Capítulo 3

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A diferencia de lo que esperaba, Edna se adaptó rápidamente a su vida como Madeleine,pero a diferencia de mi hermana, Edna se había vuelto muy egocéntrica, se estaba haciendo una viva replica de Alexander, al verla tan orgullosa y torpe caminar del brazo de su esposo, recordé a mi hermana, Madeleine cuando se encontraba con el príncipe siempre era dulce y reservada, su actitud era perfecta, y cuando estábamos juntos, siempre reía y contaba con calma sus experiencias, como la vez que la encontré con Jules y ví lo que pasaba y tan solo se sonrojo y bajo la mirada, o cuando me burlaba de ella al decirle que se convertiría en una princesa y ella solo me aventaba una de las almohadas de plumas, Madeleine tenía el porte de una reina y a la vez la humildad de una criada,por esto la reina la amaba, imponía respeto sin inspirar odio, lo contrario de Edna, además de que los pasos de Madeleine eran firmes, seguros de si, los pies de Edna temblaban como los de un potrillo recién nacido, me daba vergüenza, mientras caminaba tras los príncipes, por el rabillo del ojo pude observar que la reina se acercaba a mi y se colocaba a mi lado, caminando con su característica elegancia - Sabes Lucas, siempre preferí a Madeleine, es una lastima que nos haya dejado, pero no la culpo, yo tampoco querría casarme con alguien como mi hijo- respingue ante lo que dijo la regente, lo cual provocó una ligera risa de su parte - Yo se bien cómo es mi hijo, puede parecer encantador en un principio, pero después revela su verdadera identidad, y yo tenía mucha fe en que teniendo a tu hermana cómo esposa el pueblo no lo odiaría tanto, a ella la aman- continué escuchando en silencio a la reina, que miraba a la joven pareja, Edna, torpe y egocéntrica, Alexander, agraciado y egocéntrico, lo que considero es el vínculo más fuerte que los une.

Día tras día Edna estaba más loca y sedienta por el poder y la posición que tenía, estaba más delgada que cuando llegó al castillo de la familia real, contradiciendo las órdenes de la reina, las cuales decían que Edna necesitaba engordar hasta que su cuerpo fuera lo más similar al de Madeleine, los vestidos que se habían confeccionado para ella tuvieron que ser reajustados, la costurera venía seguido a arreglarlos, había tenido que recurrir a poner relleno dentro de ellos y a usar más capas de tela para compensar la delgadez de mi hermana, así como hacer corsé especiales con relleno en la cintura y pechos, todo esto lo sabía gracias a la reina, quién solía contarme muchas cosas, yo siempre escucha a a la rubia mujer y cuando pedía mi opinión, la daba, de otro modo, siempre permanecía escuchándola sin pronunciar palabra, desconozco el motivo por el cual me gane su confianza, pero así era, vi que mi hermana salia de su habitación por lo que me dispuse a escoltarla hasta donde sea que fuéramos, se alisaba fuertemente las faldas, tanto que creo descoció un poco de una de ellas, ya que se escucho como se rasgo el hilo, suspire, Edna me vio - ¿Luzco bien? ¿Me veo delgada y agraciada?- fruncí el entrecejo, detestaba el nuevo tono gangoso que utilizaba para hablar, era sumamente desagradable, mi hermana se percato de esto y grazno, no soporte más y respondí -¡Edna, no eres nadie realmente, estás aquí gracias a que Madeleine desapareció, pero no tienes ni una pizca de la humildad, gracia, elegancia y belleza que ella tiene! ¡Eres una loca que el poder la ha corrompido, pareces potro cuando andas con los tacones! ¡No eres digna de ser una princesa!- la expresión de mi hermana paso del dolor a la vergüenza, su rostro se puso rojo y salio corriendo de allí con los pies doblando cele a cada paso y las faldas rasgándose y enredándose, por lo que las criadas corrieron tras ella, me pase la mano por el cabello e intente respirar, me había excedido, pero necesitaba decirlo, no puede creerse una verdadera dama cuando Madame Jade, la antigua institutriz de Madeleine renunció a educarla, me regreso el dinero que le había dado y dijo que Edna podrá ser de noble cuna, pero tiene los modales de un mono cirquero y ella no podía educar tal abominación, recuerdo que me fue sumamente difícil decirle esto a mis padres, mi madre rompió en lágrimas al escuchar la crítica de la institutriz y mi padre se marcho de la sala, y tras ese suceso, los reyes contrataron una nueva institutriz, pero ninguna duraba más de dos semanas, todas renunciaban diciendo que Enda era in educable; sabía que esto me traería consecuencias y un regaño bastante severo por parte de los reyes, iba a aceptarlo con la responsabilidad debida, mis palabras habían sido muy descorteces, pero eran reales, mi hermana, la niña dulce, miedosa y poco torpe que era cuando Madeleine aún estaba en casa con nosotros había desaparecido, y en su lugar estaba un delgado y gangoso monstruo, salí a afilar mi espada y daga, era solo cuestión de esperar el que me mandaran llamar, y efectivamente, no tardo demasiado, a los minutos, llego una criada la orden de llevarme hasta donde los reyes se encontraban, camine tras ella en silencio, la muchacha caminaba rápidamente y mantenía una distancia prudente de mi, cuando llegué a la sala donde estaban los regentes esperándome, la criada hizo una reverencia antes de salir pitando de allí, suspire, alce el pecho y con la firmeza necesaria golpeé la pesada puerta de cedro, sabía perfectamente por qué estaba aquí, ¿para que alargar más la agonía? La puerta se abrió, hice una profunda reverencia antes de entrar y al llegar a los tronos, incline una rodilla y baje la mirada al suelo con la cabeza gacha -Sus Reales Majestades,he respondido a su llamado tan pronto como se me ha informado que solicitaban aquí mi humilde presencia-
-Por favor levántese Moussier Lucas, estoy seguro que usted sabe por qué ha sido convocado aquí- seguí las órdenes del rey, pero mantenía la mirada en el suelo, como debía ser, el rey me relato lo ocurrido con "la princesa Madeleine" a lo cual asentí, cuando el rey estaba a punto de dictaminar la sentencia, la reina hablo -Mi señor, moussier Lucas no merece una sanción, más aún cuando usted y yo sabemos que tiene razón, usted también prefería a la verdadera Madeleine-
- Mi señora, tiene toda la razón,pero...-
- No hay pero que valga, aún menos  cuando la princesa esta molestando a la guardia real-
- Tiene razón mi señora, nuestro guardia no merece un castigo, menos aún cuando cumple su trabajo a la perfección-
Contuve la risa cuando escuché que Edna bufaba al escuchar que como el rey me daba toda la razón, escuché como bajaba con pasos torpes y pesados del estado y se posicionaba a mi lado con las faldas arrugadas en puños -¡No es justo, yo soy la princesa, es el un guardia cualquiera, no es de mi linaje!- en esta última frase me señaló cual infante, levanté la mirada hacia ella y tenía el rostro fruncido, con los labios apretados en una línea casi invisible, la mirada de la reina se torno helada, se levantó de su trono - Tú eres una simple suplente, ahora, te retiraras inmediatamente a tu habitación y reflexionar sobre quién eres realmente, una sustituta, a diferencia de ti, tu hermano realmente se ganó su puesto con el sudor de su frente, retirate- Edna abrió la boca sorprendida, arrugó más aún las finas telas en sus manos, lo que trajo otro regaño de la reina - Trata esas telas con cuidado, valen más de lo que tú podrías ganar siendo una criada por toda la vida- esto hizo que por el rostro de Edna corrieran lágrimas que resbalan sobre el maquillaje, luego salió corriendo de la sala, siendo seguida por el príncipe que veía molesto a su madre, nuevamente baje la mirada, no sabía que seguía para mí, está vez, escuché la voz del rey - Lucas, será destituido de sus labores como guardia personal de la princesa- alce la mirada aterrado rompiendo todos los protocolos, ¿destituido de mi puesto? ¿Todo por la actitud infantil de mi hermana? ¿En verdad merecía esto por decirle a Edna la verdad?, al darme cuenta del error que estaba cometiendo, baje de inmediato la mirada e intente tragarme los sollozos y contener las lágrimas - Si esa es la voluntad de mi Rey, haré lo que me ordene - era lo único que podía hacer obedecer y callar. 

El rosal marchitoWhere stories live. Discover now