Capítulo 15

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La condesa Corday había adoptado a Marie, el día de la reunión tras la decisión de la condesa, las demás damas la veían con desprecio, ninguna quería la responsabilidad de "tener" otra hija pero sí querían estar emparentadas con la familia real de alguna forma, cuando la reunión acabo, todas las mujeres retiraron excepto la Condesa, cuando estuvimos solos, lo primero que hice fue reverenciarme ante la mujer y agradecer por lo que acababa de hacer -Oh hijo, levántate, no es necesario me reverencies cuando estamos al mismo nivel, además, siempre quise una hija y Dios por fin me la dio- le sonrió con ternura a Marie, quien al verla se puso inmediatamente de rodillas, parecía estar llorando, los tres corrimos a levantarla -Querida, no vuelvas a hacer eso, eres una Corday, compórtate como tal, vamos, vamos, no llores- la Condesa sostenía la mano de Marie, quien no dejaba de llorar, la mujer saco de uno de los bolsillos de su vestido un pañuelo de seda con una elegante "C" bordada, con el cual seco amorosamente las lágrimas de su nueva hija - Gracias Condesa, prometo no defraudarla, gracias por adoptarme como su hija- la mujer acarició su mejilla -Dime mamá, hija mía- Marie asintió con la cabeza -Sí, mamá- la Condesa volteó la vista hacia la Reina nuevamente -¿Y la joven tiene familia biológica? para mandarles una compensación económica por su hija, como si de un dote tratara- la Reina asintió - Sí, son parte de los criados de los Bellerose, están con ellos aún, los mandare llamar para que usted misma le de la noticia- 

-Gracias Majestad, dejare con usted unos días más a mi hija, necesito arreglar su nueva habitación, ver los papeles que la declaran mi hija, además de mandarle hacer vestidos, ahora que es un noble debe vestirse como una, mandaré pronto a mi sastre para que tome sus medidas, además de ver maestros que la eduquen como a una dama de alta cuna ¿puede cuidar a mi hija por favor Majestad?-

- Claro que sí Condesa, tome el tiempo que necesite, mientras mandare llamar a la institutriz de Madelleine, Madame Jade, es la mejor para enseñar etiqueta a las jovencitas-

-Gracias Majestad, le pagaré como debe ser este gran favor- Ambos veíamos a las mujeres discutir sobre lo que harían con Marie ahora, la sujete entre mis brazos, ella me abrazaba.

Ese día Marie dejo de ser mi criada para convertirse oficialmente en mi prometida, nuestra rutina nocturna no cambio mucho, pero ahora tenía otra criada que pertenecía a la servidumbre de la realeza, para Marie todo cambio, la veía menos ahora, ya que al día siguiente llego Madame Jade, con su características sombrilla y elegancia, cuando llegó, acompañe a la Reina a recibirla -Su Majestad, siempre es un honor verla, me dijeron que necesitaba que educara a una joven casamentera, ¿quién es ella?- dijo tras hacer una reverencia, Madame Jade busco con la vista a Marie, su mirada se detuvo en mi -Mousier Lucas, un honor verlo nuevamente, luce más apuesto que antes- hice una reverencia, sentí que me sonrojaba -Gracias Madame Jade- finalmente encontró a Marie quien estaba al lado izquierdo de la Reina - ¡Ah! ¡Debes ser tú! ¡Pero que linda eres!- Marie hizo una reverencia -Gracias Madame Jade- la mujer se acerco a ella, coloco su enguantada mano bajo la barbilla de Marie y la alzó con delicadeza - Yo te he visto antes, jovencita- esta vez la Reina habló - Es la hija adoptiva de la Condesa Corday y prometida de Lucas, de seguro la vio con Madeimoselle Madeleine antes, Madame Jade- el tono en que dijo esto dejaba bien en claro que no quería que nadie supiera que mi prometida era una criada hasta el día de ayer- la mirada de la otra mujer confirmaba lo que la Reina decía con la suya, silencio absoluto sobre el tema - De acuerdo Madeimoselle Corday, yo seré tu institutriz a partir de hoy, te convertiré en una verdadera dama de la alta sociedad, vamos no tenemos tiempo que perder, disculpe Majestad, nos retiramos- Marie se acercó tímidamente a Madame Jade, quien le dio un ligero golpe en la espalda para que la enderezara, ambas mujeres hicieron una reverencia antes de marcharse - Vamos Lucas, hoy tenemos muchas cosas que hacer- me dijo la Reina -Sí Majestad- respondí siguiéndola. En el día Marie era educada por Madame Jade y en las noches, antes de mis entrenamientos, caminábamos por los jardines; ese día, cuando llegó la hora de comer, se añadieron dos servicios a la mesa, Edna los vio con curiosidad -¿Tenemos invitados?- preguntó a nadie en particular, los reyes no respondieron, Alexander habló - De seguro son verdaderas damas, no como tú- Edna fulmino con la mirada a su marido, su rostro se veía mas carnoso, se veía más sana, poco después llegaron las invitadas, los hombres nos paramos para recibirlas, y la envidia de Edna no tardo en salir a relucir, el lugar de Marie era a lado mío, el de Madame Jade quedando en medio de ambas, Edna veía fijamente a Marie, que estaba casi frente a ella, del otro lado de la mesa - ¿Y tú que haces aquí? ¿No sabes que esta mesa es para gente de la nobleza? los plebeyos como tú no deben estar aquí- Marie bajo la mirada, no respondió ante la agresión, apreté el puño, no soportaría esto, la Reina extendió su mano en dirección a la mía - Edna, Marie no es ninguna criada, es la hija de los Condes Corday y prometida de tu hermano, está al mismo nivel que tú, más te vale que la trates con el respeto que merece- la gangosa risa de Edna broto desde el fondo de su garganta -Majestad, esta fue mi criada, no es la hija de los Corday- esta vez el Rey habló -Edna, más te vale callarte, no es tu criada, es una dama de noble cuna, enfócate en darme un nieto, que es tu única tarea- antes de que pudiera responder, Madame Jade hablo -Además es una excelente dama, aprende mucho más rápido que tú y es tan elegante como pocas damas he educado, tienes mucho que aprender de ella- con esta frase, Edna se quedó callada, sonreí para mis adentros, al menos la habían puesto en su lugar al fin.

El rosal marchitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora