Capítulo 21

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Corrí tras el soldado, en el suelo estaban los cuerpos de los soldados, eran soldados nuevos, más jóvenes que yo, el soldado muerto tenía varias heridas en el abdomen, me dolió el corazón de verlo, me acerqué a él, tenía los ojos abiertos aún, aunque sabía que ya estaba muerto volví a tomar su pulso colocando mis dedos en su cuello, pero nada, no sentí nada, cerré los ojos del cadáver y fui a ver a los otros dos soldados -¡Qué están esperando, llamen a un médico!- grite a los demás soldados que tan solo me veían, me quite el chaleco y lo avente, el soldado con el que estaba era más o menos de mi edad, sus ojos estaban cerrados, tomé su pulso, débil pero ahí estaba, tenía las manos en el centro del abdomen, llenas de sangre, me quite la camisa, la doble de modo que pudiera hacer una venda provisional, con cuidado le quite las manos del abdomen, la sangre seguía saliendo, acomode la tela y la apreté lo  suficiente para contener la hemorragia temporalmente -Alguien use su camisa y venden a su compañero ¡Ahora mismo!- volteé a ver a los soldados que seguían estáticos, no podía culparlos, era la primera vez que vivían algo así, vi a los demás intentando hacer lo que les pedí, me acerqué de nuevo al soldado, su respiración era un poco más estable, una mano me extendió la prenda, la tome sin mirar a quien la ofrecía y me dispuse a revisar al otro soldado, este también tenía heridas en el abdomen, a ambos los habían apuñalado varias veces, pero a este además de el abdomen tenía las piernas heridas, repetí el procedimiento con este soldado al vendarlo, mi vista estaba centrada en localizar las heridas para poder contenerlas mientras llegaban los médicos, buscaba con la mano otro pedazo de tela, pronto sentí que alguien lo ponía sobre mi mano, seguí con las piernas, volví la vista al abdomen, a pesar de que el pedazo de tela era oscuro, podía ver como la sangre empezaba a mancharlo, pero no podía hacer más, esto era lo único que sabía hacer para ayudar, de algo serviría, no supe en que momento, pero ya había terminado de vendar ambas piernas, no tenía la cabeza demasiado clara, me levanté luego de terminar, los dos soldados se veían un poco menos adoloridos, cuando menos su respiración era estable - Capitán, ya llegaron los médicos- dijo uno de los soldados, gire la cabeza hacía donde venía la voz y así era, el médico real venía corriendo, pero no venía solo, dos enfermeras venían con él, me hice a un lado, alcanzaba a escuchar la voz del médico y veía que señalaba a distintos lados, seguía aturdido por lo que acababa de pasar, alcancé a ver que entre los demás soldados cargaban a los heridos y seguían las indicaciones del médico, las enfermeras iban detrás de ellos, sentí que las piernas me fallaban, y caí de rodillas, no solía ver tanta sangre, no solía ver heridos y menos aún, que estuvieran a mi cargo y salieran heridos de gravedad, después de lo que pareció una eternidad, sentí una mano en mi hombro, giré la cabeza siguiendo el brazo que tenía en el hombro, era la Reina, aunque su mano temblaba, la expresión en su semblante era tan serena como siempre, me veía con preocupación y algo similar a la ternura maternal -¿Cómo estás Lucas? No debes culparte por las pérdidas, no es tu culpa, estas haciendo lo mejor que puedes- las lágrimas caían por mis mejillas, no supe que decir, seguía en shock, la Reina me indicó que me levantara y cuando lo hice, me abrazó, esto me tomó por sorpresa, me acarició el cabello, lo que hizo que llorara todavía más ¿por qué pasaba esto? ¿por qué a nosotros? Jamás le habíamos hecho daño a nadie, su Alteza me alejo un poco para darme un beso en la frente, me acuso el rostro en un gesto maternal que jamás ví en ella -Lucas, aunque no eres mi hijo de sangre, te quiero como si lo fueras, eres lo que siempre desee en un hijo y te quiero como a uno, aunque perdamos está batalla, recuerda que siempre diste lo mejor, defiende nuestro Reino y a tu familia como siempre, este es mi fin, pero el tuyo no, tienes una larga vida por delante todavía- la Reina limpio las lágrimas de mis mejillas sucias, se quitó el exquisito rosario que portaba siempre y me colgó en el cuello, lo metió debajo de mi ropa y puso la mano sobre la cruz -Que Dios siempre te acompañe, te de fuerza y vida para seguir adelante- después de esto me dio un último beso en la frente antes de irse, no sabía que esa sería la última vez que la vería con vida, el Rey se acercó, también estaba peleando y con desesperación gritaba el nombré de la Reina, se veía que llevaba tiempo buscándola por todo el castillo, cuando la vio, corrió hacia ella, el alivio se veía en sus ojos, sin embargo, no logro llegar hasta ella, un grupo de rebeldes se acercó a nosotros, gire hacia ellos listo para atacar, sin embargo uno de ellos corrió hacia la Reina, la tomo por el cabello y colocó el cuchillo en su garganta, la furia se apoderó de mí, iba por él, el Rey también corrió hacia aquel hombre que tenía a su esposa, el hombre que tenía a la Reina al ver que nos acercábamos a él, sonrió y cortó el cuello de la Reina, después de este rio y soltó a su Alteza, me abalance sobre él, no era muy consiente de lo que estaba haciendo en ese momento, la furia, el dolor y la impotencia era lo único que había en mi mente, en un instante ya estaba sobre aquel hombre, de alguna forma lo estaba golpeando con los puños, la sangre manchaba mis nudillos, no podía detenerme, estuve haciendo esto con más y más fuerza hasta que sentí como algo se rompía en su cara y dejaba de reírse o de poner resistencia, lo solté, cayó al suelo ya sin vida, aún con la vista perdida y con los ojos llenos de lágrimas, busqué al Rey, quien lloraba con el cuerpo de la Reina entre sus brazos, ¿qué debía hacer ahora? ¿Debía pelear por el Reino aún? ¿Qué vida habría para mi? ¿De verdad Edna y su esposo subirían al trono? ¿El Rey podrá seguir sin su esposa? ¿Por quien debo luchar ahora? 

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¡Hola a todxs! 

Antes que nada, quiero ofrecer una disculpa a todxs mis lectores que apoyan esta novela y le dan tantísimo amor, han pasado muchísimas cosas en mi vida en este año y cachito que no he actualizado esta novela, cosas buenas y cosas malas, cosas que jamás imagine que me pasarían,  las cosas no han sido nada fáciles y por muchísimos motivos personales tuve que pausar esta novela, sin embargo las cosas ya pintan mejor para mi y me siento con la fuerza y ánimos para continuar con esta novela y las demás, el final que tenía planeado desde que decidí escribir esta segunda parte sigue siendo el mismo y espero que les guste tanto muchísimo, gracias por su paciencia y apoyo, esta novela continuara como antes, con actualizaciones cada semana, me esforzaré por darles contenido aún mejor que el que les daba antes, gracias por todo.

as. <3

El rosal marchitoWhere stories live. Discover now