Madi cuando las institutrices o cualquier profesor la felicitaba, su expresión de odio era clara y creo que Madi nunca se dio cuenta de eso, en su corazón no hay maldad, realmente espero este bien y que tenga una larga y próspera vida- mi corazón se estrujaba cada que hablaba de ella -Disculpa mi insolencia, pero ¿podría saber a donde se fue Madeimoselle Madeleine?- le sonreí -No es ninguna insolencia, Madi huyó a Italia con el hombre que ama- la expresión de Marie era de sorpresa pura -¡Hasta Italia!  ¡Dios mío! No entiendo porque Italia, pero sí se que debía salir de Francia para estar a salvo, también espero que lleve una vida llena de amor, bondad y prosperidad, una dama como ella merece lo mejor, espero que Dios la proteja siempre de todo mal- asentí con la cabeza, estaba de acuerdo con Marie, mi hermanita merecía todo lo mejor, mire a Marie -¿Cual es tu historia Marie?- la joven suspiro antes de hablar - Soy hija de una famila de sirvientes, desde generaciones atrás mi familia ha servido a la honorable Casa Bellerose, realmente no recuerdo desde cuando, pero mi familia, como la mayoría de las familias francesas vivimos en la pobreza, nosotros somos de los pocos afortunados en trabajar para la nobleza, no sufrimos por comida o techo, ya que su familia nos los proporciona, desde pequeña recuerdo saber que trabajar aquí sería mi destino y tan solo lo acepte, sé el tipo de vida que aspiramos, de muy pequeña solo esperaba casarme con una persona que me amara y que yo pudiera amar, también que al menos ayudara a que mis padres tuvieran menos problemas con una hija menos que cuidar- Marie hizo una pausa y vio unos segundos al cielo - también recuerdo ver a mis padres trabajar en las cocinas, mi mamá preparando guisos, mi padre preparando pan, a veces mi mamá me daba un poco de los guisos que preparaban y me preguntaba que sí me gustaba, en otras ocasiones, cuando estaba en mi padre, él me tocaba la nariz con las manos llenas de harina y dejaba una pequeña mancha de harina en mi nariz, a ambos nos daba mucha risa eso- la sonrisa de Marie estaba llena de nostalgia - unos años después comencé a trabajar en el palacio de los Bellerose, cuando tenía 6 años y Madeimoselle Madeleine 7 años, los demás sirvientes y Madame Bellerose dijeron que lo mejor era que estuviera al servicio de su hija Madeleine, ya que éramos casi de la edad, sería lo ideal para ambas, y así empecé a estar bajo las ordenes de Madeimoselle Madeleine, de ahí en adelante siempre fue lo mismo, la rutina era la misma, preparar los vestidos, arreglar a la princesa, llevar a lavar la ropa sucia, ordenar el cuarto y limpiarlo, mantener todo siempre listo para cuando Madeimoselle Madeleine regresara a su habitación- terminó de contarme su historia con una sonrisa - ¿Y tienes hermanos?- Marie asintió firmemente con la cabeza - Sí, somos 10 hijos- abrí mucho los ojos al escuchar la cantidad de hijos que eran, Marie rio dulcemente - Y si te lo preguntas, sí, todos mis hermanos y hermanas trabajan en el castillo, yo soy la más pequeña, algunos de mis hermanos estaban en los establos, otros se encargaban del aseo y otros en las cocinas con mis padres, podemos decir que la más afortunada fui yo, mi trabajo no requería de esfuerzo físico como el del resto de mi familia- me dedico una sonrisa dulce -¿Y tú familia donde esta ahora?- su sonrisa paso a ser una triste -Lo siento, no tienes que responderme si no quieres- me sentí mal por preguntar algo tan delicado, ella negó lentamente con la cabeza -No pasa nada, su Majestad la Reina habló conmigo, me dijo que mi familia no podía venir conmigo, los mandaron a la nueva casa de los Bellerose, en un condado lejos de Paris, donde fue exiliada tu familia- el corazón se me retorció al escuchar la palabra exilio, pero al menos mi familia estaba bien. 

Después de un rato, deje a Marie en la cocina donde la recogí un rato antes, me despedí de ella dándole un beso en la mejilla antes de ir a donde me esperaba mi nuevo instructor, debía dar aún más de lo que podía, se lo debía a él, a los reyes y a mi familia.

 

El rosal marchitoWhere stories live. Discover now